La sublevación comenzó en Guaynabo. A las puertas de un antiguo K-Mart, miles de hombres y mujeres, aún a las 11:00 a.m. no habían podido entrar al Ciber Wal-Mart de Plaza Jeep Cherokee para ejercer, según denunciaron, “su derecho a comprar lo que me dé la gana y cuando me dé la gana”.
Unos cinco minutos más tarde, el Microsoft Powered Virtual Gobernator anunció, mediante un mensaje cibertransmitido a través de la red Google Politics, el envío de efectivos de la Unidad Smith And Wesson de Operaciones Láser y la Guardia Lockhead Martin Panacional a las puertas de todos los Ciber Wal-Mart, que se ubican en la realidad imaginaria de cada súbdito que reside en Puerto Mall.
“Hemos recibido información, a través de una fuente de enterísimo crédito, que ubica artefactos hechos en la República Popular China y su homóloga Corea del Norte, para la venta en las tiendas Ciber Wal-Mart. Para aquellos buenos súbditos de Puerto Mall, sepan que estamos preocupados por su seguridad. Por ello hemos decidido cerrar todos los establecimientos de esta cadena, ya que los artefactos que allí venden son sofisticados aparatos de inteligencia militar que pretenden subvertir nuestro querido orden social, destruyendo el ya comprometido albedrío que le han regalado a nuestro querido gobierno los súbditos de Puerto Mall. Los Guardias y la Policía son sus amigos, esos artefactos no. Un día apegado a cualquiera de estos aparatos puede convertir a un nihilista en un comunista maoísta y hasta cosas peores”, dijo el Microsoft Powered Virtual Gobernator con una mueca de preocupación pixelada.
“¡A mi sin cojones me tiene el mamaoismo ese del Virtual Gobernator!”, gritó una mujer que se identificó como Benischardis Ortega, residente de la comunidad pública-privada The Hibiscus, quien a renglón seguido defendió “la autonomía fiscal de los súbditos, que es un derecho garantizado por la Constitución del Subdito-Consumidor de Puerto Mall, ¡puñeta!; compro cuando quiera y lo que quiera, ¿qué es esto Irán?”
A su derecha, Maria Antonieta “Tuti” Bergodere-Abercormbie, residente del histórico centro suburbano Garden Hills, levantó el puño izquierdo, amarró su brazo derecho al de Benischardis, y discursó: “¡esto no es una cuestión de clases! El derecho a comprar es un asunto que nos atañe a todos. No podemos permitir que este Microsoft Powered Virtual Gobernator y su gobierno binario nos diga cómo, qué y cuándo comprar. ¡Basta ya de la falta de estacionamientos! ¡Basta ya de que no funcionen las escaleras eléctricas que nos llevan directamente del auto a la tienda! ¡¿Y ahora esto?!, ¡Ni un atentado más contra nuestra calidad de vida!”.
Envalentonada por el verbo de Tuti, Benischardis se arrancó sus uñas de fibra de carbón afilado, subvencionadas por el Mall-Estado, y las lanzó al pavimento. Los vehículos de la Unidad Smith and Wesson de Operaciones Láser quedaron inoperantes, con sus neumáticos vacíos, mientras los Guardias Lockhead Martin Panacionales batallaban para sacarse las uñas que se habían incrustado en sus botas de PVC ultramarino.
El escenario se complicó con la llegada de Acetileno Al-Varado, quien dijo representar al Frente Pro No Comprar Nada (FPNCN) y se hizo portavoz de “aquellos que no quieren comprar y no ven en el consumo una experiencia religiosa en pos de la felicidad; los que pajareamos”.
Sin embargo, súbditas y súbditos como Tuti y Benischardis, denunciaron que Al-Varado era “un infiltrado” del Virtual Goverment que arruinaba su huelga “en pro de los derechos de compra de todos”.
Y fue justo al mediodía que se sucitó el primer incidente de violencia cuando Tuti lanzó su Mercedes Benz sobre “el infiltrado”.
“¡Mira y que a mí; y que a mí! ¡So desgraciado yo soy descendiente de los Arellanos y Maderos que forjaron este Gran Mall!”, gritaba la mujer mientras pasaba las ruedas de su máquina sobre los pies de Al-Varado.
En ese instante, la computadora portátil que dirigía a los efectivos de la UOL y la GP que repelerían el “salpafuera” hizo log-on en la página de Emergencia del Virtual Goverment y comenzó a lanzar la advertencia de rigor.
“Están interfiriendo con el derecho de los que no quieren comprar, los que vienen a pajarear. Vamos a cooperar, vamos a hacer esto por Puerto Mall; no queremos una tragedia.
Recuerden, comprar no es un derecho, es un privilegio que nos brinda nuestro Virtual Goverment, no lo echen a perder. Aquellos que no obedezcan pueden sufrir las consecuencias graves de una lobotomía cibertelepática. ¡Por favor aléjense!”, voceo el aparato.
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