PARIS – Un submarino francés con un avanzado equipo de sonar inició la búsqueda de los registros de vuelo del avión de Air France que cayó al océano Atlántico la semana pasada, informaron las fuerzas armadas francesas. El submarino de propulsión nuclear Emeraude fue enviado al área para ayudar a recuperar las cajas negras del Airbus 330-200, que podrían contener pistas que expliquen el desastre y que se cree yacen en el lecho marino. “El Emeraude empezará su patrulla durante la mañana en una zona de búsqueda inicial de 36 kilómetros por 36”, dijo Christophe Prazuck, portavoz del estado mayor de las fuerzas armadas poco antes del inicio de las tareas, añadiendo que la zona de búsqueda cambiará cada día. Si se encuentran los registros, se podrían utilizar para recuperarlos submarinos no tripulados del Pourquoi Pas, un barco de exploración e investigación francés también enviado a la zona. Prazuck advirtió de que la búsqueda en el escabroso fondo marino, a una profundidad de miles de metros y con fuertes corrientes marinas, sería complicada y podría llevar semanas. “Hasta ahora, el período de búsqueda de víctimas y restos ha sido la orden de días o una semana. Aquí, al menos, va ser la orden por semanas o meses”, aseguró el oficial a la televisión LCI. La localización de las cajas negras de un Boeing 737 que se estrelló en el 2004 en Sharm el Sheij, en Egipto, demoró dos semanas, pese a unas condiciones meteorológicas más favorables, agregó. “Ese aparato se estrelló muy cerca de la costa; no había duda de dónde había ocurrido el accidente, y llevó 15 días recuperar la caja negra”, dijo Prazuck. “Aquí el accidente ocurrió a 1,000 kilómetros de la costa. La situación es muy compleja”, indicó. Se cree que las 228 personas a bordo del vuelo AF 447 de Air France, que había partido en la noche del domingo 31 de mayo de Río de Janeiro hacia París, murieron cuando cayó la aeronave cayó al océano tras enfrentar una tormenta. Los equipos militares de búsqueda brasileños, apoyados por franceses, han recuperado 41 cadáveres del mar y trasladado algunos a la isla Fernando de Noronha para una primera revisión y envío a la ciudad de Recife, en el noreste de Brasil, desde donde se coordinan las operaciones de búsqueda. También se han encontrado varias partes del fuselaje, pero la posibilidad de saber con exactitud qué pasó en el accidente dependerá de la recuperación de las cajas negras. El avión envió 24 mensajes automáticos minutos antes de perderse todo contacto, detallando una rápida serie de fallas de sistemas. Los sensores de velocidad que calibran lo rápido que vuela un aparato se han convertido en el centro de la investigación, luego de algunos de los mensajes mostraran que proporcionaron datos inconsistentes a los pilotos.