El parlamento griego aprobó la noche del domingo el plan de rescate que debería salvar a Grecia de una quiebra desordenada y garantizar su permanencia en el euro, con el voto de 199 de los 300 miembros de la cámara. Esta decisión se tomó al mismo tiempo en que las calles helenas vestían nubes de gases lacrimógenes y cócteles molotov.
Grupos de manifestantes prendieron fuego a más 48 edificios, total o parcialmente, en las avenidas Stadiu y Aeolu de Atenas, incluídos dos cines, además de a sedes bancarias y varias cafeterías de grandes marcas, sin que los bomberos diesen abasto para apagarlos, según informan los medios griegos. Además, una comisaría de policía fue atacada y un grupo de manifestantes intentó ocupar, sin éxito, el edificio del Ayuntamiento.
Según publicó El País, al menos 17 edificios, la mayoría históricos, han sido pasto de las llamas en el centro de Atenas, informó el alcalde, Yorgos Kaminis. Entre los inmuebles incendiados, el cine Attikon, de 1870, y otro que durante la II Guerra Mundial utilizó la Gestapo como cámara de torturas.
El resultado ha sido más de un centenar de heridos, la mayoría policías, según informan los medios griegos. Un portavoz policial ha informado a la agencia EFE que, por el momento, se practicaron 130 arrestos.
Al menos 60 mil personas se concentraron en las principales zonas del centro, que acogieron a jóvenes, gente de mediana edad e incluso ancianos que portaban banderas griegas y pancartas contra la troika, contra el Gobierno, el FMI y contra la canciller alemana, Angela Merkel. Los organizadores cifran el número de manifestantes en 100 mil, mientras la policía indicó que eran 25 mil.
El primer ministro, el tecnócrata Lukas Papademos, calificó los disturbios de la peor alteración del orden desde 2008. La violencia se desató entonces después de que la policía disparase a un escolar de 15 años. “El vandalismo, la violencia y la destrucción no tienen lugar en un país democrático y no serán tolerados”, dijo. Papademos clamó por que los parlamentarios aprobasen un rescate que debía llevar al país “a suelo firme”. También el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, hizo el enésimo llamamiento a la responsabilidad. “Esta medianoche, antes de que los mercados abran, el Parlamento griego debe enviar un mensaje”, afirmó. Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) deberían liberar el segundo rescate, de 130 mil millones, aunque puede incrementarse en 15 mil.
Por su parte, según RTVE, los manifestantes dicen que los ciudadanos griegos ya han asumido suficientes recortes de sueldos y aumentos de impuestos en un esfuerzo por aliviar la carga de la deuda.
"Esto no es una democracia, no nos dejan ni protestar, es una dictadura", protestó una joven en declaraciones a EFE. "Envían a gente pagada para que cause problemas. De esta manera pueden justificar los gases lacrimógenos e impedirnos protestar frente al parlamento", denunció Jristos, de unos 40 años.
El Gobierno buscaba un amplio respaldo al rescate para mostrar a sus socios europeos que piensa cumplir su palabra. Porque Europa, y especialmente Alemania, desconfía de una Grecia que no acaba de aplicar las reformas. El plan supone un ahorro de 3,300 millones este año, contempla la rebaja del salario mínimo en un 22% y el despido de 15 mil funcionarios en 2012. Además de la inyección del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE), la banca renunciará a cobrar la mitad de los 206 mil millones que tiene en deuda helena.