Mientras que el 2013 fue cuna para discos maravillosos de nombres grandes en la industria musical como Justin Timberlake y Daft Punk, el 2014 se enfocó en poner en el ojo público a artistas menos conocidos, pero en ningún momento menos talentosos.
A continuación, Diálogo destaca los mejores 20 discos de música alternativa en inglés de este año 2014.
20. Temples – Sun Structures
Temples entró al plano con un sonido bastante simple. En su debut, Sun Structures (al cual le añadieron algunas canciones varios meses después en Sun Restructured), esta banda inglesa presentó un sonido sicodélico que habíamos escuchado hace varias décadas. Las guitarras presentan melodías fañosas con el vaivén del teclado, a la The Doors, bailan entre los últimos años de los 60 y los primeros de los 70. Sin embargo, es esta misma onda lo que gusta de Temples, y algo que sin duda elaborarán en el futuro en sus próximas grabaciones.
19. Mac DeMarco – Salad Days
Mac DeMarco es amigo de todos y él lo sabe. Natural de Canadá y residente actual de Brooklyn, Nueva York, DeMarco conoce tanto la paz como el tumulto. En Salad Days, su cuarta entrega, el cantautor nos ofrece líricas que fácilmente nos pueden convencer que vive en el rincón más callado de la Ciudad que Nunca Duerme (el disco fue grabado en su apartamento). Es ese mismo ensueño desconocido por la metrópolis lo que caracteriza las canciones tipo “stoner” de DeMarco: “Salad Days” anhela días perdidos mientras que “Treat Her Better” busca simplemente defender a la mujer. Todas sus canciones cuentan con una temática básica, pero con la presencia de una guitarra que columpia casi hasta lo desafinado y una voz que tranquiliza cualquier pesadilla.
18. Wild Beasts – Present Tense
Por más que se trate, los sintetizadores de la banda inglesa Wild Beasts no se olvidan. Ya en su cuarto disco, son pocos los momentos que los teclados se echan a un lado, y son estos sus momentos más pobres. No obstante, la voz aireada de Hayden Thorpe le da pie a los sonidos graves y las melodías ondulantes de la banda como en “Mecca”. Aparte, la voz no pareciera encajar con lo que es Wild Beasts. No es hasta que se escucha la mezcla en canciones como la fantasiosa “Wanderlust” que se entiende lo satisfactorio de esta banda.
17. Future Islands – Singles
Acompañando toda la ola de synthpop de calidad que ha salido de Inglaterra este año, Future Islands es interesante por la mezcla de emociones que pueden cargar sus canciones. “Seasons (Waiting On You)” abre el disco en una nota alegre, musicalmente, mientras que las letras de anhelo cantan el cambio impredecible de la humanidad. La alegría musical se mantiene, y Future Islands nos manejan por canciones tanto de amor como de pasadas generaciones.
16. Caribou – Our Love
Our Love demuestra, de principio a fin, las diferentes capas que puede tener un amor del siglo 21 mediante la música electrónica del compositor canadiense y cabeza de múltiples entes musicales, Dan Snaith. Esta vez, se nos aparece con Caribou y un disco ambicioso para el género robótico. Durante la mayoría del disco, la voz de Snaith es escuchada como por un túnel de melodías, que reúne todos los sonidos de sus diferentes proyectos. Así como en la canción epónima del disco y en “Julia Brightly” podemos imaginar una pista de baile llena de personas con vestimenta neón, podemos ver un lado más oscuro y experimental de Snaith en “Mars”, con su uso de tambores japoneses para llevar el ritmo.
15. Sharon Van Etten – Are We There
La estadounidense Sharon Van Etten es portadora de una de las voces más honestas y desgarradoras de la música alternativa. Nunca sabemos si es una señora que nos da una chispa de su sabiduría o si es una joven que ha pasado por mucho en sus pocos años. Van Etten no es innovadora en sonido en su estructura general de balada y melancolía, sino que es la emoción que esta neoyorquina le inyecta a todas sus grabaciones, especialmente en “I Know” y “You Know Me Well”, que de alguna forma nos hace identificarnos con el dolor en el alma que carga su voz.
14. Iceage – Plowing Into the Field of Love
Naturales de Dinamarca, Iceage ha tenido una carrera bastante ajetreada y venerada en los últimos años. Grabando mientras viajan con su música, este cuarteto de post-punk no ha bajado la guardia en ningún momento, con los ojos atentos a qué más se puede hacer con su sonido ya intenso, oscuro y mugroso. Los daneses hacen entrega de una excelente colección de angustia en donde el cantante, Elias Bender Rønnenfelt, juega con la posibilidad de abandonar el tempo de la música para solo gritar de dolor. Al igual, expanden sus horizontes con canciones como “Glassy Eyed, Dormant and Veiled”, que incluye trompetas, a diferencia de los discos anteriores que trataban de llegar a nuevos límites en los ruidos que pueden hacer una guitarras, un bajo y una batería.
