L’AQUILA, Italia- Los líderes del G8 comprometieron 20.000 millones de dólares en ayuda agrícola para garantizar que las naciones pobres –principalmente las africanas- puedan alimentarse, superando las expectativas en la última jornada de una cumbre en la que han sido pocos los avances en temas clave como clima y comercio. Estados Unidos utilizó el encuentro para promover que el plan se centre en la inversión en el sector agrícola más que en ayuda alimenticia, y aportará 3.500 millones de dólares al programa de tres años. Pero las naciones africanas le recordaron a las ricas que deben honrar las promesas ya hechas. “Trabajando con el G8, los países africanos y europeos y con los organismos multinacionales tuvimos la satisfacción de incrementar los 15.000 millones de dólares a 20.000 millones de dólares durante tres años”, dijo el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Tras dos días de conversaciones enfocadas en la crisis económica, el comercio y el calentamiento global, la última jornada de la cumbre del G-8 se centró en los problemas que afrontan las naciones pobres. Naciones Unidas ha dicho que la cifra de personas que sufren desnutrición creció en los últimos dos años y que alcanzaría 1.020 millones en el 2009. “(Los) 20.000 millones de dólares fueron un acuerdo de último minuto y fue acogido con gran júbilo por todos nosotros en la sala de conferencia. Mientras reconstruimos a la agricultura necesitamos continuar apoyando la ayuda alimenticia, porque este año la crisis financiera está empujando al hambre a otros 103 millones de personas”, dijo Staffan de Mistura, subdirector ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos. Los 20.000 millones de dólares que serían entregados en los próximos tres años puede que luzcan inferiores a los 13.400 millones de dólares que el G8 dijo haber reembolsado entre enero del 2008 y julio del 2009, pero grupos de ayuda aclararon que los fondos comprometidos el viernes van en una dirección más precisa. Aún no es claro qué parte de los 20.000 millones de dólares se trata de nuevo financiamiento o qué proporción recibirá cada país. Organismos de ayuda han dicho que algunas naciones del G8 no han cumplido su palabra, especialmente el anfitrión de la cumbre de este año, Italia. Los líderes africanos dijeron que expresarán sus preocupaciones. El premier etíope, Meles Zenawi, afirmó a Reuters que “el mensaje clave para nosotros es pedirle al G8 que cumpla con sus compromisos”. Además de Meles, los líderes de Argelia, Angola, Egipto, Libia, Nigeria, Senegal y Sudáfrica se sumaron a sus pares del G8 para discutir sobre seguridad alimentaria y agricultura, y para presionar por su demanda de obtener compensaciones por los destrozos provocados por el cambio climático. El giro hacia las inversiones agrícolas refleja una nueva postura -liderada por Estados Unidos- que consiste en ir más allá de la ayuda de emergencia y buscar estrategias de largo plazo para lograr que las comunidades sean más autosuficientes. El presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, dijo a Reuters que Barack Obama, quien visitará Africa por primera vez como mandatario estadounidense después de la cumbre del G8, propuso un nuevo y bienvenido enfoque para la actividad agrícola en el continente. Wade, quien ha liderado los esfuerzos por incrementar la agricultura en su país de Africa occidental, fuertemente dependiente de la importación de alimentos, afirmó que Obama “realmente tiene la voluntad de centrarse en (el tema) de los alimentos en Africa”. “Estados Unidos produce maíz y algunos cultivos y los envía a la gente que sufre hambre, pero el nuevo concepto es producirlos en Africa, no en Estados Unidos”, señaló Wade. La organización benéfica ActionAid de Gran Bretaña advirtió que, con 1.000 millones de personas que sufren hambre, las decisiones del G8 “literalmente pueden marcar una diferencia entre la vida y la muerte para millones de personas en el mundo en desarrollo”.