RIO DE JANEIRO (Reuters) – Aviones militares brasileños avistaron más restos del avión de Air France que desapareció sobre el océano Atlántico con 228 personas a bordo, mientras investigadores advirtieron que la verdad detrás del desastre aéreo tal vez nunca se conocerá. Durante la noche, una aeronave dotada con un radar de búsqueda rastrilló el área, ubicada unos 1,200 kilómetros al noreste de la ciudad costera de Recife, y en la madrugada, tres Hércules C130 partieron hacia la zona en la que se detectaron los restos, que incluyeron un asiento de avión, trozos metálicos y no metálicos, aceite y querosene. Un barco de la Marina brasileña llegó a la zona del avistaje de los restos para comenzar su recuperación, y otros cuatro estaban en camino. Mientras, Francia se preparaba para enviar una embarcación con un submarino no tripulado que puede explorar a una profundidad de hasta 6,000 metros e intentar ubicar las cajas negras del Airbus. Paul Louis Arslanian, el jefe de la agencia francesa de investigación de accidentes, dijo que consideraba remota la posibilidad de que las cajas negras alguna vez sean recuperadas debido a la profundidad del lecho marino, y agregó que la investigación podría no revelar todas las razones detrás del accidente. “No puedo descartar la posibilidad de que podemos acabar con un informe relativamente insatisfactorio en términos de certezas”, dijo Arslanian a periodistas en París. “Pero vamos a hacer lo mejor que podamos para limitar la incertidumbre”, agregó. La nave, con 216 pasajeros y 12 tripulantes a bordo, mayormente franceses y brasileños, había partido en la noche del domingo del aeropuerto internacional Tom Jobim de Río de Janeiro con destino a París. Familiares angustiados que habían rezado por un milagro abandonaron las esperanzas luego que los expertos se mostraran seguros de la muerte de todos los ocupantes del vuelo. “Yo sólo quiero encontrar el cuerpo de mi hijo para que tenga el mínimo de dignidad al fin de su vida”, dijo Aldair Gomes, padre de Marcelo Parente, jefe de Gabinete del alcalde de Río. Hasta ahora no se han avistado cuerpos en las aguas del Atlántico. Arslanian dijo que un primer reporte del accidente estará listo para fines de mes. El funcionario estuvo a cargo de la pesquisa tras el accidente del Concorde de Air France en el 2000.
Arslanian reveló algunos nuevos elementos, confirmando sólo que la tripulación del avión había enviado un mensaje de radio reportando turbulencia cuando se dirigía hacia el Ecuador, y el avión más tarde envió una serie de mensajes automáticos durante un período de tres minutos reportando un mal funcionamiento. No especificó de qué se trataba el mal funcionamiento. Air France había informado con anterioridad que el aviso de alarma estaba relacionada con el sistema eléctrico. “Por ahora, no hay indicios que sugieran que el avión tuvo un problema antes de su despegue”, sostuvo. En Brasil, el contraalmirante Domingos Nogueira dijo que la Armada enfrentaba condiciones climáticas difíciles para llegar a la zona donde se encontraron los restos, en tanto algunos funcionarios coincidieron en que la tarea más complicada sería ubicar los datos de vuelo y las grabadoras de voz. El ministro de Ecología, Desarrollo y Planificación francés, Jean-Louis Borloo, dijo a una estación de radio francesa que se creía que las grabadoras se encontraban a una profundidad de entre 3,660 y 3,700 metros. “Nunca hemos recuperado cajas negras de tanta profundidad antes y (…) las corrientes del mar son poderosas tan abajo”, señaló. No se espera que el submarino francés llegue a la franja de agua de 5 kilómetros donde se encontraron los restos del avión antes del comienzo de la próxima semana. Las grabadoras están diseñadas para enviar señales por hasta 30 días luego de caer al agua. Un experto dijo que ésta podría ser una de las operaciones de recuperación más difíciles desde la búsqueda que duró décadas por encontrar al Titanic.