13. Angel Olsen – Burn Your Fire for No Witness
He aquí otra cantautora cuya colección reciente no puede nada menos que impresionar con su simplicidad. Es la entrada de este disco de la estadounidense Angel Olsen, “Unfucktheworld”, la que, aparte de tener un título interesantísimo, embruja al escucha con solo una guitarra acústica y la voz de Olsen, que habla en la letra de una separación dolorosa. Esto no quiere decir que esta hechicera vocal no tenga la capacidad de abrir puertas dentro de su tristeza y convertirlas en rabia tal y como las dos canciones que siguen, “Forgiven/Forgotten” y “Hi-Five”. Sin embargo, es su sonido etéreo lo que cabe mencionar a todo momento. “White Fire” es la canción que carga el nombre bíblico del disco, y es una grabación que vale destacar por su paciencia explosiva.
12. Lykke Li – I Never Learn
Si nos dejamos llevar por las letras que nos ha cantado Lykke Li en su discografía, podemos entender que su vida amorosa sigue en peligro por culpa suya. He aquí el disco que admite sus errores, y no se pudo haber dicho de forma más preciosa. Esta sueca no se ha movido de su canon lírico, pero su música cada vez se eleva más hacia sonidos grandes y épicos dentro del indie pop. En I Never Learn tenemos las canciones más bombásticas en ritmo y melodía de su carrera, así como la que lleva el nombre del disco junto a la balada, “Silverline”. El dolor de Lykke Li estará siempre presente y, por lo visto, solo se pondrá peor para ella; mejor para su música.
11. Ty Segall – Manipulator
Ty Segall es muchas cosas, no solo manipulador. De entrada en su disco nuevo, tenemos un teclado con vibra de los sesenta, que da paso a sonidos pesados de garage rock, que hacen contraste con la voz quejona de Segall. De ahí en adelante, el cantautor estadounidense nos presenta las diferentes facetas de su personalidad como el impostor en “The Faker”, cuyo tempo y rastrillos fijos intimidan a los enemigos. Lo excelente de Segall no es su virtuosismo en personalidades, sino en su virtud para crear ritmos pegajosos en un sonido sucio y su habilidad de contar historias interesantes que van a la par con sus melodías. “The Crawler” mantiene una nota ruidosa, pero es este mismo talento de Segall que nos lleva a ser igual de ruidosos como él.
10. Sun Kil Moon – Benji
Benji comienza con un aire muy doloroso para que Mark Kozelek, vocalista de esta banda estadounidense, lo abandone a mitad de álbum. Lo logra en ciertos momentos, ya que esto es un disco totalmente personal y de familia. No todo se echa a la depresión entre las guitarras folk rock preciosas, pero eso no es bastante. El tono melancólico de Kozelek acentúa la pérdida de seres queridos en canciones como “Carissa” y “Truck Driver” y es ese aire el que ronda estas grabaciones. Benji es igual a esa memoria lejana de personas que nos atacan en los momentos más inoportunos y nos dejan en trizas.
09. La Roux – Trouble in Paradise
Luego de la omnipresencia radial del sencillo de su primer disco, “Bulletproof”, así como su inclusión en el filme Pitch Perfect, la inglesa Elly Jackson vuelve al foco con su segundo disco. Fanáticos de su sonido bailable serán complacidos en lo que es uno de los mejores discos de música popular del año. La música electrónica de La Roux es más dulce que agria; más amigable que desagradable. La Roux puede ser un tipo de Madonna del siglo 21. Sus líricas de fiesta incesante y de decisiones inoportunas, especialmente en “Sexotheque”, son tal para cualquier club nocturno en busca de atraer un público activo.
08. Perfume Genius – Too Bright
El estadounidense Mike Hadreas es impredecible bajo su pseudónimo musical, Perfume Genius. Es una cualidad que trabaja a favor de cualquiera a la hora de crear música y escuchar su resultado. En su tercer disco, Hadreas brinca de género en género, dándonos tanto cánticos tristes liderados por las teclas de su piano, como melodías bravuconas que demuestran que no es completamente débil y suave. “No Good” puede ser acompañado de un foco solitario dentro de un salón de baile y “Grid” nos acuerda a la estética electrónica de la película Tron. Fuerte o débil, Too Bright está lleno de confesiones y almas derramadas.
07. Todd Terje – It’s Album Time
Todd Terje fue para el 2014 lo que Daft Punk fue para el 2013 con Random Access Memories. La diferencia recae en que, cuando el dúo extraterrestre lanzó su disco el año pasado, ellos presentaron un tributo casi perfecto a la era disco de los 80. El noruega Terje lo que hace es una reelaboración esplendorosa de esa época. Con una guiñada en su ojo, It’s Album Time recoge todos los sonidos bailables que se puedan imaginar y los reúnen en un trabajo instrumental fenomenal de parte de Terje. Interesantemente, sus canciones parecen tratar de alcanzar el siglo 21 rumbo a sus finales, pero el autor las corta perfectamente para que no salgamos de ese mundo de bolas de cristal y lámparas de lava.
