SEUL- El ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton llegó este martes a Corea del Norte para tratar de negociar la liberación de dos periodistas estadounidenses acusadas de “graves delitos”, ha informado la agencia de noticias surcoreana Yonhap. Lo curioso es que tanto la Casa Blanca como el Departamento de Estado declinaron hacer comentarios al respecto. La visita se produce en momentos en que el régimen de Pyongyang refuerza su intransigencia y se niega a regresar a las negociaciones multilaterales para poner fin a sus ambiciones nucleares. Según analistas, la única dinastía asiática se encuentra en medio de un proceso para resolver la sucesión gubernamental. La agencia de noticias norcoreana KCNA confirmó la visita y dijo que Clinton fue recibido por el vicepresidente de la asamblea legislativa local y por su negociador jefe en temas nucleares, Kim Kye-gwan, viceministro de relaciones exteriores. Las periodistas estadounidenses fueron sentenciadas en julio a 12 años de trabajos forzados tras ser detenidas en la frontera con China en marzo, acusadas de ingresar ilegalmente al país con “intenciones hostiles”. Euna Lee y Laura Ling, que trabajaban para el medio estadounidense Current TV -cofundado por el ex vicepresidente Al Gore- fueron arrestadas cuando trabajaban en una historia cerca de la frontera entre Corea del Norte y China. La Casa Blanca describió la visita del ex presidente Bill Clinton a Corea del Norte como una “misión exclusivamente privada” para obtener la liberación de dos periodistas estadounidenses detenidas por Pyongyang. “Mientras esta misión únicamente privada para lograr la liberación de dos estadounidenses esté en proceso, no haremos declaraciones. No queremos poner en peligro la misión del ex presidente Clinton”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs en un comunicado. Funcionarios estadounidenses temen que Corea del Norte pueda tratar de usar a las periodistas como escudo para resistir la presión internacional para suspender su programa armamentístico y capear las sanciones de la ONU por sus ensayos nucleares y misilísticos. Algunos analistas sostienen que la visita de Clinton podría poner fin a un ciclo de acciones militares provocativas y llevar a que Pyongyang vuelva a sentarse en la mesa de diálogo. “Tan pronto como llegue, comenzará las negociaciones con el Norte para la liberación de las periodistas”, reportó Yonhap citando comentarios de una fuente acerca del viaje de Clinton. Funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur declinaron hacer comentarios al respecto, diciendo que cualquier anuncio se produciría en Washington o Pyongyang. El Departamento de Estado también declinó comentar. Durante su mandato, Clinton buscó mejorar los lazos con Pyongyang, intercambiando enviados de alto nivel sobre el final de su período que alimentaron expectativas de que Washington y Pyongyang podrían poner fin a décadas de hostilidad y normalizar los lazos. La secretaria de Estado de Clinton, Madeleine Albright, visitó Pyongyang en el 2000 y mantuvo conversaciones con el líder supremo norcoreano, Kim Jong-il, poco después de que su mano derecha y alto general, Jo Myong-rok, visitara Washington.