MAIDUGURI, Nigeria- Miles de nigerianos se refugiaron hoy en la ciudad norteña de Maiduguri, luego de días de choques que involucraron a rebeldes islamistas y en los que fallecieron más de 100 personas. Algunos disparos esporádicos se escucharon durante la noche en la ciudad, capital del estado de Borno, pese a un toque de queda impuesto después de los choques en los que miembros de un grupo islamista local incendiaron iglesias, una estación de policía y una prisión y lanzaron bombas incendiarias cerca de áreas residenciales. La policía dijo que 103 personas murieron en los enfrentamientos, entre ellos 90 miembros del grupo rebelde Boko Haram, ocho policías, tres funcionarios de prisión y dos soldados. Los responsables de los ataques son seguidores de un orador islámico radical que se opone a la educación occidental y que según sus críticos ha llevado a algunos estudiantes y jóvenes analfabetos y desempleados a adoptar una retórica en contra del ‘establishment’. Varios vecinos dijeron que jóvenes armados con machetes, cuchillos, arcos y flechas, rifles de cacería y explosivos de fabricación casera habían atacado edificios policiales y a cualquiera que pareciera un agente policial o funcionario de gobierno en Maiduguri. “Cuando escuchamos disparos y vimos gente corriendo, tomamos a nuestra familia y nos unimos a ellos”, dijo Sunny Nwankwo, un periodista que escapó a uno de los dos barracones de la ciudad que sirven de refugio para miles de civiles. Las calles alrededor del gran mercado y en algunas áreas residenciales del barrio Lamisula estaban hoy desiertas. “Vi más de cinco camiones policiales cargados con cuerpos muertos (…) Los cuerpos son definitivamente más de 100”, dijo Gana Marari, vecino de de Maiduguri, a Reuters por teléfono. “Hubo disparos esporádicos durante la noche pese al toque de queda (…) pero aparentemente la policía y el Ejército están en control de la situación porque desde esta mañana estuvo relativamente calmo”, dijo. La violencia comenzó en el estado de Bauchi el domingo después del arresto de algunos miembros del grupo Boko Haram, que se opone a la educación occidental y demanda la adopción de la ley islámica en toda Nigeria, la nación más poblada de Africa. Luego se propagó hacia los estados de Borno, Kano y Yobe, todos ubicados en el norte del país, dominado por los musulmanes. Un diario nigeriano con periodistas en la región indicó que la cifra de muertos supera las 150 personas sólo en los estados de Borno y Kano. Policías armados establecieron hoy puntos de control y patrullaban las calles de Kano, pero la ciudad parecía estar en calma. Soldados y policías también hicieron cumplir un toque de queda nocturno en Bauchi, pero allí no se registraron nuevos hechos de violencia.
Los cuatro estados norteños forman parte de los 12 que comenzaron una aplicación estricta de la sharia en el 2000, una decisión que ha alienado a las minorías cristianas y causó olas de violencia sectaria que dejaron miles de muertos. En Maiduguri vive Mohammed Yusuf, el líder de Boko Haram, que significa “educación ilegal”. “No creemos en la educación occidental. Corrompe nuestras ideas y creencias. Por eso estamos levantándonos para defender nuestra religión”, explicó el lunes a Reuters Abdulmuni Ibrahim Mohammed, uno de los máximos líderes del grupo, tras su arresto en el estado de Kano. Más de 200 grupos étnicos viven generalmente en paz en el país de Africa Occidental, aunque una guerra civil dejó un millón de muertos entre 1967 y 1970 y se han registrado brotes de violencia religiosa desde entonces.