¿Qué tienen en común Amalara Sofía Vicente y Paola D’ Anni? Ambas son protagonistas de la noche en un escenario repleto de luces brillantes, vestidos coloridos, coreografías impactantes, bailarines apasionados y un público que con aplausos y gritos enloquece al disfrutar de sus talentos en algunas discotecas dirigidas a la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual y Trans (LGBT), del País.
Detrás del glamour y las luces brillantes, hay otra cosa que estas dos artistas del arte del trasformismo comparten. Y es que, bajo la laca y los colores viven dos jóvenes estudiantes que catalogan el arte del transformismo como la vida de un actor que lo hace por amor a su trabajo e invierten dinero para costear sus vestidos, maquillajes, accesorios y peinados, sin ningún tipo de reparos.
De hecho, el apego por lo que algunos demoninan vocación de trasformarse llega al punto de que se invierta aproximadamente $500 por cada presentación.
Sergio Castro, quien da vida a Amalara Sofía Vicente comentó a Diálogo que “este arte es bastante caro, lo más que he gastado ha sido $400 o más. Mi vestimenta está a cargo del diseñador Juan Carlos Collazo. Trato de hacer mis propios accesorios o me los hacen. Con los zapatos voy al mall y feliz y contento me los pruebo. Los peinados están a cargo de mi mejor amigo Anthony Ledesma”.
Por su parte, Félix Arroyo, quien encarna a Paola D’ Anni, confesó: “Tengo tres maquillistas profesionales que son una magia: Samuel, Sunset y Yeral, mis pelucas son de José, el diseñador de prendas es Dimo y mi diseñador de ropa es Tommy”.
Arroyo, quien es estudiante de psicología de la Universidad Interamericana (INTER), enfatizó que el costo de vestuarios y accesorios, entre otros, al participar en un certamen de transformistas, aumenta aún más.
Según reveló, la suma podría alcanzar $2,000.
"Son cuatro o cinco noches. Otros concursos son en una noche y el costo es mucho menos. Pero, como dice el refrán, la belleza cuesta y si quieres ganar y brillar noche tras noche vas a querer gastar”, explicó.
Entretanto, Castro, estudiante de diseño de moda en la Escuela de Artes Plásticas de San Juan dijo que “he participado en dos concursos. El primero fue en el año 2009 a mis 18 años y mi reciente triunfo en Miss Queen of Beauty 2011”.
Los jóvenes en sus personajes de Amalara y Paola, respectivamente. Suministrada.
El escenario gratuito
En torno a la posibilidad de recibir alguna remuneración por sus shows en las diversas discotecas de Puerto Rico en las que se presentan, Castro mencionó que “hay veces que son eventos que se hacen gratis por una causa benéfica. Mientras que, existen espectáculos como Generation, por ejemplo, donde he participado y pagan sin ninguna falta”.
En este tipo de espectáculos, el público entrega propinas a los transformistas por su performance en el escenario o simplemente por admiración.
No obstante, según los entrevistados este dinero adicional que reciben de manos de público lo dividen entre su equipo de trabajo.
Según Amalara Sofía, la cantidad más alta que ha recibido en propinas es de $150, “pero comúnmente me gano $20”.
Mientras que, Paola D’ Anni confiesa recibir como mínimo $40.
"La lluvia de dinero es de horas. Todo depende de tu show”, confesó Paola.
Por otro lado, Amalara Sofía realiza shows en varias discotecas “tres veces en un mes, una vez por mes o hasta una vez por tres meses”.
Y en el caso de Paola D’ Anni, en su primer año como transformista, se ha mantenido dos o tres meses escondida y “cuando salgo es una sorpresa para mis fans”.
“El personaje me da fama pero no vida”
Arroyo comenzó con la idea de ser transformista a la edad de 18 años, cuando inició su vida universitaria.
"Desde pequeño me ponía tacos, me maquillaba y siempre para Halloween me disfrazaba de mujer”, explicó el joven de 19 años.
En cambio, Castro, de 20 años, dijo que “a mis 17 años fue la primera vez que me maquillé como cualquier transformista en Halloween. Todos empezamos por eso. Me gustaba ver los shows y quería saber cómo se sentía y lo probé y me gustó”.
Para Castro, uno de los sacrificios de ser transformista es su vida amorosa.
"He tenido que sacrificar muchas relaciones por esto. Pero creo que el que se fije en mí es por lo que soy de Sergio. Porque para mí, Amalara es una fantasía y un trabajo que hago con mucho respeto”, agregó el joven natural de Toa Baja.
Del lado opuesto, Arroyo indicó que en su caso el arte del transformismo no es un pasatiempo.
"Me encanta hacerlo, pero tampoco dejo de ser yo para ese simple personaje que sólo sale una noche. El personaje me da fama pero no vida”, reveló.
Sin embargo, Castro expresó que “el transformista es un artista. Que lo hace por trabajo. Porque podemos estar ocho horas trabajando y haciendo lo que nos gusta”.
La transformación de hombre a convertirse en un personaje con brillo y vestido coloridos puede tomar varias horas.
“Es como si trabajaras full time en cualquier trabajo. A veces estamos hasta diez horas maquilladas. Todo depende cuánto se prolongue el espectáculo”, comentó Sergio Castro en su personaje de Amalara Sofía.
Amalara y Paola coinciden en que “los cariños y el calor” que reciben del público es lo que más disfrutan cuando se presentan ante sus fanáticos y curiosos en distintas discotecas alrededor de la Isla.
“Es emocionante que te griten personas que no conoces y que conoces. Es algo bonito, cuando bajas de la tarima y van donde ti y te felicitan. Todo ese apoyo del público es lo mejor. Si no fuera por ellos, no seguiría haciendo lo que hago”, puntualizó Paola.