Para aquellos que vivimos la década de los ochentas, el cine de ciencia ficción y aquellas películas que eran protagonizadas por chicos fueron en gran parte, el componente principal de nuestra experiencia cinematográfica, ya sea porque las vimos en las salas de cine o en nuestros reproductores de video. Filmes como Close Encounters of the Third Kind (1977), ET: The Extraterrestrial (1982), Gremlings (1984) y The Goonies (1985), entre otras, marcaron nuestra vida y se convirtieron en un referente importante en el género. Seguramente es esta la razón por la que el laureado cineasta J.J. Abrams, quiso homenajear a una de las figuras más influyentes de esta cinematografía, Steven Spielberg, con su nueva película: Super 8
Spielberg, considerado uno de los cineastas más geniales e importantes de Hollywood y conocido como uno de los magos de la gran pantalla, participó como Director, Productor y/o guionista de muchas de estas películas (incluyendo los ejemplos nombrados). Varias imágenes pertenecientes a sus películas, han quedado grabadas eternamente en la memoria de aquellos que las apreciaron, desde la primera vez. Abrams, quien es famoso por participar prolíferamente en el género de la ciencia ficción, debe conocer y admirar el trabajo de Spielberg y es por esto que en Super 8, se vale del pastiche para homenajearlo. Aparentemente al mago del cine debió gustarle la idea, porque fue él quien la produjo.
Esto es, precisamente Super 8. Una buena película de ciencia ficción ochentosa, de esas protagonizadas por muchachos, pero reinventada por Abrams, quien es el hombre detrás de importantes proyectos como la serie Lost, Alias, Fringe y las películas Star Trek y Cloverfield. El resultado es una gran historia, emocionante y cargada de acción, suspenso y efectos especiales maravillosos, generados por la compañía de George Lucas (quien es también amigo de Spielberg), Industrial Light and Magic, (cabe destacar que Super 8 también incluye un pequeño homenaje a la importancia de la obra maestra de Lucas, Star Wars).
La historia, a pesar de ser de J.J. Abrams, quien es famoso por tener argumentos sumamente complejos, es bastante simple en esta ocasión (emulando de igual forma las películas de la era que homenajea). En la primavera de 1979, un grupo de muchachos intenta hacer una película de zombies con una cámara de video formato Super 8; y durante la filmación de una escena, presencian un accidente ferroviario que libera una presencia en el pueblo en el que viven. Este es el punto de partida para que los extraños sucesos que comienzan a ocurrir debido a esto, vayan intensificándose y evolucionando hasta que termina convirtiéndose en un film del género de desastres, al más puro estilo de Godzilla o Cloverfield.
Los elementos más sólidos y maravillosos de la película son, la dirección de Abrams quien sabe manejar muy bien el suspenso, la acción, el humor y los sentimientos, la cinematografía que emula de igual modo el grano y la iluminación de la época y las actuaciones de los chicos, en especial la de Elle Fanning (hermana menor de Dakota Fanning), quien deslumbra por su frescura y genuina actuación. Los diálogos del guión de igual modo son bastante buenos y presentan humor sin perder la seriedad de la película.
El punto débil de la película, sin embargo, podría ser el final. No porque esté mal, de hecho, termina como la mayoría de los filmes de la década de los ochentas, pero este resulta bastante abrupto y muchos de los trasfondos psicológicos y emocionales de los personajes, se solucionan en cuestión de cinco minutos aproximadamente. De igual forma, la toma final es tan cercana a la de la película de la cual esta siendo apropiada, que aquellos que la reconocen, la comparan irremediablemente y obviamente la encuentran inferior, por lo que el rechazo es inevitable. Aún así, Super 8 es altamente disfrutable y una película que todo cinéfilo melancólico debe ver.
Un elemento muy interesante del guión y la película es la metanarrativa cinematográfica que se presenta en el paralelismo de la obra de Abrams y el filme que realiza Charles Kaznyk (el jóven director de la película que filman los chicos en formato Super 8 y mejor amigo de Joe, protagonista del film). Durante toda la película, ellos continúan tratando de realizar su obra y las indicaciones de Charles van acorde con el transcurso del film que vemos.
Por dar un ejemplo, en el principio, la película inicia simple, sin demasiados valores de producción, en un pueblo tranquilo. Incluso, el único evento ocurrido (un accidente en una fábrica de metales, con el que inicia la historia), pasa fuera de cámara y se da a conocer sugeridamente. Pero en el momento en que el tren entra a la historia y empiezan los grandes efectos visuales, Charles grita “valor de producción” indicando que usarán el tren para su proyecto. De igual modo, el valor de producción de la obra de Abrams comienza a ir en aumento, al igual que en la de Charles.
Otro ejemplo es cuando, ante las imágenes del tren destruido por el accidente, uno de los muchachos comenta “esto parece una película de desastres” y a partir de ese momento, la atmósfera del film cambia para convertirse precisamente en eso.
Incluso, la explicación de la importancia del personaje de Elle Fanning, es dicha por Charles, cuando le dice la razón a Joe, para incluir el personaje de “la esposa” en la película de horror.
Esta metanarrativa hace que la película tome una dimensión fascinante para los conocedores del medio, que pueden ir contrastando lo que Charles comenta mientras la historia avanza. Es casi como ver el film con el comentario del director incluido en el guión.
De hecho, personalmente, no se me hace difícil imaginar a Abrams, dentro del personaje de Charles. Este joven director, interesado en los valores de producción, que busca una historia de ciencia ficción interesante y que está influenciado por los filmes que le preceden y decide hacerles un homenaje con su obra (según su historia los zombies fueron creados por una compañía cuyo nombre es, a su vez, un homenaje a uno de los directores más importantes del género de los muertos vivientes). Abrams se interpola de su realidad a la existente dentro de su film, como un niño soñador que desea emular el buen cine del que es fanático.
Un dato divertido es que durante los créditos, podemos apreciar la película de zombies completa.
Definitivamente Super 8 no es perfecta ni tampoco es un film que te cambiará la vida. Pero es una muy buena película para los amantes del cine, los melancólicos y aquellos que disfrutan de la práctica postmoderna cinematográfica.