Miembros del Banco de Alimento de Puerto Rico, que se encuentra ubicado en Bayamón, decidieron alejarse por un día del trabajo en su almacén para llevar de sus productos a familias que viven en comunidades de bajos recursos económicos en Orocovis.
El viernes 24 de julio un camión con el logo del Banco de Alimento de Puerto Rico y varios carros con las luces intermitentes marcaron desde las 8:00 a.m. el camino hacia el “Corazón de Puerto Rico”, como se le denomina al municipio que ubica precisamente en el centro de la Isla. Los empleados y voluntarios vestían “t-shirts” anaranjadas de su campaña “Que nadie se quede sin comer” y, con una gran sonrisa en su rostro, emprendían a la tarea de visitar tres comunidades para entregar un regalo de amor, alimentos.
Luego de aproximadamente dos horas, el aire que se respiraba era muy diferente al del área Metropolitana. A lo largo de la ruta aparecían las pancartas de varios restaurantes de la zona que leían “lechón asado”. Entre las montañas sobresalía una espesa vegetación de un verde intenso. Ahí, entre tanta belleza de la naturaleza, viven muchas personas con necesidades económicas a quienes el Banco de Alimento se propuso ayudar.
La primera parada fue en la Parroquia San Juan Bautista de Orocovis donde el sacerdote y la comunidad religiosa recibieron agradecidamente al grupo de personas que venía desde Bayamón. Luego de unos piscolabis y la usual bendición, los voluntarios y empleados de Banco de Alimento, junto a la compañía Arroz Rico, salieron hacia las tres comunidades orocoveñas que habían sido identificadas con altos índices de pobreza.
Una guagua de sonido anunciaba su presencia: “somos del Banco de Alimento y venimos a entregarles alimentos”. La primera comunidad en visitar fue Villas de Orocovis.
Niños y adultos se encontraban reunidos en la entrada de la comunidad esperando el enorme camión y la pick up que cargaba bolsas y grandes cajas. Muchos residentes corrieron hacia sus casas para recibirlos, otros se quedaron observando la dinámica de la entrega de alimentos.
A cada familia le entregaban dos bolsas de compras que contenían alimentos básicos del diario vivir. Entre ellos leche, cereales, meriendas, arroz, jugos y chocolate en polvo, entre otras cosas, mientras que a las familias que tenían niños pequeños les entregaban una tercera bolsa con alimentos dirigidos a los infantes.
Valerie Martínez Ortiz, coordinadora del programa Mochila Alegre, explicó que el Banco de Alimento de Puerto Rico desarrolló esta actividad con el propósito de tener un contacto más directo con las personas con necesidades. Usualmente ellos llegan a las comunidades a través de diferentes agencias sin fines de lucro que tienen proyectos donde ofrecen alimentos a quienes necesitan. Pero esta vez, quienes se encargan del manejo, clasificación y distribución de los alimentos, pudieron conocer y conversar con las personas por las que trabajan.
Según Martínez Ortiz, esperan realizar este tipo de actividad al menos una vez al mes en diferentes pueblos de la Isla.
El papel del Banco de Alimento de Puerto Rico
En una visita al Banco de Alimento de Puerto Rico, la directora ejecutiva, Ivonne Bernard, explicó que la entidad lleva operando desde el año 1988 cuando un grupo de misioneros decidió recoger y distribuir alimentos a personas que los necesitaban. Narró que inicialmente el Banco de Alimento era el baúl de un carro, pero 27 años después cuentan con un almacén de 27,400 pies cuadrados.
“Estos misioneros buscaron la manera de establecerse y dar este servicio de una manera organizada en Puerto Rico. Recogían lo que la gente le daba. Tocaban las puertas a las comunidades o a las industrias de alimentos y lo que les daban lo ponían en el baúl e iban a las comunidades y los distribuían”, mencionó Bernard quien lleva dos años fungiendo como directora.
En su almacén diariamente reciben de dos a tres camiones con alimentos o productos de higiene. Estos son revisados, clasificados y distribuidos a diferentes áreas. Cuentan con un walking freezer de cinco mil pies cuadrados y una nevera del mismo tamaño, por lo que pueden aceptar alimentos que tengan que mantenerse en bajas temperaturas como carnes, jamón, yogurt, leche fresca, jugos, mantequilla, quesos, frutas y vegetales.
“Nosotros diariamente, tenemos una ruta por todo el país y tres camiones que salen a recoger los alimentos. Ya sea a distribuidores, supermercados, agricultores, manufactureros o megatiendas. Muchos de los productos que recibimos aquí es porque su fecha de expiración está cerca, tienen errores cosméticos en el empaque o ya son líneas descontinuadas, entre otras cosas”, añadió Bernard.
El Banco de Alimento de Puerto Rico trabaja con más de 300 organizaciones sin fines de lucro que tienen programas de alimentos para poblaciones necesitadas como personas sin hogar, niños o mujeres maltratadas, hogares de niños sin hogar, centros de envejecientes, cuidos diurnos, centros de tutorías u organizaciones para personas discapacitadas. Las organizaciones comunitarias visitan el almacén y tienen la oportunidad de escoger los alimentos y productos que necesitan. Luego se los hacen llegar a las personas identificadas.
“En promedio, nosotros distribuimos alrededor de 4.7 millones de libras. El año fiscal anterior, 2014, tuvimos 4.1 millón de libras y este año fiscal tuvimos 5.1 millón de libras”, compartió Bernard.
Pobreza en Puerto Rico; mayor de lo que muchos imaginan
El Banco de Alimentos, a través de las agencias adscritas a él, puede impactar anualmente a más de 100 mil personas alrededor de los 78 municipios de Puerto Rico. Sin embargo, la población pobre del País es mayor de lo que muchos pueden imaginar.
Según la Oficina del Censo de Puerto Rico, con datos del 2013, el ingreso promedio de las familias que viven en el País es de 30 mil dólares anuales y el ingreso considerado bajo el nivel de pobreza es de 19 mil dólares anuales.
En un País con una población que ronda los 3.5 millones de habitantes, el 41.2 por ciento de las familias, que incluye a personas de todas las edades, viven bajo el nivel de pobreza. Esto demuestra que más de un millón de puertorriqueños en la Isla tienen escasos recursos económicos por lo que les puede llegar a faltar comida en su mesa. De esta cantidad de personas, el Banco de Alimento solo logra asistir a 110 mil personas.
El Banco de Alimento de Puerto Rico forma parte de los 220 que están adscritos a Feeding America, la principal organización de los Estados Unidos dedicada a combatir el hambre. Si desea hacer alguna donación o convertirse en un voluntario puede acceder aquí.