¿Qué función deben cumplir las radiodifusoras universitarias?¿Cómo lograr los objetivos educativos ante la tiranía del rating y el espectáculo?¿Cómo caminar de la mano de la ley y la voluntad política?
El debate sostenido por los hacedores de la radio, las autoridades gubernamentales y las instituciones educativas, ha sido guiado por los cuestionamientos anteriores, entre muchos otros. El resultado han sido algunos compromisos en puerta, pero no pocos desencuentros. Y es que tanto unos como otros reconocen que hoy los medios de comunicación se topan con obstáculos cada vez más difíciles de sortear.
Las 38 instituciones de educación superior que cuentan con una radiodifusora, así como las 16 productoras operantes en el país de México, han generado una serie de propuestas para la radio. Dentro de estas destacan las siguientes:
*Generación de nuevos contenidos
*Modernización de leyes
*Diálogo con las autoridades
*Fin de los vicios del sindicalismo en el sector radiofónico
*Asociatividad productiva
*Consolidación de un propósito común ante el reto de las tecnologías y la globalización
Sin embargo, dichas propuestas aún están pendientes de ser escuchadas. Y sobre todo lejos de ponerse en práctica, a pesar de los esfuerzos que han venido realizando asociaciones como el Sistema Nacional de Productoras y Radiodifusoras de Instituciones de Educación Superior (Sinpries) desde 1992.
Los fines solidarios de la radio universitaria
Se advertía un vacío profundo en la radio universitaria de los estados de la República Mexicana a mediados de la década de los sesenta, según se explicó en un encuentro reciente con los miembros del Sinpries. La participación de las universidades se volvió cada vez más protagónica en la comunicación social y particularmente en la comunicación alejada de los objetivos mercantiles. Esto llevó a la existencia de una red cuyos objetivos deben ser los de las universidades e instituciones de educación superior hoy en día: fines solidarios hacia la sociedad.
Esta solidaridad resulta ser un compromiso muy grande. Este tipo de radiodifusoras representan instancias que pretenden impulsar las causas fundamentales de la ciencia, el conocimiento, la inteligencia, la cultura, el análisis crítico y propositivo de una sociedad. Todo ello al margen de los intereses del poder político, partidista o de grupos económicos. Por ello, el rol humanístico jugado por los medios de comunicación universitarios cobra una importancia relevante.
Las radios universitarias deben permitir el desarrollo humano y cultural. Su deber es contribuir a atemperar algunas consecuencias no deseadas de la influencia de otros sistemas de comunicación sobre la comunidad, y llegar a ser una opción de persuasión más poderosa. En suma, tener una visión muy distinta al resto de las productoras de comunicación electrónica local.
¿Qué estrategias seguir para diferenciarse de otros tipos de radio?
Centrarse en la conciencia como reto y en el conocimiento como base, es una posibilidad. El ámbito universitario debe ser el transformador de la sociedad. ¿Cómo? Es cuestión de creatividad y de autorregulación.
La generación de productos poco rentables económicamente sigue siendo un problema para la radio. Y ante tal realidad, hay que desarrollar verdaderas nuevas ideas. Además, la libertad de expresión ya no es hoy el tema principal. Los grandes temas son la responsabilidad y la autorregulación. Necesitamos un eje rector que busque la aplicación de las leyes. La legislación existente data de los años sesenta, pero no basta con ponerle parches, debe transformarse de fondo.
¿Tolerancia? ¿Apertura? ¿Estamos, por ejemplo, preparados para una ley de despenalización de la calumnia y la difamación, con la proliferación tan grande de éstas hoy en día? ¿Cuántos medios de comunicación han avanzado realmente en esa materia? ¿Existe respeto por el público? Hace falta una autorregulación por parte de los medios para poder solucionar estos problemas.
En suma, las dificultades técnicas y económicas han hecho que las radios universitarias en el país sean pocas en comparación con las radios comerciales y los institutos de educación superior. Dicha escasez también se debe a la falta de actualización del marco jurídico.
Los medios universitarios se han centrado en la difusión a través de la radio tradicionalmente. Son excelentes vehículos para establecer vínculos con la sociedad, difundir actividades y transmitir los valores de la institución académica que representan. Sin embargo, se encuentran en desventaja para competir con los medios comerciales.
La solución: Encontrar un nicho de mercado propio.
Esta búsqueda plantea una nueva disyuntiva: ¿debe permanecer la radio universitaria como un servicio intramuros?, ¿ahora también debe ser el rating una preocupación para ellas?
Quizá no exista aún una fórmula infalible. Pero no debe olvidarse que la radio universitaria constituye una valiosa oportunidad de devolverle a los medios su función social perdida ante el predominio de los criterios comerciales. Quizá sea sólo cuestión de creatividad; de pensar que las cosas siempre se pueden hacer de un modo diferente.
La autora es directora de la Licenciatura en Periodismo y Medios de Información – ITESM-CCM.
Para ver el texto original puede visitar la Revista Techo.