06. Run the Jewels – Run the Jewels 2
El mejor disco de rap y hip-hop del año comienza con un grito. ¿Por qué no? Killer Mike, la primera mitad de este dúo estadounidense, entonces toma el mando junto a El-P bajo su mar de producción perfectamente estruendosa, llena de una sobredosis de bajo y cortes rápidos. Como de costumbre, una pista violenta no vale la pena sin su letra agresiva. “Oh My Darling Don’t Cry” entrega bastante en ese campo, con su parte justa de líneas herejes, pero eso no es solo lo que vende este disco. Es la estructura de toda la colección que ofrece canciones con ritmos diferentes, pero hilándolos de tal manera que, si no se está pendiente, los cambios de canciones se pierden. Así escuchamos una canción interminable, que hierve sangre y talento.
05. Ariel Pink – Pom Pom
Ariel Pink tiene todas las de perder y que nadie lo coja en serio. Es muy probable que sea tirado a un lado por muchos escuchas, pero ¿por qué? Es esa misma inmadurez lo que lleva a Pink crear milagros sicodélicos en Pom Pom. Su último disco es una jeringa antidepresiva directo al cerebelo y al corazón. Él no se va en busca de significados profundos en sus canciones, que solo intentan expresar sus sentimientos ante las pecas de una mujer y el amor hacia la gelatina de la manera más elemental. Asimismo, lo acompaña un sonido sintético y dulzón que solo el cantante estadounidense puede lograr. Entre su nombre artístico, su selección de color para la portada de Pom Pom y sus letras que parecen habitar el mundo de “Lucy in the Sky with Diamonds”, Pink solo está en busca de una vida de color, pues…rosada.
04. Swans – To Be Kind
Swans puede asustar, puede asombrar, como también puede confundir. Desde el principio, la banda estadounidense fue así. No se han divorciado de su sonido durante su carrera de treinta años y no lo harán por los años que vengan. En el 2012 fue The Seer, y este año vio la llegada de To Be Kind, una tormenta de rock experimental que mantiene al escucha en estado de shock por unas dos horas. Con esta colección, Swans entregó diez canciones que fácilmente pueden ser veinte, cada una con su propio crescendo único que induce la ansiedad hasta que la última nota se toca…y entonces comienza todo otra vez. Ambicioso por mucho, To Be Kind es una mezcla de sonidos que incluye “Bring the Sun" / "Toussaint L'Ouverture", que dura media hora y entona los gritos de Michael Gira, entre muchas otras pesadillas placenteras.
03. FKA twigs – LP1
La inglesa Tahliah Debrett Barnett, ahora conocida como FKA twigs, ha sido parte de ese “new wave” de artistas de R&B que buscan ángulos diferentes para su música, y lo hace de la forma más preciosa e intrigante. Es una cantante que transforma su desconsuelo y pena en envolturas electrónicas con capas infinitas que juegan genialmente con su género. Son canciones perfectas para espectáculos esotéricos, los cuales ha llevado a cabo mientras canta su sencillo “Two Weeks” bajo una manta elevada por varios abanicos. Empero, FKA twigs nos deja en espera de mucho más después de su debut ejemplar. El peligro recae en estancarse en el mismo sonido, tal y como ha pasado con The Weeknd. No obstante, FKA twigs tiene tela para cortar, siendo reina de su propia melodía.
02. The War on Drugs – Lost in a Dream
The War on Drugsalcanza hazañas extraordinariamente bellas con Lost in a Dream. Si bien estamos en un sueño dentro del disco, esta obra maestra es perfecta para sonar todos los despertares que necesitamos para llegar a tener un mundo más pacífico. Musicalmente, The War on Drugs logra algo casi imposible y arriesgado dentro de esta colección. Las melodías y las letras parecen durar horas y días, pero a la misma vez no. Hay un aura secundaria que llevan las canciones a cambiar de segundo en segundo, mientras evocan ritmos relativamente simples y repetitivos. Es básicamente eso: un sueño. Perder su cantante original (ahora el solista, Kurt Vile) fue lo mejor que le pudo haber pasado a esta banda estadounidense. Lost in a Dream es un viaje por los planos americanos bajo un cielo estrellado hasta el horizonte, sin preocupaciones en qué exactamente es real y qué es ficción.
01. St. Vincent – St. Vincent
Annie Clark ya estaba por el área. Su cabello multicolor consiguió respeto hace años con discos como Actor y Marry Me. St. Vincent siempre estaba ahí y nadie vio a su disco homónimo entrar tan temprano como febrero y romper la expectativa del resto de artistas que lanzarían en el 2014. St. Vincent es genial no solo por su sonido excéntrico, que solo la estadounidense Clark puede llevar a cabo, sino que también rompe barreras al llevar melodías completamente polarizantes entre canción y canción. Un álbum entero se puede sacar de cada canción en la colección nueva de Clark. Todo desde lo popular y normal, hasta lo sicodélico y espacial, se encuentra en St. Vincent. “Birth in Reverse” es rápida, inquietante y adorablemente asquerosa. “Prince Johnny” es una historia que casi suplica por secuela. “Regret” eleva las guitarras fañosas de Clark a otro nivel de harmonías instrumentales. La lista de gestos maestros que entrega St. Vincent es interminable y se mantiene como el mejor disco del año, fácilmente.