Declaración que he hecho en mi nombre, para la sección de “Notes” en Facebook.
La grave situación en que se encuentra inmersa la Universidad de Puerto Rico merece un análisis crítico y ponderado de todos los grupos que componen aquel gran ente fálico que llamamos La IUPI.
Poco nos vale sumergirnos en ese sentimiento de inutilidad y debatir académicamente en círculos cerrados nuestras propuestas a la resolución de este conflicto que nos afecta a todos sin tomar acción real. Poco nos vale escribir como status esa popular frase que se repite como CD guayaó, ¡¡¡ESTO ES MACONDO!!! No, esto no es Macondo (así que deja de pautar la frase).
Es momento de asumir responsabilidad. Así que, como mecanismo de lucha y acción, he decidido presentar mi manifiesto, proclama personal, renuncia y futuro rechazo de este tema y destacar con Sharpie rojo los protagonistas que deben repensar y replantear sus posturas y estrategias (pero no de la boca pa’ fuera).
Al Gobierno (y sus oficiales de prensa), que detengan la práctica de pensar que me están cogiendo de pendeja con éxito cambiándome el media tour cada dos semanas (esta semana es la IUPI, la de arriba es el Gasoducto, la otra la corrupción y volvemos a iniciar el círculo) para finalmente no reparar la situación, extender burocráticamente el proceso de diálogo y soluciones, arrastrarlo hasta el próximo cuatrenio y echarle la culpa a la “pasada Administración”.
A todos aquellos entes que componen La Administración Universitaria: La Junta de Síndicos, El Presidente, La Rectora… Su intransigencia en nombrar al menos gente linda hacen mi tarea de fotógrafa más difícil, porque no sólo tengo que luchar con el empujón inminente del camarógrafo de Telemundo, sino que no hay ángulo ni composición fotográfica que permita resaltar algún tipo de cualidad humana en su faz, que es una pena, ya que sus acciones tampoco lo consiguen.
Al movimiento estudiantil: obviamente, va el shout out obligatorio a los “izquierdosos-pelús-socialistas huelguistas”, que me tienen corriendo del portón de Sociales al de Bellas Artes en tres minutos desde diciembre, sudando más que un obrero de construcción, para grabar cada performance mediático que se les ocurre. Los exhorto a que se posteen en un solo portón, se quiten la capucha y proclamen en una sola voz (y oraciones completas) qué quieren que sea su Universidad, sin citar a Marx, a las luchas del medio oriente o a Xiomara Caro.
Asimismo, señalo a los “medios de comunicación” como los autores intelectuales de este descojonamiento en la educación superior pública, porque “ellos controlan la opinión pública, tergiversan la información, tienen agendas políticas, están parcializados”, … (inserta aquí otro adjetivo calificativo para “los medios”), en especial a El Nuevo Día, que gracias a su “minuto a minuto desde la UPR” tengo que ponderar concienzudamente en que área de la Universidad fue que pasó aquella bicicleta a las 9:21 am. Cabe destacar que me tragaré el teclado de la computadora en protesta por el abuso de la jerga huelguista: conclave, manifestación, lucha, pleno, huelga, movimiento estudiantil, diálogo.
Otro gran detractor es mi padre, quien en el 1980 decidió casarse, tener tres hijos y su mujer, obtener un trabajo con income de clase media, por lo que nunca cualifique para la Beca Pell y por ende me tuve que graduar antes de tiempo porque no podía pagar la puta cuota de la discordia.
Así que efectiva mi renuncia el 1 de junio de 2011 estudiaré “Planificación Urbana” para conseguirme un trabajo que pague bueno sin sudar mucho, en aras de desarrollar los huecos que le hizo Fortuño al Corredor Ecológico del Noreste y llenarlo de mucho progreso e infraestructura. Posteriormente, me haré profesora en la IUPI, abriré un Facebook como la DRA Janice Mejías y tendré espacio para una diatriba legit, donde todos mis colegas le den like a mis escritos desde sus oficinas y un pat in the back a mis rants esquizofrénicos de ensimismamiento, aislamiento y bichería colectiva.
*La autora es periodista.