La comunidad del Viejo San Juan fue invitada la noche del martes a una presentación sobre el tan esperado Tren Liviano en el antiguo Ayuntamiento del Municipio de San Juan.
Asistió un grupo nutrido de residentes y comerciantes. Para su sorpresa lo menos de lo que se habló allí fue sobre un medio de transportación colectiva.
En realidad, todo estaba dispuesto para hablar sobre la carga pesada que traerá el tren liviano a los habitantes de la Isleta de San Juan. Carga que consiste en el comentado Walkable City del Alcalde Jorge Santini como proyecto faraónico a concluirse en el 2030.
Digo carga pesada porque el proyecto esconde parcialmente sus verdaderas intenciones. La primera de todas es la construcción de una nueva ciudad en Puerta de Tierra. Ciudad con muelles para mega yates, con aeropuertos para jets privados y una villa turística en La Perla. Al estilo de lo que descubrió Donald Trump en la isla volcánica de Santorino en el archipiélago griego.
Todos los elementos están dispuestos para un nuevo proyecto de gentrificación o substitución de la población actual en la Isleta.
A lo largo de ese plan, en su fase actual, la antigua ciudad y concretamente su interior seguirá abandonado para que disminuya el valor de su inmueble o patrimonio edificado. Parte de esta fase es el desmantelamiento del Instituto de Cultura Puertorriqueña y su programa de Zonas Históricas tan aborrecido por aquellos que quieren borrar nuestra historia del mapa. De hecho, ya en 2009 fue radicada la medida para pasar el inmueble de la Casa de Juan Ponce de León al inventario de propiedades del Municipio de San Juan.
Asimismo, el actual sector comercial ha de ser el primero en desaparecer. Para eso es que los han dejado en un aislamiento total. Luego le siguen sus habitantes que irónicamente han resistido más que nadie a pesar de ser casi todos baby boomers y estar a punto de entrar en la tercera edad.
Es la misma historia que aconteció en Río Piedras y Santurce. Lo único que en esta ocasión no se trata de intereses para abrir centros comerciales con inversión del patio. Se trata de una trama de inversionistas extranjeros, piratas del nuevo milenio, que desde hace tiempo vienen atesorando la Isleta de San Juan Bautista para lavar todos sus tesoros.
Es el sitio perfecto para ellos. Es toda una red que se viene montando a través del Caribe y que considera como su joya más preciada nuestro histórico centro urbano para convertirlo en un gran complejo hotelero-turístico.
Pero no se afile los colmillos. Ese complejo es sólo para los piratas miembros. Lo único que falta por barajar es el nombre que le van a poner.Imagino que estarán considerando Pirates World o Pirates Island. Es decir, cualquier cosa que le haga honor a sus miembros y compita con Disney World.
Welcome to Pirates Paradise Island, podría ser el letrero de bienvenida que se disponga a la entrada de la Isleta, justo al lado de ese gran monumento a la corrupción gubernamental que representa el famoso elefante blanco de Paseo Caribe.
El Tren Liviano trae carga pesada. Su saldo es una isla al estilo de la Isla de Manhattan en Puerta de Tierra, un Pirate´s World en el Viejo San Juan y una Villa de Trompetistas en La Perla.
El autor pertenece ProRescate Viejo San Juan; Primera Linea de Defensa de la Isleta de San Juan Bautista y su Patromonio Histórico.