PUERTO PRINCIPE- Diez misioneros estadounidenses detenidos en Haití fueron acusados ayer de secuestro de niños y asociación criminal para intentar sacar del país a menores de forma ilegal. Después de haberles leído los cargos que se les imputaron, el fiscal adjunto de Haití, Jean Ferge Joseph, dijo a los 10 estadounidenses que su caso sería enviado a un juez para su investigación. “Ese juez puede liberarlos, pero también puede determinar que sigan detenidos para nuevos procedimientos”, dijo el fiscal a los cinco hombres y cinco mujeres en una audiencia. Mientras la decisión era anunciada, los estadounidenses, en su mayoría de una iglesia bautista con sede en Idaho, parecían estar conmocionados y algunos agitaban sus cabezas en señal de incredulidad. Según BBC mundo, el abogado de los misioneros, Edwin Coq, confirmó que los estadounidenses fueron acusados formalmente. Los misioneros fueron detenidos la semana pasada en la frontera de Haití con República Dominicana cuando presuntamente trataban de cruzar en un autobús con 33 niños que alegaron habían quedado huérfanos tras el terremoto del pasado 12 de enero. Las autoridades haitianas confirmaron que el grupo no contaba con la autorización ni los documentos de viaje necesarios para sacar de Haití a los niños. Estos misioneros, que de nuevo fueron puestos bajo custodia en celdas de la Dirección Central de la Policía Judicial a la espera de la decisión del juez, niegan haber participado en tráfico de menores y expresaron que sólo intentaban ayudar a los miles de huérfanos que quedaron abandonados tras el sismo. Pero tras su arresto surgió evidencia de que la mayoría de los niños interceptados con ellos no eran huérfanos. La policía haitiana afirmó que algunos padres admitieron haber entregado a sus niños a los misioneros creyendo que tendrían educación y una mejor calidad de vida. El Gobierno de Haití ha intensificado los procedimientos de adopción desde el terremoto, ante el temor de que traficantes inescrupulosos intenten tomar ventaja del desastre y saquen del país a niños que viven en situación de vulnerabilidad. Funcionarios afirman que ya han recibido reportes de tráfico de menores e incluso de órganos humanos. EE.UU. no interferirá en este asunto Los diez estadounidenses, de entre 18 y 55 años, reconocieron durante el interrogatorio del fiscal que aparentemente cometieron un crimen al intentar sacar a los niños del país sin los documentos apropiados. Sin embargo, dijeron que no estuvieron al tanto de la situación hasta su arresto. “No sabíamos que lo que estábamos haciendo era ilegal. No teníamos intención de violar la ley. Pero entendemos que es un crimen”, comentó Paul Robert Thompson, un pastor que lideraba el grupo en una oración durante un descanso de la audiencia. Según BBC mundo, el reverendo Clint Henry, miembro de esa comunidad de misioneros, comentó a un canal de televisión estadounidense que los religiosos sólo estaban tratando de ayudar a esos niños a iniciar una nueva vida. Sus intenciones eran “honestas y puras”, aseguró Henry. Sin embargo, estas acciones no fueron vistas con buenos ojos, pues según Rupert Wingfield-Hayes, periodista de la BBC en Puerto Príncipe, las regulaciones en Haití son muy claras: cada caso de adopción debe ser aprobado por el Gobierno. El caso podría ser diplomáticamente delicado, en momentos en que Estados Unidos supervisa una enorme iniciativa de ayuda para cientos de miles de víctimas del terremoto en Haití y grupos de asistencia estadounidenses otorgaron millones de dólares en donaciones para la empobrecida nación. El embajador de Estados Unidos en Haití, Kenneth Merten, se reunió con los misioneros en el cuartel de policía tras la audiencia y le aseguró a periodistas que “hasta donde sé, están siendo tratados bajo la ley haitiana”. “Quisiéramos asegurar que sean tratados de acuerdo con la ley, con la ley haitiana, y que sean tratados justamente”, comentó el Embajador. “Seguimos dándoles la asistencia consular apropiada y monitoreamos los desarrollos del caso legal”, dijo el portavoz del Departamento de Estado Gordon Duguid en Washington. En declaraciones antes de que la decisión fuera anunciada, el portavoz del Departamento de Estado P.J. Crowley aseguró que Washington no buscaría interferir en el caso. Crowley buscó desestimar los comentarios del miércoles de la secretaria de Estado Hillary Clinton, quien dijo que Washington se encontraba en negociaciones con el Gobierno de Haití “sobre la disposición apropiada de los casos (de los misioneros)”. “Yo no haría demasiadas conjeturas sobre eso”, declaró el portavoz. “Hemos estado en contacto con funcionarios judiciales haitianos sólo para saber cómo van a actuar en este caso particular”, aseveró.