Moscú– Ante la posibilidad de que decenas de reactores de investigación que funcionan con uranio altamente enriquecido caigan en manos equivocadas y se utilicen en la fabricación de armas nucleares, Rusia y Estados Unidos se reunieron para acordar diferentes medidas para disminuir el riesgo.
Ambos países estudiaron la probabilidad de transformar los reactores de investigación rusos para que funcionen con uranio poco enriquecido. En efecto, expertos alegan que dicha conversión, como se ha hecho en Estados Unidos y otros países, reduciría significativamente el riesgo de proliferación nuclear
Por su parte, el vicesecretario de Energía de Estados Unidos, Daniel Poneman, firmó el acuerdo con el titular de la corporación nuclear estatal rusa Rosatom, Sergei Kiriyenko, durante una visita destinada a incrementar la cooperación en seguridad nuclear y energía atómica con fines pacíficos.
Mientras esto ocurría en la nación rusa, en contraste, Irán acordó volver a reunirse el próximo mes con seis potencias, Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania, luego de dos días de conversaciones infructuosas sobre la prolongada disputa por las ambiciones nucleares de Teherán.
Durante este acuerdo, la jefa de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, indicó que "nosotros e Irán acordamos continuar estas conversaciones a fines de enero en Estambul, donde planeamos discutir ideas prácticas y formas de cooperación para lograr la resolución de las principales preocupaciones acerca del tema nuclear".
Presión por sanciones
En un discurso en Irán, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad pidió a las potencias que declaren públicamente los "derechos" nacionales de la república islámica, diciendo que no tenía "nada más que remordimiento" si no lo hacían.
Las potencias occidentales quieren que la república islámica acuerde frenar sus actividades de enriquecimiento nuclear, que puedan tener tanto propósitos pacíficos como militares, pero Teherán se ha negado repetidamente a hacerlo.
Sin embargo, Irán insiste en que su programa está diseñado para producir electricidad para poder exportar más de su abundante petróleo.
Teherán está bajo una creciente presión debido a las sanciones impuestas por Occidente, aunque públicamente minimiza su impacto, diciendo que las penalidades comerciales y de otra naturaleza recibidas desde la revolución islámica de 1979 han fortalecido al país.
Subrayando lo lejos que están ambas partes de llegar a un acuerdo, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, comentó que las negociaciones podrían progresar si desistieran las sanciones impuestas contra Irán por sus actividades nucleares.
En las negociaciones celebradas en Ginebra, las potencias intentaron ejercer presión conjunta contra Irán para que acuerde discutir sus actividades nucleares, que Occidente sospecha están destinadas a fabricar bombas.
"No describiría las conversaciones que tuvimos hoy como fructíferas, pero es un comienzo", señaló un portavoz de la Unión Europea (UE). A lo que agregó que es "Un problema como este no va a ser resuelto en dos días; no es un problema fácil", añadió.
Entre tanto, líderes iraníes dejaron claro que el país no cederá en la disputa, ya que, este dilema tiene el potencial de desatar un conflicto militar en Oriente Medio con duras consecuencias para el mundo.
En efecto, el jefe negociador iraní, Saeed Jalili, añadió que la república islámica no negociará bajo presión.
"No conversaremos sobre los derechos nucleares de Irán e Irán nunca aceptará la presión", puntualizó.