San José – Costa Rica debe incrementar sus defensas para repeler a los violentos cárteles mexicanos del narcotráfico que están usando a la pacífica nación como punto de tránsito para la cocaína sudamericana.
El país centroamericano, que disolvió a su Ejército hace más de seis décadas, es estratégicamente importante para los narcotraficantes mexicanos que están reemplazando a los cárteles colombianos en el tráfico de cocaína desde naciones andinas hacia Estados Unidos.
"Estamos en un momento crucial e histórico", identificó la situación Mauricio Boraschi, viceministro de la Presidencia y Comisionado Nacional Antidrogas.
"Costa Rica, particularmente, si no toma ya la decisión de hacer una fortísima inversión en su aparato de seguridad, puede verse muy rápidamente afectada por lo que ha golpeado a los otros países centroamericanos", agregó.
La violencia ligada al narcotráfico ha golpeado a Guatemala, Honduras y El Salvador mientras cárteles mexicanos, que enfrentan presiones en su país por operativos militares, llevan sus negocios criminales a Centroamérica, donde guerras civiles dejaron un legado de violencia y corrupción.
Costa Rica -conocida por sus reservas ecológicas, café de exportación y una próspera industria turística- ya ha sido afectada por el narcotráfico.
La tasa de homicidios casi se duplicó desde 6 por cada cien mil personas en el 2000 a 11.3 por cada cien mil el año pasado, según el grupo independiente Estado de la Nación.
Refuerza fronteras
La presidenta Laura Chinchilla anunció este mes planes para tratar de frenar a los cárteles reforzando las fronteras y agregando 4 mil efectivos a la policía nacional, de 12,600 miembros.
Boraschi dijo que Costa Rica ha descubierto vínculos de empresas locales con los poderosos cárteles mexicanos, que protagonizan una brutal guerra por las rutas del narcotráfico que ha dejado más de 30 mil muertos desde que el presidente Felipe Calderón asumió el cargo en diciembre de 2006.
"A nosotros nos han afectado particularmente las narcofamilias. Empiezas a detectar (que) alrededor de una familia se crea una organización que vende servicios sobre todo logísticos, en transportes y abastecimiento de combustible a organizaciones de narcotraficantes", explicó.
Narcotraficantes de menor rango también están montando redes criminales a lo largo de las costas costarricenses del Caribe y el Pacífico, añadió Boraschi.
Por lo que, Costa Rica también busca evitar que se extienda a su territorio la espiral de violencia que afecta otras naciones contando con un sistema judicial que le ha ayudado a mantenerse como una de las naciones con menor índice de corrupción en América, de acuerdo con Transparencia Internacional.
"Es una lucha que se utiliza aplicando nuestro sistema jurídico. A eso es lo que apostamos. Nosotros no apostamos a guerra en la calle, que usted me dispare, yo lo disparo. Nosotros buscamos pruebas, procesamos a la gente, la llevamos a la cárcel", reveló el funcionario.
Mientras que, Chinchilla ha dicho que Costa Rica nunca va a tener una fuerza con una capacidad de ofensiva característica de los Ejércitos, pero han de “ser capaces de tener una presencia disuasoria de fuerzas especializadas en patrullaje de fronteras".