Un 5 de febrero del año 1941 llegó al pueblo vasco de Mondragón un sacerdote de hablar pausado y apenas 26 años de edad, que cambiaría el destino de ese lugar y fundaría el grupo empresarial cooperativista más exitoso del mundo: Corporación Mondragón, un movimiento que cuenta hoy día con 93,729 trabajadores en sus filas divididos en más de 100 empresas.
José María Arizmendiarrieta, de profesión periodista, no tenía previsto mudarse a aquel pequeño pueblo de poco más 7,000 habitantes que sufría las secuelas de la posguerra española. Él mismo, había estado a punto de ser condenado a muerte por el mismo gobierno a quien había servido como corresponsal en la guerra. Buscando una salida para dejar atrás las dolorosas marcas que la guerra había dejado en su memoria abrazó el servicio religioso. Quiso emprender una carrera universitaria en Bélgica pero la iglesia le envió a Mondragón, donde la pobreza, el hambre, la baja tasa de empleo y alfabetización convertían aquella encomienda en una difícil tarea.
La guerra había sumido a aquel pequeño pueblo vasco en la más terrible de las pobrezas: física y moral. No solo había falta de alimentos y escaseaban los bienes más básicos como el aceite, y el carbón, sino que la indigencia y un brote de tuberculosis había creado un problema de salud pública insoportable. Además, el lugar estaba en malas condiciones por el rol que aquella región jugó en la guerra; había sido bombardeada y utilizada como campo de batalla.
Sin embargo, el deseo de Arrizmendiarrieta de ayudar a esta población, y aportar a disminuir la tasa de desempleo lo motivó a fundar en 1943, la primera Universidad Politécnica (antes Escuela Profesional) con la ayuda de la organización filantrópica Fundación Viteri. En este centro educativo todos los ciudadanos del lugar tenían la oportunidad de entrenarse en distintas labores técnicas y profesionales y luego serviría de cantera para los talentos que conformarían la Corporación Mondragón.
La empresa más sólida de la región en la época era Unión Cerrajera. Sin embargo, el descontento de los empleados por las malas condiciones del trabajo y la disminución de los sueldos motivaron a que cinco pioneros egresados de la Universidad Politécnica (Luis Usatorre, Jesus Larrañaga, Alfonso Gorroñogoitia, Jose María Ormaechea, y Javier Ortubay) fundaran la primera empresa: Fagor Electrodomésticos (antes Ulgor). Para lograrlo tuvieron que pedir un préstamo que fue respaldado por el farmacéutico y el pintor de aquel municipio. De esta manera esta compañía abrió sus puertas ofreciendo empleo inicialmente a 24 personas. Luego de la fundación de Fagor y aprovechando el despertar de la economía española que hizo viable la fundación de nuevas empresas, se constituyeron dos entidades claves para el desarrollo de este colectivo: Caja Laboral (entidad bancaria y de ahorro) en 1956 y la Entidad de Previsión Social Lagun Aro en 1966. Para concluir esta etapa se constituye en 1969 Eroski, un colectivo compuesto de la unión de nueve pequeñas cooperativas de consumo locales.
Pero no sólo se fundaron empresas. En 1974 los profesores de la Universidad Politécnica fundaron el Centro de Investigación Ikerlan, al servicio de la industria, del municipio y desarrollo de las empresas Mondragón; y la Mondragón Unibertsitatea (Universidad Mondragón) en 1997.
Hoy día a más de 50 años de su fundación, las empresas que conforman este grupo cooperativo han sabido evolucionar y adaptarse a los cambios de mercado, sustentándose unas a otras lo que ha contribuido a su preservación y a la seguridad de empleo de miles de personas. Se le considera como uno de los modelos cooperativos más importantes a nivel mundial. En la actualidad la Corporación Mondragón se compone de 135 compañías divididas en varios sectores: Finanzas, Industria, Distribución y Conocimiento. Este último constituye uno de los principales distintivos de Mondragón; lo distingue como un grupo empresarial innovador y diferente. En el 2008 la corporación obtuvo ingresos de más de 16,770 millones de euros, de los que 6,511 millones correspondieron a Industria, 9,073 millones a Distribución y 1,186 millones al área de Finanzas.
Este articulo es la segunda parte de una serie que busca divulgar distintos proyectos de cooperativismo y economía solidaria que han surgido como consecuencia de crisis económicas en distintos países. Esto, como contraposición a los modelos económicos imperantes: estatal y privado. El cooperativismo, como alternativa, busca combatir la marginalidad y la pobreza creciente, así como la brecha entre ricos y pobres, desde una perspectiva humana. El movimiento cooperativo asienta sus orígenes en la formación de la Sociedad Equitativa de Pioneros de Rochdale, en Inglaterra en 1844, donde un grupo de obreros de la industria textil que se enfrentaban al desamparo económico, se agruparon para crear una fuente de producción que les asegurara el sustento.