El día antes de la noche de brujas se ultimaron los detalles para que “halloween” fuera completamente espeluznante. El secretario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Daniel Galán, junto al presidente de la Junta de Planificación (JP), Héctor Morales, presentaron lo que a su juicio justificaba la derogación de la medida que hasta ese día designaba como reserva natural al Corredor Ecológico del Noreste (CEN). Sin duda, la acción de Galán y de Morales sobresaltó a miles de puertorriqueños, horrorizó a los apasionantes seguidores de las consignas “Go green”, “Playas sí, cemento no” y “Puerto Rico para todos” y escandalizó a los fieles defensores del Corredor Ecológico del Noreste, que por años han luchado por su protección. Por su parte, el presidente de la JP, quien para muchos se disfrazó de verdugo de la naturaleza, expresó en un rotativo del País (Primera Hora) que “entendemos que faltó un análisis ponderado sobre el proceso que se delimitaría sobre 3,000 cuerdas de terrenos como una reserva natural”. Y es que la JP y el DRNA alegan que, al aprobarse el Plan Integral de Manejos y Uso de Terrenos que se elaboró para el CEN, no se realizaron las vistas públicas correspondientes, el estudio de suelos, ni el análisis de viabilidad económica, entre otros. Sin embargo, la Coalición Pro Corredor Ecológico del Noreste y el grupo ambientalista Sierra Club desmintieron los alegatos catalogándolos como “falsos”. En un comunicado de prensa emitido por el Sierra Club, se expresó que “la designación del Corredor como Reserva Natural siguió el debido proceso de Ley y tanto agencias locales como federales han estudiado y reconocido el valor ecológico del CEN desde 1978”. La interrogante de muchos es: ¿por qué el DRNA quiere eliminar una reserva natural, cuando su misión debe ser proteger el patrimonio ecológico del país? La desprotección del CEN facilita que los desarrolladores de proyectos como San Miguel Four Season y sus Dos Mares Resort, intenten nuevamente la apropiación y deforestación de los terrenos; además, la obstrucción al libre acceso de las costas y el lucro de los simpatizantes de la filosofía “such is life”. El afán de construir hoteles y residencias de lujo, imposibles de adquirir por la dominante clase trabajadora del país y únicamente accesibles para los pocos económicamente privilegiados, es justificada por el gobierno como la reestructuración del sistema capitalista existente, que atraviesa una crisis. No obstante, la misma conduce a la dicotomía entre el desarrollo económico y la conservación y valorización de los recursos naturales. Según Jesús A. Rivas, escritor del ensayo “La Conservación Ambiental en el Socialismo del Siglo Veintiuno”, “el capitalismo se basa en la acumulación ilimitada de capital, mientras que, los recursos del planeta son limitados”. En el texto, Rivas afirma que en el sistema capitalista “lo que importa no es la conservación…sino maximizar la producción de capital”. Asimismo, explica que “cuando no hay conflicto entre el ambiente y la gente con capital, el sistema funciona razonablemente bien; pero tan pronto como aparece un conflicto con el capital, tanto la gente como el ambiente tienen las de perder”. Jesús Rivas sintetiza lo que está ocurriendo en Puerto Rico actualmente. No obstante, se reconoce que el país se rige por un sistema capitalista y es necesario el desarrollo económico, pero no se puede desarrollar y a la vez destruir una isla que sólo cuenta con 100 por 35 millas. La crítica al sistema capitalista en cuanto a los mecanismos para el crecimiento económico es que no se pueden colocar a los grandes intereses antes que la conservación de los recursos naturales, puesto que esto provocaría una planificación no sustentable y la destrucción de los ecosistemas. Por otro lado, muchos países con sistemas socialistas y comunistas han fallado al no incorporar políticas públicas cónsonas con un desarrollo sustentable. Ejemplo de ello es China, regido por un sistema comunista, posee 16 de las 20 ciudades más contaminadas del mundo. El crecimiento económico de un país es importante para su progreso, pero puede acarrear conductas egoístas e irresponsables que no miden las consecuencias que afectan los recursos naturales de forma irreversible. Por tal razón, una mala planificación enfocada en el turismo tradicional y no en el ecoturismo, pone en riesgo las tres mil cuerdas de terrenos del CEN, que abarcan: manglares, humedales, arrecifes de coral, una laguna bioluminiscente y playas que sirven para el anidaje del Carey y el Tinglar. Además, la aniquilación de sobre 50 especies no comunes y en peligro de extinción que habitan en el área. En Puerto Rico, existe la Ley Núm. 265 del 16 de noviembre de 2002, conocida como la Ley de Ecoturismo de Puerto Rico, establece como “política pública del Estado Libre Asociado de Puerto Rico el desarrollo de los recursos eco turísticos en la Isla, promoviendo la conservación de los recursos naturales de manera sustentable, la educación ambiental y el envolvimiento económico de la comunidad”. Paradójicamente, la Compañía de Turismo de Puerto Rico designa anualmente de su presupuesto 69 millones de dólares para promoción y mercadeo turístico. Se endosan anuncios publicitarios, que en la voz de Braulio Castillo (hijo), insta al extranjero a visitar la “Isla del Encanto” por su exuberante naturaleza, cautivando al turista con el lema “Explore Beyond the Shore”, que en unos años más será “Explore Beyond Concrete”. Otro contrasentido es que se busca con mucho esfuerzo y expectativa la selección del Yunque como una de las siete maravillas del mundo. Mientras que, el gobierno le quita la designación de reserva natural al Corredor Ecológico del Noreste, situado cerca del área geográfica del bosque lluvioso del Yunque. ¿Por qué se busca convertir en maravilla a un recurso natural y a la vez, al otro rellenarlo con cemento? ¿Por qué se está dando más importancia al enriquecimiento de unos pocos en detrimento de los recursos naturales de la isla? Para muchos la contestación a esas interrogantes manifiestan la verdadera situación del país, para otros, no. Hasta ahora, el gobierno le ha dejado ver al pueblo el poco interés en la conservación de nuestros recursos y la falta de educación sobre la importancia económica que poseen estos recursos para Puerto Rico. Lo que sí es evidente es la lucha de un pueblo por su tesoro natural. Todos los defensores del Corredor Ecológico del Noreste, esperan que no sea una utopía la deseada armonía entre el progreso económico y el ambientalismo. Sin embargo, parece ser que el pasado 31 de octubre de 2009 salieron a “trick or treat” los seguidores de “such is life” para asustar a los “siempre verdes”, que en definitiva no se conforman con chuparse un “limber”. Este trabajo forma parte del curso Ecosistemas y Biodiversidad, de la profesora Ileana Galanes de la Universidad de Puerto Rico del Recinto de Río Piedras y se exhibió en la exposición de la biblioteca José M. Lázaro, “Nuestra Isla: ¿La Queremos Verde o Gris?”, del 1 al 11 de diciembre. Para obtener más información sobre ecosistemas del País puede acceder: https://dialogo-test.upr.edu/es/node/3515 https://dialogo-test.upr.edu/es/node/3466 https://dialogo-test.upr.edu/es/node/3520 https://dialogo-test.upr.edu/es/node/3532 https://dialogo-test.upr.edu/es/node/3491 https://dialogo-test.upr.edu/es/node/3605