El proceso de matrícula se convirtió en una pesadilla en el Recinto de Río Piedras, debido a la falta de adiestramiento, el corto personal administrativo y la montaña de solicitudes de becas, unas extraviadas y otras radicadas a última hora.
Pensando que no me la habían aprobado, tomé la determinación de ir al banco a pagar. Es, entonces, en una conversación con compañeros de la Universidad, que me percato de que la situación no chasqueó únicamente mi matrícula, sino también la de muchos. Guiado por la inquietud personal y ante el desconocimiento de lo que acontecía en la Oficina de Asistencia Económica de la Universidad de Puerto Rico (UPR), en Río Piedras, me dispuse conocer el porqué de la confusa situación.
Por ello, me trasladé hasta Plaza Universitaria para ver cómo pintaba el panorama por allí después del caótico día de ayer en que más de 1,000 estudiantes acudieron a la Oficina con percances –similares a los míos– en sus matrículas. Al llegar al edificio y disponerme a subir la gigantesca escalera me detuvo un guardia, quien me informó que para poder subir tenía que tomar un número que sería mi turno. Al identificarme como periodista de Diálogo Digital me indicó que no podía pasar porque interrumpiría la labor de los empleados de la oficina.
Cerca de las escaleras se encontraba José A. Nieves, Decano Auxiliar de Asistencia Económica, quien comentó que en el día de ayer “el volumen de estudiantes que vino superó las expectativas”. Nieves explicó que tenían conocimiento de que la cantidad de estudiantes que acudiría a Asistencia Económica sería mayor a la de años pasados debido a la crisis económica y al ascenso en las cifras de desempleo. No obstante, confesó que el resultado obtenido ayer tuvo su motivo en que no se compaginó bien la cantidad de empleados que estarían atendiendo los estudiantes, los cuales sumaban 12. Nieves indicó, además, que al haberse implantado un nuevo sistema computarizado el cual lleva operando hace dos años, todavía no se ha logrado manejar de manera óptima y, por ello, se requiere de la mano humana.
El proceso se complica porque el nuevo sistema demanda un proceso de adiestramiento, lo que afecta que no haya el suficiente personal –tal vez capacitado de la mejor forma– para tramitar todas las solicitudes de Asistencia Económica. Uno de los factores que incita el “caos”, de acuerdo a Nieves, es que los estudiantes llenan inicialmente la beca con una información y luego, al ser sus padres cesanteados o por otras situaciones alusivas a términos económicos, se tiene que modificar la información y eso retrasa los procesos. A su vez, el Decano Auxiliar sostuvo que muchos estudiantes radicaron sus becas de manera tardía, lo que también complica la situación. Referente a las opciones que se les están presentando a los estudiantes, Nieves comentó que –en estos días– se les está dando la opción de un compromiso de beca.
Con este compromiso se le brindan al estudiante 45 días sin tener que pagar la matrícula en lo que se resuelve el asunto. Sin embargo, de no tener beca el alumno tendría, entonces, que emitir el pago. Sin embargo, los estudiantes que no desean ese acuerdo, deben tomar un número para revisar su caso particular con su Oficial de Asistencia Económica. Al acercarnos a los guardias de seguridad de Plaza Universitaria algunos declararon no haber visto el desconcierto del día de ayer, ya que se encontraban por los alrededores del edificio durante el día, mientras otros informaron que Nieves era el encargado de emitir comentarios al respecto.
Estudiantes indignados
Los rostros desesperados y malhumorados eran “la orden del día” en Plaza Universitaria. Sin embargo, reina la esperanza de que todo se resuelva, ya que la mayoría no sabe qué hacer de no tener beca. Este es el caso de Carmen Díaz, estudiante de quinto año del recinto riopedrense, quien siempre ha sido becada.
En agosto pasado y ahora –por segunda vez– la joven tiene el mismo contratiempo. Mientras Asistencia Económica le comunica que ella ha radicado la beca tardíamente, la joven indica que no, que la radicó a tiempo. “Estresada y muy molesta” fueron sus expresiones al preguntarle sobre su sentir al respecto. La joven piensa que el problema radica en que las Oficinas Administrativas ahora se encuentran ubicadas fuera del recinto, lo que ha provocado que la población estudiantil desconozca fechas e información importante. Por su parte, Milarys Roena, nos indica que presentó la beca a tiempo, pero que en su matrícula no le aparece que tiene beca y se le está cobrando.
“Si la beca no me cubre no puedo coger clases porque no tengo dinero”, expresó la joven, quien cursa su cuarto año en la Universidad. Asimismo, Aris Burgos, llenó la beca y se le comunicó que la misma no pudo radicarse a tiempo. “Por el poco personal que hay en Asistencia Económica no se radicó a tiempo”, fue la razón que le dieron a la estudiante ante su situación.
El lunes se repartieron unos números a los estudiantes que se dieron cita para ser atendidos ayer, por lo que la joven acudió desde las 5:00 de la mañana y fue atendida a las 10. La estudiante se acogió al compromiso de beca presentado. Otros estudiantes –que no quisieron abundar– expresaron su indignación ante la situación, pues según ellos se está jugando con su futuro y con sus derechos. Sólo resta esperar a que la Universidad se ponga al día y merme la cortina de humo para saber quién realmente tiene beca, y quién debe hacer los ajustes necesarios para poder pagar su matrícula y no perder sus clases o, incluso, su semestre.