Hace cinco años, un grupo de jóvenes puertorriqueños tenían la necesidad de crear un ambiente para compartir su pasión por el tango. En un país donde el tango no es autóctono, encontrar gente con quien bailar esta danza era el reto más grande.
“Por esa misma necesidad de querer bailar con otra gente fue que empezamos a reclutar maestros para que nos ayudarán a crear la escuela”, narra Arturo Gaskins sobre el génesis de Y Entonces… Tango, escuela y grupo de esta danza compuesto por Tai Helfeld, Yari Helfeld, Mary Santini y Arturo Gaskins. Al momento, Y Entonces…Tango ofrece clases en La Casa del Tango en la Avenida Domenech con periodicidad semanal y organizan actividades que contribuyen al desarrollo de la cultura de esta música en el País.
Aunque se han convertido en uno de los grupos más importantes en la propagación y enseñanza del tango en Puerto Rico, al principio no eran amantes de este género. “Yo primero lo miraba y no lo encontraba interesante porque lo veía como este baile pasional y dramático”, cuenta Yari Helfeld, quien además forma parte del grupo de teatro Y no había luz.
En la foto Arturo Gaskins, cofundador de Y Entonces…Tango.
A su hermana, Tai Helfeld, le pareció curioso desde el principio cuando visitó a su madre en Buenos Aires, donde tomaba clases de tango. “Todo empezó por mami. Ella comenzó a tomar clases aquí en Puerto Rico. Luego, salió a tomar clases porque le encantó y nosotros nos fuimos a visitarla allá”.
Yari Helfeld es la única bailarina de profesión del grupo. Tai Helfeld es capitán de barco y Gaskins es parte del Circo Nacional de Puerto Rico. Sin embargo, desde el principio los unió un interés común: crear un ambiente colectivo en donde pudieran compartir su amor por el tango mediante la enseñanza y el compartir social.
Fuera del Río de la Plata
Uno de los elementos más curiosos de este grupo es su apropiación de un baile que no es oriundo de su cultura natal. Todos son puertorriqueños que se han entrenado en varias partes del mundo, incluyendo Buenos Aires, y que se han hecho parte de una cultura que ha cobrado presencia internacional. “Para mí es un lenguaje que podemos hablar con el resto del mundo. El tango ya no solo se baila en Argentina sino que es un movimiento global”, expresa Tai Helfeld.
“Si en Buenos Aires pueden enseñar salsa, ¿por qué no podemos enseñar tango acá?”, añade Gaskins.
Milongueando en Puerto Rico
El tango se ha conocido popularmente como un baile de salón o de espectáculo, pero, en sus comienzos, era un baile de la calle que funcionaba como actividad de ocio. Las milongas, como se le conoce al evento social del tango, tienen un ritual y protocolo a seguir. Todos se sientan en mesas alrededor de la pista y el hombre busca a la mujer invitándola a bailar una tanda, que, generalmente, dura de tres a cuatro canciones. De otro lado, las milongas de jóvenes suelen ser más libres y no siguen tantas reglas sino que lo tratan como una reunión social entre amigos. Así fue como Y Entonces… Tango tuvo la inspiración para crear las Milongas Tangozando que se celebran una vez al mes en la Casa de Cultura Ruth Hernández en Río Piedras.
Yari Helfeld, cofundadora de Y Entonces…Tango durante una clase grupal.
“Algo bien lindo de esta comunidad son las milongas porque muchas academias en Puerto Rico solo entrenan a los estudiantes para bailar. Es un tango más coreográfico o de salón. Para nosotros se trata de compartirlo con otros”, explica Gaskins sobre la filosofía del grupo detrás de las milongas.
Las milongas también sirven como taller de práctica para los estudiantes de La Casa del Tango, su escuela de baile. “De verdad que es el psiquiatra más barato que existe”, cuenta Anabelle, quien lleva cuatro años con el grupo y ha comenzado a educarse en el rol del varón o lead.
Desde los arrabales al salón
La danza del tango surgió a la par del género musical que la acompaña en el siglo XIX en las zonas marginadas o arrabales donde habitaba la comunidad afro-rioplatense (refiriéndose a la zona del Río La Plata en el Cono Sur de América). Fueron estas comunidades, junto a los criollos del área e inmigrantes principalmente italianos y alemanes, los que se convirtieron en los protagonistas del tango. Esta mezcla se manifestó en muchos de los elementos de la música y baile del tango. El bandoneón, por ejemplo, proviene de Alemania y se castellanizó en la confluencia de culturas en el Cono Sur.
En un principio, esta danza era mal vista bajo los estándares de la época. Se le consideraba ligada al bajo mundo y a la prostitución por su esencia erótica. Eventualmente, el tango salió de los arrabales para ser bailado en los salones y espectáculos en el siglo XX entre las décadas de los 20 y 50. Con este cambio, el tango se propagó por el mundo entero, incluyéndose en el repertorio de competencias de bailes de salón y de espectáculos profesionales.
Como todo baile, el tango ha evolucionado a través del tiempo. Dentro de estos cambios, por ejemplo, se han creado nuevos roles de pareja. Desde el comienzo, los papeles en el tango estaban bien definidos: el hombre dirigía y la mujer lo seguía. Sin embargo, gracias al alcance de las luchas de la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual, Transexual y Transgénero (LGBTT), parejas del mismo sexo se han integrado a esta danza, creando lo que se le ha llamado el Tango Queer. Argentina, Dinamarca, Suecia y Estados Unidos son algunos de los lugares donde se realizan competencias de este tipo.
Para más información sobre Y Entonces…Tango, puede comunicarse al 787-602-7352 con Mary Santini o acceder a la página del grupo en Facebook.