Un nuevo golpe de timón rumbo al monopolio de la fabricación del papel para diario será dado en el transcurso del presente año, recortando aun más las posibilidades de la prensa independiente, acosada además por los frecuentes aumentos del precio del producto.
La Secretaria de Industria, a través de un vocero oficioso, confirmó días atrás que la empresa Papel Prensa S.A. será privatizada, "por cuanto el Estado venderá su participación del 25 por ciento en el paquete accionario, algo que -por lo demás- está previsto orgánicamente".
Ante estas perspectivas, no cabe duda que aquellas empresas editoras que no participan de Papel Prensa -conformada por tres diarios de la Capital Federal- tendrán mayores dificultades para obtener uno de sus principales insumos. Más aun cuando Papel del Tucumán, que provee el mayor volumen del producto que elabora a aquellas publicaciones que no forman parte de aquélla, ha aumentado el precio en un 142,18 por ciento en apenas tres meses, cifra muy superior a la que registra el índice de precios al consumidor y que equivale a unos 700 dólares (según la cotización del Banco de la Nación Argentina) por tonelada, mientras que el valor internacional es de aproximadamente 400 dólares.
Un simple cálculo permite suponer que es más barato comprar el papel extranjero, a pesar del obstáculo que teóricamente representa el 38 por ciento del arancel para su importación, que según la misma Secretaría de Industria será mantenido en ese nivel.
La privatización de Papel Prensa, el elevado arancel para la importación y los desmedidos aumentos del papel para diario dejan entrever un desigual tratamiento que, en el fondo, oculta la intención de apoyar a una determinada prensa en desmedro de otra, lo que a su vez significa imponer límites a la libre expresión.
No está de más reiterar que una democracia se consolida a través de la confrontación de ideas, concepto que el partido gobernante agitó en su campaña electoral, pero que al parecer olvidó hacerlo realidad en la práctica.
En este caso, la herencia del "proceso" aparecería como una artimaña que el gobierno elegido por el pueblo utiliza ahora en beneficio propio y de los intereses que precisamente fueron apañados en aquella oscura etapa.
La defensa de la prensa independiente es un prerrequisito insoslayable de todo proceso democrático y el gobierno debería permanecer ajeno a las maniobras monopólicas.
**El autor es comunicólogo. El texto original fue publicado en el blog seniales.blogspot.com/2011/01/editorial-el-precio-del-papel-y-el.html