El laboratorio del doctor José E. García Arrarás, profesor en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), recibirá más de medio millón de dólares para investigaciones, provenientes de fondos de la Ley para la Recuperación y Reinversión en los Estados Unidos: Educación, Empleos y Reforma, mejor conocida como Ley “ARRA” (The American Recovery and Reinvestment Act of 2009). Estos fondos otorgados -los cuales se extenderán por un periodo de hasta tres años- subvencionarán investigaciones pioneras en el estudio de la regeneración de tejidos. García Arrarás, quien es biólogo y científico, junto a su equipo de trabajo, que incluye desde estudiantes subgraduados hasta post doctorales, estudian los procesos de regeneración a nivel celular y molecular que tiene el pepino de mar. Este trabajo de usar este equinodermo como modelo animal para estudiar la regeneración es el más novel que se está haciendo, tal vez, a través del mundo. A lo sumo, hay dos laboratorios más elaborando trabajos homólogos, en Rusia y China, porque en Italia y en Suecia usan otro equinodermo, la estrella de mar quebradiza. El Pepino de Mar (Holothuria glaberrima) es un animal de la familia de las estrellas de mar y de los erizos. Es blando, con forma de cilindro, que habita en los mares, y su existencia data de millones de años. Este organismo presenta un impresionante sistema de “defensa” ante una posible amenaza, pues se dice que cuando este animal se siente “atacado” expulsa su intestino como un mecanismo para “desorientar”, y le regala sus vísceras al eventual agresor como alimento; así logra distraerlo. Luego de expulsar sus entrañas, el Pepino de Mar tiene la asombrosa capacidad de generar nuevamente sus intestinos. Su subsistencia es segura, ya que la normalización de sus órganos internos se efectúa en poco tiempo. El estudio de este animal y la meta del Dr. García Ararrás, es desentrañar el porqué unos organismos o animales pueden ser capaces de regenerar órganos y otros no, así como identificar los genes y vías que conducen los procesos regenerativos. Serán tres las investigaciones que recibirán las subvenciones: la primera se trata de un “suplemento” para darle continuidad a la propuesta denominada Control molecular genético de la regeneración intestinal, o Genes que controlan la regeneración intestinal, aprobada por el Instituto Nacional de la Salud (NIH, en inglés), con una asignación de $164 mil. “Parte de lo que hizo NIH cuando dio los fondos de ARRA, fue que le permitió a las personas, que ya tenían propuestas con ellos, pedir más dinero para adelantar la investigación que ya uno había propuesto, sin cambiar el tema. La nuestra era estudiar la regeneración del intestino, y ese proyecto era caracterizar los genes que están asociados a la generacióndel intestino”, explicó el investigador. Para el suplemento de esta propuesta, el doctor y sus colaboradores escogieron 12 genes nuevos para secuenciarlos y caracterizarlos. Además, incorporaron al equipo al joven egresado de la UPR, Javier Couto, como técnico de investigación, quien trabajará hasta el verano, pues acaba de ser admititdo a la Escuela de Medicina para continuar sus estudios. Un vistazo molecular a la regeneración de los equinodermos: genes y vías de señalamiento fue la segunda propuesta aprobada. Ésta fue endosada por la Fundación Nacional de las Ciencias (NSF, en inglés), recibiendo un respaldo económico de $490 mil por tres años. “La segunda propuesta que me dieron fue del National Science Foundation y es mirando el mismo animal y el mismo evento de generación intestinal, pero enfocándonos en las vías por las cuales actúan los genes”, comentó el Científico. Según García Arrarás, con esta investigación se podrá visualizar el proceso en sí o mejor dicho observar la vía de señales, y poder identificar cuáles son las proteínas que median esa vía, cuáles son las que se activan o se inhiben, para lograr la regeneración. Para esta propuesta también reclutaron a otro técnico de investigación, el joven Rey Rosa, quien acaba de terminar una maestría en el Programa de Salud del Recinto de Ciencias Médicas (RCM). Tanto el Instituto Nacional de la Salud como la Fundación Nacional de las Ciencias han endosado estas investigaciones, sin embargo, las dos agencias tienen enfoques de trabajo diferentes. Según especificó el Biologo, “el Instituto Nacional de la Salud siempre enfatiza la parte biomédica: cómo, lo que aprendemos aquí (acerca de activar genes que estén involucrados en regeneración). Mientras que la Fundación Nacional de las Ciencias se interesa más en los mecanismos básicos de cómo trabaja el organismo”. El tercer “grant”, Detección de genes asociados a la generacion del sistema nervioso usando un nuevo modelo animal (Gene profiling of nervous system regeneration using a novel model organism), se enfoca en saber cuáles son los genes importantes para que regenere el sistema nervioso. “El plan aquí es, nuevamente, la caracterización de genes, pero ahora en el sistema nervioso. En ese sentido, aunque usamos el mismo animal, el propósito final es diferente, porque está enfocado en el sistema nervioso”, añadió García Arrarás. Estas observaciones son de mucho valor para el estudio de la parálisis y de otras enfermedades neurodegenerativas. Esta subvención de $149 mil la otorgó el NIH a través de su división National Institute of Nervous Disorders and Stroke Con el respaldo económico que adquirieron estas tres propuestas, sobre 25 estudiantes y técnicos estarán trabajando junto al Dr. García Arrarás para adelantar los experimentos. Entre ellos se encuentran Vladimir Mashanov, de Rusia, Pablo Ortiz-Pineda, de Colombia, María Consuelo Pasten, de Chile, Orna Tsur-Gang, de Israel, y los puertorriqueños Grisele Valentín, Cristina del Valle, Jorge Viera y Arisnel Sot.