México DF- Autoridades mexicanas investigan el supuesto secuestro a manos de un grupo armado de unos 50 inmigrantes centroamericanos en el estado de Oaxaca, en el sur del país, después de que los países vecinos de El Salvador y Honduras denunciaron lo sucedido y exigieron esclarecer el caso.
Según testigos, los presuntos secuestradores habrían obstruido con troncos y piedras las vías del tren en el que viajaban los inmigrantes, obligando a la locomotora a detenerse, lo que hizo posible que se llevaran a medio centenar de personas, entre ellas varias mujeres y niños.
Autoridades migratorias de México anunciaron en horas de la mañana que un grupo de centroamericanos de nacionalidades hondureña, guatemalteca y salvadoreña que habrían sido testigos del secuestro rendirán declaración ante la Procuraduría General de la República (PGR), o fiscalía federal.
"El Instituto Nacional de Migración (INM) ratifica su preocupación por llegar al fondo en las indagatorias de este hecho, por lo que mantiene constante comunicación con autoridades de los tres niveles de gobierno para allegarse de todos los datos y elementos que le permitan esclarecer lo presuntamente ocurrido", declaró el instituto a través de un comunicado.
El INM había dicho que ayer no existían evidencias de que el tren de carga hubiera sido tomado por algún grupo antes de un operativo que efectuaron ese día agentes migratorios mexicanos en el que fueron detenidos 92 indocumentados.
El sacerdote Alejandro Solalinde, coordinador del albergue "Hermanos en el Camino", que apoya a inmigrantes indocumentados en Ciudad Ixtepec, Oaxaca, responsabilizó del secuestro al grupo de narcotraficantes mexicanos "Los Zetas", uno de los más violentos del país.
Algunos de los testigos del presunto secuestro se habían quedado en un principio en el albergue del sacerdote y ahora se encuentran con las autoridades.
En agosto pasado, autoridades mexicanas hallaron en un rancho del estado de Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos, 72 cadáveres de inmigrantes centroamericanos y sudamericanos que fueron asesinados por "Los Zetas" ante su negativa a sumarse a sus actividades criminales.
Por su parte, el canciller hondureño, Mario Canahuati, pidió "hacer los operativos necesarios y garantizar que la suerte de estas personas que han sido secuestradas no sea igual que la de Tamaulipas".
Los cárteles mexicanos han aumentado sus operaciones criminales en Centroamérica para reemplazar a los cárteles colombianos en el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos.
Innumerables inmigrantes latinoamericanos viajan alrededor de 3mil kilómetros a través de México para tratar de encontrar trabajo en Estados Unidos, algunos aferrados a la parte superior de los trenes de carga o escondidos en compartimientos secretos construidos en camiones de carga.