WASHINGTON- La campaña del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para reformar los servicios de salud de su país está encaminada a superar este martes un importante obstáculo en el Senado, abriendo una nueva fase en el acalorado debate sobre su principal prioridad doméstica. La comisión de Finanzas del Senado -controlado por los demócratas- considerará su propuesta para recortar los costos de los servicios de salud, regular a las aseguradoras y ampliar la cobertura en una reunión que comenzará a las 2:00p.m. hora local, y después la sometería a votación. De ser aprobada como está previsto, la iniciativa sería consensuada con la versión de la comisión de Salud del Senado durante las próximas semanas y sería presentada al pleno del Senado, dando pie a una eventual batalla con los republicanos, que califican al proyecto como demasiado costoso y una fuerte intervención del Gobierno.
La votación de la comisión de Finanzas será observada de cerca para ver si la senadora Olympia Snowe, una republicana moderada de Maine, se convierte en el primer miembro de su partido que respalda el proyecto o si algunos de los demócratas no le brindan su apoyo. La aprobación de Snowe podría dar a los demócratas un voto crucial en momentos en que se esfuerzan por asegurar los 60 votos necesarios en el Senado para superar los bloqueos procedimentales. Las deserciones demócratas podrían crear una importante amenaza para su aprobación en el Senado, donde el partido controla sólo 60 escaños y no tiene margen de error. Dos semanas de debate en la comisión dejaron intactos los elementos clave del plan de su presidente, Max Baucus. El apoyo al proyecto se vio fortalecido por la estimación brindada la semana pasada por analistas no partidarios, que indicó que la reforma costaría $829.000 millones de dólares -muy por debajo del objetivo de $900.000 millones de dólares de Obama- y que cumpliría con el objetivo del mandatario de reducir el déficit presupuestario. El sector de las aseguradoras lanzó un ataque contra la medida el lunes divulgando un reporte que encargó, según el cual el proyecto dispararía los costos y las primas de cobertura. La Casa Blanca declaró que el reporte “servía a los propios intereses” del sector. La iniciativa de la comisión de Finanzas del Senado establece que todos los ciudadanos estadounidenses y residentes legales deberán contar con una cobertura de salud, y proveería subsidios en una escala variable para ayudarlos a adquirirlos. El proyecto crearía mercados en los que los individuos y las pequeñas empresas comprarían seguros, e impediría que las aseguradoras se nieguen a ofrecer cobertura a personas con problemas de salud preexistentes o que abandonen a quienes se vean aquejados de enfermedades serias. La iniciativa no incluye una opción “pública” de seguro administrada por el Gobierno, apoyada por Obama y los demócratas más progresistas como una vía para crear una competencia para las aseguradoras. Los críticos republicanos plantean que ese enfoque socavaría a las aseguradoras privadas. El otro proyecto presentado en el Senado, aprobado por la comisión de Salud, incluye una opción pública de seguro y sus partidarios se han comprometido a defenderla en el Senado. Los líderes demócratas en la Cámara de Representantes han tratado de consensuar tres versiones de un proyecto de reforma. La semana pasada presentaron una iniciativa única a analistas de presupuesto para obtener estimaciones de costos que incluirían las tres versiones distintas de una opción pública de seguro.