TEHERAN (Reuters) – El principal cuerpo legislativo de Irán descartó la anulación de una disputada elección presidencial, que provocó las mayores protestas callejeras desde la Revolución Islámica de 1979, pero aceptó conducir un recuento parcial de los votos. En la que pareció ser la primera concesión de las autoridades al movimiento de protesta, el Consejo de Guardianes, constituido por 12 miembros, aseguró que estaba preparado para recontar los votos de los comicios en los que el presidente de línea dura Mahmoud Ahmadinejad fue declarado ganador. Pero el poderoso Consejo rechazó los pedidos de los reformistas de anular la elección del viernes, que encendió la mecha del malestar político y colocó en el foco de la atención al quinto exportador mundial de petróleo, enfrentado con Occidente por su programa nuclear. El portavoz del Consejo de Guardianes sólo dijo que estaba “dispuesto a recontar las urnas electorales controvertidas reclamadas por algunos candidatos, en presencia de sus representantes”. “Es posible que eso lleve a algunos cambios en los porcentajes obtenidos”, agregó Abbasali Kadkhodai según citó la agencia de noticias oficial IRNA. No obstante, el portavoz aclaró a la televisión estatal que: “basándonos en la ley, la solicitud de esos candidatos para la cancelación de la votación no puede ser considerada”. Mousavi ha pedido al Consejo que anule la elección, pero dijo que no era optimista con respecto a su veredicto. Los iraníes airados por la derrota de Mirhossein Mousavi en una votación que según alegan fue arreglada, programaron otro mitin para este martes, pese a que siete personas murieron el día anterior cerca de una gran marcha por las calles de Teherán. Mousavi, sin embargo, instó a sus partidarios a no asistir al mitin “para proteger vidas” y dijo que había sido cancelado. El sector que apoya a Ahmadinejad anunció que planeó una demostración el martes en la misma plaza de la capital, lo que genera la posibilidad de choques adicionales entre los grupos rivales. Nuevas protestas, especialmente si se mantienen en la misma escala, serían un desafío directo a las autoridades que han mantenido un fuerte control de la disidencia desde el derrocamiento hace 30 años del Sha, apoyado por Estados Unidos, luego de meses de manifestaciones. La televisión estatal iraní dijo este martes que los “principales agentes” de las protestas postelectorales habían sido detenidos en posesión de explosivos y armas. Pero no dio más detalles sobre la historia. Estados Unidos y sus aliados europeos han intentado convencer a Irán de que detenga su desarrollo nuclear, que podría ser usado para fabricar una bomba atómica. Irán dice que sólo busca energía nuclear para generar electricidad. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró ayer que estaba profundamente preocupado por la violencia posterior a las elecciones en Irán y que los manifestantes que han ocupado las calles durante tres días de protestas han inspirado al mundo. Pese a las protestas y el caos, Ahmadinejad viajó a Rusia el martes, en su primera salida al exterior desde que los resultados oficiales le otorgaron un segundo mandato. Allí mantendrá conversaciones en el marco de la Organización para la Cooperación de Shanghái (SCO por sus siglas en inglés), que incluye a Rusia y China. Ambos países felicitaron a Ahmadinejad por su triunfo.