La industria de los videojuegos genera anualmente 23 billones de dólares y aunque para algunos sectores de la sociedad, los videojugadores conservan el estigma de marginados socialmente o “geeks”, la verdad es que cada vez más las personalidades del mundo del espectáculo y la política han aceptado que son afectos a los juegos de video, como el baloncesto Yao Ming o las estrellas de Hollywood Macaulay Culkin, William Shatner y Mila Kunis, entre otros, quienes han admitido que son aficionados del juego World of Warcraft.
Es por esto que no es de extrañar que Hollywood esté ansioso de atraer a este mercado y que las adaptaciones de videojuegos a películas sean cada año más numerosas. De igual modo, a diferencia de las primeras, las nuevas adaptaciones comienzan a tener grandes nombres en el elenco e importantes directores a cargo. Aun así, la industria cinematográfica no logra captar a los fanáticos de los juegos de video y las películas basadas en estos resultan siendo un fiasco en taquilla.
La lista de videojuegos ya adaptados es larga, pero más extensa es la de los proyectos que serán producidos próximamente. Algunos de los juegos llevados a la gran pantalla y que resultaron en un fracaso de taquilla han sido Super Mario Bros (el primer videojuego en ser adaptado al cine), Double Dragon, Street Fighter (que ha tenido dos adaptaciones distintas, igual de terribles), Max Payne, Resident Evil (que ya lleva 4 entregas), Silent Hill, Doom, BloodRayne, WingCommander, Mortal Kombat (que tuvo también una secuela), Prince of Persia, Hitman, Tekken (que no ha sido estrenada) y Tomb Raider (que tuvo dos episodios).
Estas adaptaciones fueron criticadas duramente por fans de los juegos que les sirvieron de inspiración, primordialmente por lo distantes que fueron los argumentos, los personajes y las tramas de las películas en relación a la fuente original.
Algunos de los proyectos venideros son una nueva película de la saga Resident Evil, una nueva versión de Tomb Raider (que comenzará la historia desde cero, con una nueva actriz reemplazando a Angelina Jolie), una secuela de Hitman y las adaptaciones de Shadow of the Colossus, Kane and Lynch, BioShock, God of War, Red Dead Redemption, World of Warcraft (dirigida por Sam Raimi), Uncharted, Devil May Cry, Dante’s Inferno, Dead Space, Mass Effect, The Sims, Rampage y los clásicos del “Arcade”: Joust, Space Invaders e incluso hay rumores de una adaptación de Pac Man, aunque muchos no puedan explicarse la forma en la que se adaptarán estos juegos que no tenían historia alguna ni elementos gráficos bien definidos.
Pero los videojugadores siguen viendo con desconfianza a Hollywood. Muchos alegan que la razón por la que la industria cinematográfica no logra una buena adaptación del género es precisamente porque lo que buscan las casas productoras es vender y no hacer una versión fiel, que le haga honor a la experiencia de haber completado el juego. Otros videojugadores expresan que el error es que quienes escriben los guiones, hacen la dirección de arte o dirigen la película no necesariamente están familiarizados con la cultura “gamer” o siquiera con el juego que llevan a la pantalla grande. Pero se puede ver en las últimas películas del género, que los productores comienzan a solventar estos detalles, contando quizás con asesores o con directores y actores que sí hayan vivido la experiencia del videojuego. Aun así, la adaptación no pareciera convencer a los “gamers”.
La razón quizás podría ser la experiencia en sí. Podría ser la diferencia de la narrativa de ambos medios lo que hace que una experiencia no llene las expectativas de quienes vivieron la original. Los videojuegos tienen una narrativa interactiva que hace que el usuario viva cada evento de la historia como si fuese él mismo quien está realizando las acciones del protagonista, ya que, indirectamente y mediante el uso del control, es, en efecto, el jugador quien actúa. Esto hace que la experiencia de un juego de video sea sumamente íntima y personal (mientras menos lineal y más abierto sea el juego, esta vivencia será más individual, como por ejemplo en los juegos de rol, en los que las decisiones del usuario afectan la trama del juego). Por tanto, aunque la historia, los personajes y el juego sea el mismo, va a haber una experiencia por cada jugador.
En el momento en el que dicho juego se lleva a la gran pantalla, es la experiencia del guionista, la del director, la del director de arte y la de los actores quizás, las que se fusionan para generar una visión común de la vivencia experimentada al haber jugado la fuente de origen del film. Si pensamos que esta será juzgada por cada videojugador, desde el punto de vista de cada una de sus vivencias, la probabilidad de que la película llene las experiencias de los espectadores es bastante baja. Si tomamos en cuenta que la primera adaptación de Mortal Kombat (1995), que comparada con otras adaptaciones de videojuegos resultó siendo una buena y exitosa película, era un film de pelea basado en un juego de pelea, que era bastante lineal y cuya experiencia era bastante similar para todos aquellos que la vivieron. Esto sería cónsono con la idea anterior.
Con el surgimiento de consolas que prescinden del control para manejar a los personajes del videojuego (el Wii, el Motion, el Kinect y otros), la experiencia será aun más personal, ya que la relación entre el jugador y el protagonista será más estrecha. Por lo tanto, será más dificultosa la adaptación. Eso no impide que Hollywood siga intentando entrar a este mercado y que por tanto, continúen regalándonos más y nuevas películas basadas en videojuegos en los años venideros.