Definitivamente el cine independiente estadounidense de los últimos años se puede describir como denso, existencialista, introspectivo, con un ritmo pausado y sobre todo, crítico de todas aquellas cotidianidades de la sociedad americana, las cuales resultaban un secreto a voces. El film Martha Marcy May Marlene, que se presenta en el Puerto Rico Horror Film Fest 2011, es una perturbadora, tensa y extraordinaria película que coincide con dicha descripción.
El film, escrito y dirigido por Sean Durkin, nos narra la historia de Martha, una chica que reaparece para su hermana luego de haber huido de casa y de haber vivido por dos años en una comuna de un extraño culto liderado por un insólito hombre llamado Patrick. La narrativa de Martha Marcy May Marlene se desarrolla mediante un continuo salto entre el tiempo pasado en el que Martha pertenecía al culto (y era conocida como Marcy May) y el tiempo presente en el que vive en la casa de campo que su hermana posee junto a su marido.
Pero las cosas comienzan a volverse confusas para el espectador, al mismo tiempo que la frágil mente de Martha comienza a confundir su pasado con su presente, siendo incapaz de reasimilarse en la sociedad capitalista a la que su hermana y su cuñado pertenecen. Martha no puede dejar de ser Marcy May y no entender las costumbres “normales” de su hermana habiéndose acostumbrado ya a las extrañas y terribles formas de ver la vida del culto al que pertenecía. Pero al mismo tiempo, al ya no estar rodeada por los miembros del culto y empezar a mirar esos dos últimos años en retrospectiva, su psiquis se fragmenta cada vez más, hasta rayar en la locura y la paranoia.
El mayor deleite del film es la impecable y asombrosa interpretación de Elizabeth Olsen como Martha. De igual modo, John Hawkes, quien interpreta a Patrick, líder del culto comunal, resulta sumamente grata. De resto, la edición, la fotografía y el uso del sonido y la música, sumados a la inquietante historia, construyen un film inolvidable. El director se basó en casos conocidos por él, de amistades que efectivamente vivieron horribles experiencias en cultos similares a los de la película.
Martha Marcy May Marlene habla sobre la memoria, el miedo, la paranoia, la realidad, la ficción, la identidad, la privacidad, el afecto, la vida capitalista, la vida comunal y una gran infinidad de otros temas, de una forma muy sutil y sublime. El magistral debut como director de largometrajes de Sean Durkin, de la mano de la impresionante fotografía de Jody Lee Lipes y la maravillosa edición de Zachary Stuart-Pontier, han creado un thriller psicológico perturbador que mantiene al espectador en una extraña e inexplicable tensión.
Si bien el final de la película para mucha gente es desconcertante debido a su excesiva ambigüedad, la verdad es que su respuesta se encuentra en la paranoia que al final terminamos compartiendo con la protagonista. A medida que pasan los días luego de verla, más pensamos en la misma y menos podemos olvidarla. Definitivamente es un film que se quedará en nuestras mentes, del mismo modo que esos dos años se quedarán para siempre en Martha.