En ocasiones, al caminar por la Avenida Ponce de León, cerca a la Plaza Robles, se puede escuchar el llamado remoto de tambores. Resulta casi instantáneo e inevitable que el repicar de los cueros inste a por lo menos, moverse levemente al vaivén de la contagiosa música.
El llamativo ritmo proviene del Taller Tamboricua, escuela de Bomba en Río Piedras, que a lo largo de sus 15 años de trayectoria ha abierto la puerta a niños, jóvenes y adultos a la cultura puertorriqueña mediante las enseñanzas del folclórico género boricua.
Elia Cortés, fundadora y directora del Taller, explicó que esta iniciativa comenzó originalmente como un espacio de terapia para que niños y personas discapacitadas desarrollaran destrezas motoras y de aprendizaje. Sin embargo, hoy por hoy, Tamboricua es una escuela que provee clases de baile y percusión de bomba, y que tiene además una Compañía de Baile que ha llevado la bomba puertorriqueña a distintas partes del mundo.
El Taller funge, además, para promocionar a Río Piedras como espacio cultural e incentiva visitas de personas que no son naturales del mencionado casco urbano.
Nilma Maldonado, asistente administrativa de Tamboricua, añadió que el Taller sirve como un espacio para liberar tensiones, desahogarse, cultivar la coordinación motora y manejar la autoestima mientras se apoya la cultura y aporta a transmitirla a futuras generaciones.
Tamboricua inció en un local de la Avenida Ponce de León antiguamente abandonado “con el apoyo de personas que aún creen en la cultura, y sin ayuda alguna del gobierno”, destacó Cortés. Explicó además que mantener a flote el proyecto “es una lucha constante, pero vale la pena.”
Y qué mejor evidencia que ver a niños y niñas de todas las edades responder con alegría y entusiasmo al ritmo de los tambores, una estampa que asegura que las generaciones venideras conozcan de primera mano las raíces de la raza puertorriqueña.
Fotos por Pamela Morales Nieves