El proceso de acreditación de los programas académicos del Sistema de la Universidad de Puerto Rico (UPR) bajo las 65 agencias acreditadoras participantes, le ofrecerá a los estudiantes mejores oportunidades en el campo laboral y académico, lo cual revolucionará la estructura de enseñanza que ha adoptado la UPR por casi 100 años. “Este proceso le sirve al programa para demostrar que son una oferta de calidad de primera y le sirve a los estudiantes para autoevaluarse y demostrar si han podido aplicar todo lo que aprendieron. Es un sello de excelencia, una carta de presentación que aparece en el resumé del estudiante el cual estipula que fue graduado de un programa acreditado. Le mejora las opciones de trabajo y mejora el acceso de los estudiantes a universidades a nivel global”, expresó Celeste Freytes, vicepresidenta de Asuntos Académicos de la Administración Central de la UPR. La vicepresidenta auxiliar, Consuelo Figueras, explicó que uno de los beneficios de la acreditación es que asegura que el candidato a graduarse tiene conocimientos y destrezas sobre el programa que estudió, tiene experiencias de campo en la profesión, el programa tiene un sistema de avalúo donde está siendo monitoreado por unas agencias especializadas y externas a la institución, y que el estudiante puede evidenciar la diversidad de su área de estudio. Freytes afirmó que acreditarse representa un reconocimiento de que la institución y sus programas cuentan con los requisitos necesarios para cumplir con sus metas académicas con eficacia, y que son competitivos con los cursos que ofrecen otras universidades. Además, señaló que es un proceso donde hay unos estándares establecidos por las agencias acreditadoras, las cuales están encargadas de visitar físicamente los distintos programas para conocer si están listos para ser certificados. Actualmente, existen alrededor de 65 agencias acreditadoras privadas que están trabajando con el Sistema de la UPR. Freytes explicó que para cada programa académico existe una agencia acreditadora que los evalúa y certifica. Sin embargo, Freytes explicó que existen algunos programas para los cuales no existe una agencia acreditadora como lo es el caso de la facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Es por esta razón que la UPR creó un sistema de evaluación interna que monitorea el desempeño de estas facultades a través de la certificación de la Junta de Síndicos. Entre las agencias más importantes para el proceso de certificación de la UPR se encuentran la “Accrediting Council on Education in Journalism and Mass Communication” (ACEJMC), encargada de acreditar los programas relacionados a los medios de comunicación; y la “National Council for Accreditation of Teacher Education” (NCATE), encargada de certificar todos los programas de educación de la UPR. Estas organizaciones están constituidas por personas que están especializadas en las diferentes áreas, tales como rectores, directores, entre otros, y se encargan de evaluar las ofertas académicas y su infraestructura. Además, son evaluadas a su vez por el Counsel for Higher Education for Acreditation (CHEA), los cuales monitorean que las agencias cumplan con unos estándares parecidos a los que ellos utilizan para evaluar a los distintos programas académicos. Según los requisitos de las agencias acreditadoras, para que la UPR pueda aspirar a certificar sus programas en totalidad, debe contar con la licencia del Consejo de Educación Superior de Puerto Rico y con la acreditación institucional de sus recintos por la Middle States Association (MSA). Luego de pasar por estos dos niveles, la institución puede solicitar la acreditación profesional, la cual se encuentra en trámites de ser procesada. Dentro de estas agencias existen acreditaciones voluntarias y otras que son requeridas por ley como por ejemplo: Salud, Arquitectura, Derecho e Ingeniería las cuales ya están acreditadas bajo el Sistema de la UPR. Luego se encuentran el resto de los programas que pueden aspirar voluntariamente a la acreditación. Según la Vicepresidenta, es desde este punto que surgió la iniciativa de la UPR, hace cuatro años atrás, de acreditar todos sus programas, convirtiéndose en un proyecto único a nivel nacional. Actualmente, la UPR cuenta con 458 programas (materias conducentes a grado) de los cuales 122 ya están 100% acreditados. Mientras que el resto se encuentra en proceso de evolución y acreditación. Se espera que para el 2013 al 2014 la UPR haya acreditado casi el 100% de sus programas y servicios susceptibles a acreditaciones profesionales. Según Freytes, este proceso es lento, riguroso y consta de presentar la evidencia de que la universidad tiene las condiciones mínimas de aspirar a la acreditación con las distintas agencias porque sus programas son de excelencia. Este proceso de acreditación comenzó con el plan de desarrollo académico del actual presidente, Antonio