CIUDAD DEL VATICANO – El Papa Benedicto XVI, que trata de controlar el daño que el escándalo de abusos sexuales hizo a la imagen de la Iglesia, le llamó la atención a sus principales asesores indicándoles que no debían hacer expresiones públicas sobre asuntos controversiales de la Santa Sede.
El Vaticano emitió un comunicado inusual en el que notificó que el Papa había censurado al cardenal de Viena, Christoph Schoenborn, que el mes pasado acusó públicamente a otro cardenal de encubrir abusos sexuales.
“En referencia a las acusaciones contra un cardenal, recordamos a todo el mundo que, en la Iglesia, sólo el Papa tiene la autoridad de acusar a un cardenal”, sostuvo el comunicado, un caso inusual que saca a la luz las diferencias en el seno de la Iglesia.
La nota -emitida después de una reunión entre el Papa, Schoenborn, Sodano, y el secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone- apuntó que los responsables de la Iglesia tenían que “mostrar el debido respeto” por los otros.
El mes pasado, Schoenborn criticó al cardenal italiano Angelo Sodano, que fue secretario de Estado entre 1990 y el 2006, el segundo puesto más relevante en el Vaticano.
Schoenborn, en una conversacion con directores de periódicos de Austria, acusó a Sodano de haber bloqueado una investigación sobre abusos sexuales cometidos presuntamente por el ex cardenal austriaco Hans Hermann Groer.
Groer dimitió como arzobispo de Viena en 1995 después de las acusaciones de que había abusado sexualmente de jóvenes seminaristas. Murió en el 2003 sin haber admitido su culpabilidad ni haber afrontado cargos.
Schoenborn dijo a los periodistas que el cardenal Joseph Ratzinger, que entonces dirigía el departamento de la doctrina de la fe, quería una investigación a gran escala sobre Groer en 1995 pero que fue bloqueado por Sodano.
Añadió que durante la reunión a cuatro bandas, todas las partes habían “aclarado y resuelto” lo que calificaron de “malentendidos”.
Crisis de abusos sexuales
La crisis de abusos sexuales ha surgido en Estados Unidos y varios países europeos, incluida la Alemania natal del Papa. Cinco obispos ya han dimitido en Europa. Uno ha admitido abusos sexuales, otro está siendo investigado y tres han dimitido por su manejo de los casos de abusos.
En la última semana, la atención se ha centrado en Bélgica, donde la semana pasada la policía irrumpió en oficinas eclesiásticas, la casa de un cardenal e incluso abrió una tumba en busca de documentos que pudieran ayudar en la investigación.
El domingo pasado, el Papa denunció las redadas, calificándolas de “sorprendentes y deplorables” en una carta dirigida al responsable de los obispos belgas. El día después de la operación policial, el Vaticano protestó ante el embajador belga en la Santa Sede.
A principios de mes, Benedicto XVI pidió perdón a Dios y a las víctimas de abusos a manos de sacerdotes y prometió que la Iglesia católica haría todo lo posible para asegurar que no volviera a ocurrir.