“Es urgente que todo el mundo se prepare”. Con este llamado, Christa G. von Hillebrandt Andrade, directora de la Red Sísmica de Puerto Rico (RSPR) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), urgió a los puertorriqueños a que revisen los planes de contingencia de terremotos y tsunamis de su familia y lugares de trabajo. A juicio de la geóloga, las experiencias -como la acontecida en Haití durante esta semana y en el 2004 en Indonesia- deben motivar a la ciudadanía para que conversen con sus familiares y compañeros de labores sobre la posibilidad de que acontezcan estos fenómenos en Puerto Rico y cómo reaccionar ante ellos. “No hay zona en Puerto Rico que esté libre de que sea afectada por un terremoto, toda la Isla se puede afectar. Es responsabilidad de todos prepararnos para este tipo de evento, desde las áreas costeras hasta a lo largo de nuestra cordillera, y evitar la muerte, desolación y destrucción que vemos que está sufriendo el pueblo de Haití”, precisó von Hillebrandt Andrade. De hecho, desde el martes 12 de enero, cuando se registró el terremoto de magnitud 7.0 que provocó el colapso de cientos de estructuras y la muerte de miles de personas en el vecino país, son muchos los ciudadanos y periodistas que han llamado a la RSPR preguntando si este movimiento telúrico aumentaría el riesgo de un terremoto en la Isla. “La respuesta es no. El peligro sigue latente como siempre, un terremoto puede ocurrir en todo momento. Toma decenas de años, a veces cientos de años, acumular la energía que es liberada en forma de terremoto. Podría ocurrir en poco tiempo o podría tardarse más, lo importante es estar siempre preparado”, puntualizó la directora de la Red Sísmica, adscrita al Departamento de Geología. Agregó que se debe tomar en consideración que ya han pasado 92 años desde que, en 1918, la Isla experimentó un terremoto de gran magnitud. “Desafortunadamente, no podemos predecir cuándo sucederá un terremoto, cada día que pase que no ha ocurrido un terremoto, estamos más cerca que ocurra”, dijo la científica. ¿Qué podemos hacer para prepararnos? Crear una “conciencia sísmica”. Para ello, la primera recomendación es la comunicación. La directora de la RSPR sugirió que tanto en la casa como en los trabajos se hable sobre el tema, se discutan diferentes posibles escenarios y se establezcan planes de reacción a estos. “Esta educación tiene que ser a nivel individual familiar. Hay cosas que solamente uno puede hacer como madre y padre de familia o jefe del hogar, para asegurar que su casa esté preparada para enfrentar situaciones”. Tanto las comunidades como los grupos laborales pueden establecer comités dirigidos a la creación de planes de contingencia, de desalojo y la organización de simulacros. Por otra parte, destacó la importancia de inspeccionar las propiedades e identificar posibles fallas estructurales. Igualmente, antes de comenzar un proyecto de construcción, asegurarse de que la estructura está diseñada para resistir sismos. Asimismo, exhortó a que se examine el interior del hogar u oficina para seleccionar las áreas más seguras y corregir los posibles peligros dentro del lugar, como por ejemplo, cuadros o muebles pesados que no están fijados a la pared. Además, la Red Sísmica recomienda que cada ciudadano tenga preparada una mochila de seguridad, con la intención de tener a la mano lo que se necesita para sobrevivir 72 horas, que es el tiempo promedio que demoraría recibir ayuda adicional. La mochila debe contener: equipo básico de primeros auxilios, radio y linterna con baterías, alimentos no perecederos, botellas de agua, copia de documentos importantes, dinero en efectivo y algunas herramientas básicas, entre otros artículos de primera necesidad. Una vez se experimenta el evento, lo más importante es proteger la vida y buscar el lugar más seguro que previamente se ha identificado en el plan de contingencia. “En la mayoría de los casos es mejor no correr, especialmente si están en un lugar donde hay mucha gente o en un piso alto”. El modelo de protección que recomienda la RSPR en el momento del movimiento es “agacharse, cubrirse y sujetarse”. Esto implica que la persona debe resguardarse debajo de una mesa u otro mueble resistente y sujetarse de allí hasta que cesen los movimientos. Tanto el Servicio Geológico de los Estados Unidos, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y la Cruz Roja validan esta forma de protección para Estados Unidos y Puerto Rico. “Lo importante es tratar de tener algo encima o alrededor de uno que pueda amortiguar los golpes que puedan ser causados por objetos cayendo o en el peor caso, partes o estructuras completas que pudieran colapsar o caer”. Si está manejando, no debe detenerse ni sobre, ni debajo de puentes, viaductos o túneles. Tampoco debe hacerlo en áreas cercanas a postes del alumbrado eléctrico, de semáforos o árboles. Lo recomendable es parar en un camino que no presente estas amenazas y quedarse dentro del vehículo hasta que termine el temblor. En el caso de que esté al aire libre es importante alejarse también del tendido eléctrico y de edificios. “Hay que buscar el lugar más seguro… si está dentro, generalmente lo más seguro es quedarse dentro, si está afuera quedarse afuera”. Luego del terremoto de gran magnitud, los ciudadanos que vivan cercanos a las costas deben desalojar ante la posibilidad de que el fenómeno provoque un tsunami. “Los terremotos son fenómenos naturales, no desastres naturales. El desastre lo causamos nosotros cuando no nos hemos preparado”, enfatizó von Hillebrandt Andrade. Para acceder al texto original puede visitar: http://www.uprm.edu/news/articles/as2010003.html