TEHERAN – Dos candidatos derrotados, el ex primer ministro Mirhossein Mousavi y el clérigo prorreformista Mehdi Karoubi, acusan a las autoridades iraníes de fraude y han pedido una repetición de las elecciones; sin embargo, el máximo órgano legislativo de Irán, el Consejo de Guardianes, ya descartó tal posibilidad. Mientras, autoridades iraníes anunciaron que darán una lección a los “agitadores” detenidos en los peores disturbios registrados en el país desde la Revolución Islámica de 1979, desencadenados por unas elecciones que dieron al presidente Ahmadinejad una victoria arrolladora. Por su parte, Karoubi convocó a los iraníes a celebrar ceremonias el jueves para recordar a los fallecidos en las protestas de la semana pasada. En las principales plazas de Teherán fueron desplegados camiones y policías con equipos antidisturbios, pero hacia el mediodía no había indicios de ninguna concentración de protesta en la ciudad. La Guardia Revolucionaria, leal a las instituciones religiosas conservadoras del país, advirtió que reprimirá las protestas. Cientos de personas han sido detenidas por la policía desde que se conocieron los resultados el 13 de junio. “Los detenidos en los recientes acontecimientos serán tratados de una manera que les dará una lección”, señaló la agencia oficial IRNA citando al alto funcionario judicial Ebrahim Raisi en declaraciones realizadas en la televisión estatal el lunes por la noche. Raisi dijo que un tribunal especial estaba estudiando los casos. “Los agitadores deberían ser tratados de forma ejemplar y la justicia lo hará”, declaró. La televisión estatal informó que más de 450 personas fueron detenidas durante los enfrentamientos con la policía en Teherán el sábado, en los que murieron al menos 10 personas. Los disturbios han producido la primera evidencia clara de una brecha pública en la organización clerical entre los partidarios de una línea dura y los que quieren políticas más liberales. El parlamentario iraní Mahmoud Ahmadi indicó que Teherán llamaría a consultas temporalmente a su embajador en Gran Bretaña, país al que el importante productor de gas y petróleo ha acusado de fomentar disturbios. Una importante fuente del Gobierno iraní no confirmó la información recogida por varias agencias iraníes. Los disturbios se producen sobre un telón de fondo de tensión entre Occidente e Irán, un importante factor en la estabilidad regional. Líderes conservadores de Teherán están inmersos en una disputa con las potencias occidentales sobre su programa nuclear, que dicen pretende conseguir electricidad pero que Occidente sospecha podría servir para fabricar armas nucleares que llevarían a desestabilizar a la región. En Estados Unidos, el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs manifestó que, a partir de las protestas, Irán ha comenzado a “cambiar”; sin embargo, advirtió que el presidente Barack Obama no respaldaría un llamado a una huelga general en ese país. “Creo que han logrado algo; han atraído la atención a lo que está pasando en Irán”, añadió Gibbs en el programa Today del canal NBC. “Hemos visto el comienzo de un cambio en Irán”, concluyó.