SANTIAGO/CARACAS- Colombia consiguió ayer el respaldo moderado de Chile y Paraguay a su soberanía para la aplicación de un plan que permite a Estados Unidos utilizar bases militares colombianas, un despliegue que según el presidente venezolano podría causar una guerra en Sudamérica. En el segundo día de una gira por varios países de América Latina, le tocó a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, el turno de escuchar del propio mandatario colombiano, Álvaro Uribe, las justificaciones sobre el plan militar que ha sido criticado por líderes izquierdistas y levantó preocupaciones de gobiernos más moderados como el de Brasil y Chile. Más tarde lo hicieron la presidenta de Argentina, Cristina Fernández y el gobernante de Paraguay, Fernando Lugo. Mientras que el presidente venezolano, Hugo Chávez, -a quien Uribe no tiene planeado visitar en su actual periplo- arreció en sus críticas a la idea y advirtió que el uso de bases por parte de militares de Estados Unidos “podrían ser inicio de una guerra en Sudamérica”. El mandatario de Estados Unidos, Barack “Obama, en vez de estar mandando más soldados y más aviones y más dólares y más helicópteros y más bombas a Colombia para que haya más guerra y más muerte, debería más bien retirar”, dijo Chávez en rueda de prensa en Caracas con corresponsales extranjeros. En Chile, frente a la sede de Gobierno en Santiago, donde se celebró el encuentro entre Bachelet y Uribe, llegó una decena de manifestantes para protestar contra el plan militar y fueron detenidos por la policía a la llegada del presidente colombiano al lugar. “Lo que yo puedo informar a ustedes es que la presidenta de Chile ha reiterado (…) que Chile respeta la soberanía, el interés nacional y las decisiones políticas de cada país en este continente y en este caso particularmente de Colombia”, dijo el canciller chileno, Mariano Fernández. La semana pasada, Bachelet dijo en Brasil compartir declaraciones del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, quien aunque se mostró contrario a la idea del uso de bases colombianas por parte de militares estadounidenses expresó que no quería dar opiniones sobre decisiones de Uribe. Al término de la reunión de cerca de una hora y media con Bachelet, calificada de “privada”, Uribe expresó que había tenido “un diálogo bien importante” con la mandataria, que ha dicho que foros como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) podrían tratar temas como la presencia militar de Estados Unidos en Colombia. En Asunción, luego del encuentro entre Uribe y Lugo, el Gobierno paraguayo dijo que respetaba las decisiones autónomas y soberanas de cada país. “Lo que sí hemos expresado nosotros es la necesidad de que ese tipo de iniciativas tengan la garantía de que eventualmente no ponga en riesgo la seguridad de países vecinos”, explicó, no obstante, el canciller paraguayo, Héctor Lacognata, luego de la reunión. En Bolivia, el mandatario Evo Morales, quien recibió a Uribe el martes, insistió en su rechazo a un acuerdo militar entre Bogotá y Washington, y afirmó que la guerrilla de las FARC se han convertido en “el mejor instrumento” de Estados Unidos para justificar despliegue militar en la región. “¿Qué decía Estados Unidos para invadir Irak? Que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. ¿Dónde están? El objetivo era Saddam Hussein. En nuestra región el pretexto es la lucha contra el narcotráfico”, dijo Morales en una rueda de prensa.
El canciller chileno agregó que los países tienen distintos acuerdos militares “y nosotros somos partidarios de respetar todos estos acuerdos y en todo caso tenemos distintos foros y tribunas donde conversar de manera civilizada y democrática y adecuada”, agregó en referencia a Unasur, que se reunirá el próximo 10 de agosto en Quito. “¿Cómo nosotros nos vamos a involucrar en parecernos bien o mal que haya acuerdos militares de un país con otro? Nosotros los respetamos”, recalcó el canciller sobre la posición chilena. En la cumbre de Unasur, Chile entregará la presidencia pro témpore del grupo a Ecuador. Uribe ha dicho que no asistirá a la cita en la capital ecuatoriana. Una fuente diplomática argentina indicó que el país “tiene una postura contraria a la instalación de bases de potencias extranjeras en América Latina” y que ese es “un postulado tradicional e histórico de la diplomacia argentina”. Uribe, visto como el principal aliado de Washington en la región, recibió el martes en el inicio de su gira el firme apoyo del Gobierno de Perú a su plan y por otro lado duras críticas del de Bolivia. Sus próximas paradas después de Argentina y Paraguay serán Brasil y Uruguay, a cuyos gobiernos explicará que la extensión a su acuerdo militar con Washington busca reforzar la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico sin ánimo de afectar la seguridad regional. Pero su periplo no incluye ni a Ecuador ni a Venezuela, cuyos presidentes socialistas han sido los más críticos del plan militar, que permitiría a soldados estadounidenses usar siete bases de la fuerza armada colombiana.