Todas las modas son pasajeras. Son múltiples y variadas las razones que influyen en el cambio constante de la forma en que nos vestimos, por lo que el caso de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras —mejor conocida como la IUPI— no ha sido la excepción a estas variaciones.
La diseñadora de modas Vilma Martínez relató que aún conserva las fotos de sus padres cuando estudiaban en la IUPI a finales de la década de los cincuenta y principios de los sesenta.
Prepas de la IUPI en el 1955. Foto Archivo Periódico El Mundo.
Para ese entonces “la gente se vestía muy profesional”, según Martínez. Explicó que las mujeres vestían con trajes, con la cintura muy ceñida, faldas amplias y zapatos cerrados con taco. Los hombres, por su parte, vestían con camisa y corbata.
Asimismo, la historiadora y profesora de la Escuela de Comunicación de la UPR, la doctora Silvia Álvarez Curbelo, mencionó que para finales de los sesenta, en los círculos más intelectuales y vinculados al teatro universitario, todavía perduraba el estilo “existencialista”, una estética francesa en la que la mujer se vestía de negro y se maquillaba los ojos muy acentuadamente.
La ruptura del código de vestimenta universitario
La llegada de Álvarez Curbelo a la IUPI, como estudiante, en la década de los sesenta, coincidió con los cambios en la cultura de la moda propiciada por identidades emergentes asociadas más a lo joven, como la cultura hippie, que destacaba las telas de algodón, motivos de la India, las flores, el pelo largo y el look de “cara lavada”, o nada de maquillaje.
“Yo veo ese final de la década del sesenta e inicios del setenta como un momento de liberación que va en sintonía con las protestas estudiantiles, donde no sólo se luchaba contra el militarismo y la inmovilización en la UPR, sino también por una cultura más libre”, expresó la profesora.
Estudiantes de la IUPI en la Facultad de Humanidades en los años setenta. / Foto suministrada por Ricardo Alcaraz.
Al igual que Álvarez Curbelo, cuando Martínez entró a la IUPI en el 1972, la vestimenta era más libre, como aquella asociada a los hippies. Martínez considera que el cambio se dio, de cierta forma, por nuestra vinculación sociopolítica a los Estados Unidos. A los estadounidenses les había llegado esta moda a finales de los sesenta y a Puerto Rico llegó a principios de los setenta.
De acuerdo con la diseñadora, también influyó la Guerra de Vietnam y todos los movimientos en contra del conflicto. Los estudiantes comenzaron a tener una visión más revolucionaria, por lo que los cambios culturales se reflejaron en la moda.
“La realidad es que el mercado es el que impone la moda. Es el que produce y se fija mucho en los movimientos sociales para ver qué capta de ahí y así influenciar y vender la tendencia. Se crea una relación donde hay una tendencia, los dueños de los medios de producción captan esa tendencia y la imponen. La moda la dictamina quien produce”, aseguró Martínez.
La diseñadora radicada en Río Piedras indicó, además, que ya en los setenta, las estudiantes de la IUPI podían ir en pantalones a la universidad. “Había mujeres más atrevidas que utilizaban camisas transparentes y se les veía el brassier. También utilizaban las faldas cada vez más cortas”, contó.
En los ochenta se incorporó el uso de hombreras, pantalones ceñidos y prelavados (gastados). También se comenzaron a usar los abrigos de cuero, al estilo de Michael Jackson en sus vídeos Thriller y Beat It. Además, hubo un boom en el uso cotidiano de ropa deportiva, por lo que los ochenta fue una época distinguida por el uso de atuendos de gimnasia.
Estudiantes de la IUPI en los ochenta. Fotos por Ricardo Alcaraz.
Ya para los noventa con el auge de la conservación del planeta se comenzaron a utilizar fibras naturales y colores más claros, ropa suelta tipo túnica y menos maquillaje que en los ochenta. La diseñadora considera que la comodidad fue un beneficio que se descubrió en el proceso de establecer la moda de los años sesenta y setenta.
“Yo no creo que la forma de vestir haya cambiado porque era más cómodo, sino porque lo hippie era la moda. La tendencia siempre es a seguir la moda”, indicó Martínez.
Además, la experta en moda piensa que la comodidad continuará destacándose a la hora de ir a estudiar. Ya que vivimos en un país tropical, Martínez recomienda a los universitarios utilizar ropa a base de algodón, así como el lino y las fibras naturales porque son telas que absorben el sudor.
Estudiantes de la IUPI en el 1995. Foto por Ricardo Alcaraz.
Por lo general los profesores de la IUPI se han adaptado a las variaciones los modos de vestir de los estudiantes. La doctora Álvarez Curbelo mencionó que como docente, defiende la individualidad de sus estudiantes y no establece parámetros o penaliza por los modos de vestir.
“De las pocas veces que intervengo es por razones llamadas ‘terapéuticas’. Le pregunto al estudiante si no le da miedo caerse con unos spikes de seis pulgadas o unas plataformas tipo KISS. Por lo demás, que viva la diversidad y la comodidad”, finalizó la historiadora.
Estudiantes de la IUPI frente a la Facultad de Estudios Generales en el 2003. Foto por Ricardo Alcaraz.
Si bien la IUPI se distingue por su diversidad de disciplinas académicas y corrientes de pensamiento y activismo sociopolítico, muy pocas veces se explora las maneras en que sus estudiantes se expresan a través de su vestimenta. La historia de la moda del primer centro docente nos habla también de sus procesos de transformación, de los debates correspondientes a la época y de la identidad de aquellos que forman parte de ella.
Estudiantes de nuevo ingreso de la IUPI en el 2014. Foto por Ricardo Alcaraz.