Ingenio (wit, en inglés). Sustantivo cuyo significado principal es ‘inteligencia’. También, es el nombre de la obra escrita por Margaret Edson, galardonada con un premio Pulitzer y ahora puesta en escena en Puerto Rico por la compañía Tantai Teatro.
El ingenio sale a relucir cuando un sujeto se encuentra desesperado o sin saber qué más hacer; cuando es diagnosticado con cáncer en su etapa más avanzada, tal vez. Este es el caso de Vivian Bearing (papel interpretado por la actriz Cristina Soler), profesora universitaria de literatura inglesa con vasto conocimiento en poesía metafísica y los Sonetos Sagrados de John Donne.
La obra entonces, transcurre en el tiempo que Vivian recibe las quimioterapias en el hospital, mientras pone en perspectiva su manera de ser previo al diagnóstico y cómo debe ser de ahora en adelante.
Ingenio, la palabra, hace referencia a otras acciones, según el diccionario Oxford, que bien pueden ser aplicadas a la obra:
- darle a alguno un susto de muerte.
- estar alerta o atento, andar con mucho ojo;
- vivir de su/o mi (ingenio)
Cuando se habla de darle a alguno un susto de muerte, la pieza teatral, dirigida por Ismanuel Rodríguez, no recurre a repetidos episodios donde parecemos encontrar a la protagonista al borde de la muerte. No cae en el cliché de presentar un paciente de cáncer extremadamente débil y escuálido. No lo necesita, pues la obra no busca resaltar los efectos físicos del cáncer en un paciente, sino la trascendencia mental y emocional tanto de Bearing, como de las personas a su alrededor, el espectador incluido.
La profesora Bearing, conocida por su exigencia y rigidez, utiliza su inteligencia como escudo ante su condición de salud, cuando contesta sarcásticamente a los doctores y enfermera, por ejemplo, la pregunta: “¿cómo se siente?”. A lo que Bearing, ya con más de 200 expulsiones, o vómitos, en el día, contesta con un “muy bien”, echándose al público en un bolsillo. Igualmente, estos pequeños guiños a los espectadores y la manera en que se dirige directamente a ellos obvia la división imaginaria entre actor y espectador (la cuarta pared) y ayuda a crear una familiaridad con la vida de la protagonista, remitiéndonos a la situación de salud de personas cercanas a nosotros.
Sus luchas internas con la poesía de Donne la persiguen a lo largo de la hora y 40 minutos de duración de la obra—sin intermedio—y abren paso a la participación de E.M. Ashford, interpretada por Ángela Meyer, como la mentora y profesora de posgrado de nuestra protagonista. Su conocimiento y análisis de la poesía de Donne le presenta a Bearing una nueva manera de absorber las enseñanzas de un poema y, por ende, la vida. Cabe destacar que las conmovedoras actuaciones de Meyer y Soler no defraudaron al público presente, quienes derramaron lágrimas hacia el final de la pieza.
Poco a poco vemos el tiempo pasar, con rotaciones de las piezas y personajes en el escenario y el video mapping, donde se proyecta una imagen en una superficie inanimada para crear un efecto tridimensional. Con ello, vemos también el cambio de Bearing. Ya no analiza el famoso poema La muerte con la mera intención de conseguir su doctorado y probar su inteligencia. Ahora lo lee con la visión necesaria para entender las razones de un signo de puntuación, una M mayúscula y el propósito de la vida misma.
Pasado un corto sueño, despertamos eternamente,
Y la muerte ya no habrá más. Muerte, tú morirás.
Gerardo Ortiz, como el doctor Kelekian; Rafa Sánchez, como el doctor Jason Posner; y Yinoelle Colón como la enfermera Susie Monaham completan el elenco de la pieza. Las intervenciones de Colón siempre contaron con el favor del público y se distingue de los demás por ser el personaje más refrescante de toda la obra.
No obstante, al menos en la función de estreno, el sonido de efectos especiales estaba demasiado alto, en ocasiones dificultando la inteligibilidad del diálogo. Igualmente en la manera en que es presentada la conclusión de la historia, y contrario a cómo se ve en la adaptación fílmica, de entrada parece ser demasiado corriente aunque contenga un mensaje poderoso. Una vez la protagonista pronuncia sus últimas palabras, no es necesario continuar alargando el acto porque las palabras pronunciadas se sostienen por sí solas. Por otro lado, el acto de reverencia por parte de los actores una vez cae la tela transparente, simulando un telón, sí es necesario para la trama (además de ser un buen gesto, claro está).
Ingenio (Wit) se presentará nuevamente desde mañana viernes, 15 de mayo, hasta el domingo 17, en la Sala Teatro René Marqués del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré en Santurce. Para boletos, visite la página de Ticketpop o la boletería. Por cada boleto vendido, Tantai Teatro donará un dólar a la Sociedad Americana Contra el Cáncer de Puerto Rico.