Lo confieso. Por primera vez coincido con Ygrí Rivera. Padezco de un amor enfermizo por la IUPI. Nada racional: más que entrañable; visceral. No hay pastillita ni terapia que lo amaine. La Ygrí me ha dado la palabra misma para no tener que explicarme: es un amor enfermizo. Este maldeamor no conoce pausas ni moratorias; no amaina, se multiplica e intensifica frente a la terquedad, la incompetencia y el atropello. Entonces alcanza esa serenidad y claridad de propósito que le adjudicaba Nietzche a la demencia.
Ocupemos la Universidad desde todos los flancos posibles: tiempos, espacios y palabras. Cada uno con su menester. Un sólo cuerpo y una sola voz el cual, precisamente al asumir y expresarse desde sus diferencias, articula la única universidad posible: la que hacemos al pensar y al actuar.
No es tiempo de siestas, tenemos que intervenir todos: desde los que la aman con tibieza hasta los que el delirio nos hace más racionales. Muchas iniciativas docentes enfilan hacia ese cuerpo informe, en movimiento, que es una universidad, siempre haciéndose, en camino a. Organizaciones tradicionales como la APPU y la Hermandad, La Universidad que todos queremos, Fuenteovejuna, Sumando ganamos más, Convergencias.
Desde la calle, desde la Universidad sin paredes, desde adentro en salones de clases, comités y asambleas de facultad que deben funcionar como vasos comunicantes entre ellas. en encuentros de plazas y pasillos, en conversaciones informales con colegas y estudiantes. Ayer el encuentro con otros como Vanessa Droz, Tati Fernós, Ana Rivera Lasén, me regresó a décadas atrás, sentadas en esas mismas escalinatas, haciendo una universidad viva, con pulso y latidos, la misma que siempre nos convida al junte. Otros han venido detrás de nosotros y otros vendrán. Nunca habrá un último testigo mientras exista el deseo por la Universidad. Hoy nos reclama como cuerpos y mentes vivas. Yo voy a ella con mi mal de amores.
*La autora es catedrática del Departamento de Literatura Comparada de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.