Si miramos atrás, en muchos conflictos del siglo XX, el papel de la radio fue uno de primera mano; tanto el de las estaciones manejadas por el Estado, cómo el de las radios clandestinas. Seguir las transmisiones era hacerse parte de otro mundo. Significaba entretenimiento, costumbre, lucha, historia, compromiso y hasta clandestinaje. Con el pasar de los años y la llegada de las nuevas tecnologías, la radio como multimedio ha quedado bajo el peso del tiempo y en especial las emisoras clandestinas raramente han sido documentadas. En muchos países de Latinoamérica, la radiodifusión fue el medio por excelencia para un sinnúmero de luchas sociales y fue partícipe de la historia; sin dejar atrás que hoy día es una herramienta de cohesión en gobiernos como el norcoreano y boliviano. Para bien o para mal. Pero tomando su papel histórico, podemos hablar de su función en varios conflictos. En la II Guerra Mundial, la radio jugó un papel vital y muchos pasaron incontables horas pegados al primitivo aparato, pendientes a los informes transmitidos, llenos de interferencias. Se escucharon por las ondas europeas (a través de la BBC “World Service”, durante años sostén de las ideas democráticas) mensajes como el del ex presidente francés Charles de Gaulle y su Llamamiento del 18 de junio de 1940. Dicha transmisión, fue un llamado a la resistencia del pueblo francés, tras la derrota y la invasión de la Alemania Nazi, a pesar de haber tenido un escaso auditorio Esto fue un momento fundador y emblemático para el mandatario y desde Londres logró con cuarenta líneas prender la imaginación del futuro: los jóvenes, aquellos que se negaban a dejar de ser libres y querían ser escuchados. Sin embargo, para los investigadores de los medios de comunicación, estamos frente a una radiodifusión que está dejando atrás este tipo de comunicados con la vieja radio. Tanto la prensa escrita, como la radio oficial y local, no se prestan para dar espacio a todo pensamiento, dejándonos el aprender y contrastar en las bandas radiales de onda corta, en las radios por internet y otros medios. La radio que románticamente recuerdan nuestros abuelos, para nosotros los jóvenes es desconocida. Pero al parecer, nuevos movimientos sociales y, paradójicamente, las nuevas tecnologías, la están sacando del baúl de los recuerdos. ¿AcasoRadio Huelga y Resistencia Colegial no son resultado de la falta de estos espacios de discusión? ¿Es desde la Universidad que podemos rescatar la radio puertorriqueña? Hablemos ya desde ejemplos concretos, desde nuestras aguas, desde los países vecinos. En Latinoamérica, proyectos radiales sirven como forma de expresión y son fuente de creatividad actualmente. Aquí algunos casos: * En el caso de México, estaciones como Ké Huelga Radio– con su lema La radio de todos, la hacemos entre todos– dan voz a quienes no la tienen, siendo un foro creciente de discusión sobre los movimientos estudiantiles y sociales de su país. * También en el país azteca, cientos de radiodifusoras comunitarias indígenas, clasificadas como “clandestinas”, exponen día a día las violaciones a sus derechos y llevan perennemente un proceso penal con el gobierno. Con nombres como Radio Jën Poj o “la energía del viento” (en náhuatl) evocan a su vez un pasado olvidado. Según la Revista Contralínea, muchas de estas radiodifusoras no comercializan su espacio, por lo que no se les puede considerar “piratas”. Se trata simplemente de radios comunitarias que difunden la cultura de sus pueblos. * En Argentina tenemos otros datos. Existen cerca de 6,000 radios de frecuencia modulada (FM) que operan sin licencia, y casi 5,000 son totalmente ilegales. Con licencia legal sólo operan cerca de 580, de las cuales sólo 240 emiten actualmente. Para muchas FM con permisos legales, las interferencias de las que no tienen sus papeles oficiales, son un dolor de cabeza. Muchas de estas estaciones radiales explotaron en suelo gaucho en tiempos donde caudillos políticos las veían como salvación y se mantienen con otros motivos sociales en pie. * Por otra parte, en Bolivia, la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Telecomunicaciones y Transporte (ATT) tiene en sus manos el proceso de inspección técnica de estas ondas, a fin de elevar informes para la suspensión de radios clandestinas. Pero aún nueve radios en Santa Cruz, llevan sus señales en voz de resistencia y son las más escuchadas, según sondeos oficiales. Sin duda, podría mencionar una infinidad de casos. Situaciones en las que una idea comienza desde cero y rinde frutos. Momentos en que algo que parece divertido o necesario y se transforma en nuevos medios de difusión. Impulsos que pueden crear nuevos espacios para dar a conocer sentires. Lugares donde se abren puertas para la creatividad y nacen proyectos con futuro. Pero mi pregunta es: ¿Deben quedarse en las huelgas estas iniciativas? Yo creo que no. Pienso que estamos frente a viejas-nuevas formas de hacer las cosas y manifestarse. Estamos en un momento en el cual los jóvenes no debemos sentarnos a que nos caigan las soluciones “del cielo”, hay que ponernos creativos y visionarios. ¿Y qué piensas tú?