García Padilla, y es parte del plan de desarrollo de la UPR titulado “10 para la década”. Este proyecto tiene como propósito acreditar todos los programas y servicios de la UPR que sean susceptibles a este tipo de avalúo. Además, incluye la colaboración del sistema de la Universidad completa desde maestros, estudiantes, rectores, decanos, coordinadores hasta los estudiantes egresados. Para Freytes, otros de los beneficios de la acreditación a nivel institucional es que la universidad podrá exigir más fondos al gobierno, ya que existen agencias federales que solo emiten fondos a instituciones acreditadas. De acuerdo al informe presentado por Freytes y Figueras, una de las cosas que han atrasado este proceso ha sido la nueva metodología de avalúo a los estudiantes que han desarrollado las agencias para demostrar cómo estos estudiantes dominan las competencias que requiere su campo de trabajo. Esto se debe a que las agencias exigen que cada programa realice un autoestudio a sus egresados por un término de tres años como mínimo para demostrar si realmente se logró el objetivo del programa, y así poder solicitar su acreditación. Sin embargo, informaron que las agencias encargadas de las acreditaciones de los distintos programas de la UPR, señalaron que “nunca habían visto un proceso de acreditación tan rápido como este. El tiempo mínimo para la acreditación es de 4 a 5 años, y nosotros hemos logrado la acreditación completa de cuatro programas”. Según Figueras, este proceso se ha adelantado debido a que muchos programas han buscado acreditarse simultáneamente.
Sin embargo, no todo es color de rosa en el proceso de acreditación del Sistema de la UPR, debido a que los estudiantes que se graduaron antes de que los programas fueran acreditados, no gozarán de estos beneficios. “Los estudiantes que se graduaron antes de que la escuela fuera acreditada no pueden gozar de estos privilegios porque la institución no puede demostrar que cumplieron con todos los requisitos establecidos por la agencia acreditadora. Esto se debe a que no pasaron por una evaluación rigurosa para conocer si pudieron aplicar en su campo de trabajo las destrezas aprendidas durante sus años de estudio”, indicó la vicepresidenta Freytes. No obstante, los alumnos que se hayan graduado de un programa no acreditado y que quieran seguir desarrollándose en otras universidades fuera de Puerto Rico y no puedan tener el acceso, serán tratados como casos aislados, y se les ofrecerá alternativas (que aún no están estipuladas) de acuerdo a su situación. Estos nuevos cambios en el proceso de enseñanza de los programas de la UPR ocasionaron la revisión y modificación de sus currículos, como fue el caso de la Escuela de Comunicación, el cual fue modificado en su totalidad. “El nuevo currículo tiene que cumplir con el proyecto 80-65 donde el 80% de los estudiantes tomen más cursos generales que no estén atados a las comunicaciones, que tomen cursos multidisciplinarios. Lo técnico debe ser lo mínimo que se enseñe porque como cambia tanto, se puede ir aprendiendo sobre la marcha. Además, en el mundo de las comunicaciones el estudiante debe tener un conocimiento amplio del mundo”, indicó Figueras. De acuerdo a la exposición de Freytes y Figueras, el proceso de preparación de maestros es diferente porque la Institución tiene que demostrar con evidencia física que ese maestro está apto para enseñarles a los estudiantes. Es a raíz de esta situación, que Freytes estipula que la acreditación es positiva en el programa de Educación, porque prepara a los maestros para trabajar con cualquier tipo de estudiante o cualquier situación. Sin embargo, estipuló que llegará el momento en que el Departamento de Educación sólo reclutará a maestros que se hayan graduado de programas acreditados basándose en la cláusula “No Child Left Behind”, la cual establece que todo niño tiene derecho a una educación de primera. Este proceso dejaría afuera a miles de maestros que culminaron sus estudios bajo programas no certificados. Cabe plantear, ¿qué va a pasar con esos maestros? ¿Dónde quedarán sus años de experiencia y de estudio? ¿Existirán programas que los ayuden a certificarse para no sentir que perdieron el tiempo? Preguntas como estas aún no tienen explicación, ya que según la Vicepresidenta estos casos se tratarán de manera aislada y aún no se tiene un plan para poder acreditarlos. A raíz de estas interrogantes, las vicepresidentas informaron en la mesa redonda, que el 15 de mayo, en la UPR de Bayamón, se estará llevando a cabo una cumbre donde se presentará a fondo el proceso de acreditación por el cual está pasando el Sistema de la UPR. Además, contarán con la presencia de todas las personas que están involucradas en este proceso de certificación las cuales podrán explicar más a fondo cuales son las implicaciones, positivas y negativas, que acarreará este proceso de acreditación.