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El joven muchacho, cayado en mano, escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía. En la otra mano tomó su honda y se fue hacia el filisteo, quien al verlo comenzó a hacer mofa de aquel que le parecía poca cosa. “Entonces dijo David a Goliat: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.” (Samuel 17: 45). Muchas similitudes con esta historia bíblica, tiene la titánica labor de Rosanna López León, Procuradora de Personas con Edad Avanzada, quien se encuentra en una lucha irrefutable en contra de la administración del Gobernador Luis Fortuño. López se niega a firmar las cartas de despido de ciento once empleados públicos que laboran en su intendencia. En respuesta, ha sido objeto de difamaciones por parte incluso del mismo Gobernador quien aseguró que lo que la Procuradora perseguía era “salvar su puesto”. Pero López, quien tiene más de 16 años trabajando por los ancianos y ha sido merecedora de un gran número de premios y condecoraciones por esta loable labor, asegura que su gesta no tiene otro interés que no sea el permitir que la Oficina de la Procuradora de Personas con Edad Avanzada (OPPEA) continúe otorgando el importante servicio que presta en un país con una población de más de trescientos mil personas mayores de 65 años. Si esas ciento once personas son cesanteadas, la OPPEA quedaría con tan sólo 27 empleados que no podrían seguir dando servicio a más de ochenta mil personas que actualmente reciben beneficios de esta entidad. Además, los salarios de estos empleados públicos provienen de fondos federales, por lo que estos despidos no le ahorrarían ni un centavo al Estado. En pocas palabras, estas cesantías son completamente injustificadas. Con todo esto explicado y dicho, el Gobierno continúa presionando para que Rosanna López León firme las cartas. Fortuño criticó también una supuesta falta de consistencia y congruencia de López diciendo “Yo hubiese querido que ella fuera tan fuerte con estos derechos directos de hospitalización a las personas de la tercera edad, como está haciendo ahora con su empleo.” Luego añadió: “me hubiera encantado que ella fuera tan fuerte cuando yo solo como Comisionado Residente, defendí a las personas de la tercera edad en Puerto Rico para que los beneficios de hospitalización, que es la parte B de Medicare, se incluyera en la Ley, y ella no me apoyó”. Ante este reclamo de abandono parecido al que el Gobernador hiciera a la prensa luego del evento llamado “el huevazo”, López explicó que no podía apoyar una medida que hiciera obligatorio el que los ancianos gastaran una gran porción de su reducida pensión, en la parte B de Medicare. Pero lo que la actual administración falla en observar es la importancia de una entidad como la OPPEA en los tiempos actuales. Un nuevo informe de la Oficina del Censo de Estados Unidos señala que el promedio de edad de la población mundial se ha incrementado rápidamente a niveles jamás registrados. Dentro de 10 años, la gente mayor de 65 años superará al número de niños menores de cinco años, por primera vez en la historia de la humanidad. Se anticipa que en Estados Unidos solamente, los centenarios aumentarán de 75 mil a más de 600 mil, en menos de cincuenta años. Esta situación agravaría enormemente los costos crecientes de programas de gobierno de jubilación y servicio médico. Esto sólo reitera la importancia de que la OPPEA continúe operante durante los próximos años. A pesar de esto, la administración de Luis Fortuño continúa en su cerrada posición de la “no vuelta atrás”, como diría el Secretario de la Gobernación Marcos Rodríguez Ema. David y Goliat tendrán que continuar luchando.