Datos recientes, tanto en EEUU como en Puerto Rico, muestran que la desigualdad económica ha aumentado en la última década. Esta desigualdad a su vez, como muestra un reciente libro de Duncan y Murnane, se refleja en una brecha en el aprovechamiento académico de los estudiantes. Esta brecha también se da en Puerto Rico. Por ejemplo, en la siguiente tabla se registran las puntuaciones promedio de la prueba de matemática de PISA administrada en Puerto Rico en el año 2014, por cada uno de los grupos por cuartiles de la distribución del ingreso en Puerto Rico.
Hay una correlación lineal bastante robusta entre los niveles de ingreso y las puntuaciones en la prueba. Hay una brecha amplia de 59 puntos entre el cuarto y primer cuartil de la distribución de ingresos. Estas diferencias se dan también en las Pruebas de Ingreso a la universidad del College Board y en las Pruebas Puertorriqueñas que ofrece el Departamento de Educación. Junto al profesor Rafael L. Irizarry agrupamos las escuelas públicas de Puerto Rico en dos categorías de nivel de pobreza: las escuelas que tenían más del 90% de estudiantes bajo el nivel de pobreza y las que tenían menos del 60% de estudiantes bajo el nivel de pobreza. Calculamos un promedio de los promedios de las Pruebas Puertorriqueñas de español, inglés y matemáticas para cada uno de los diferentes niveles escolares: elemental, intermedia, secundaria, superior y segunda unidad (ver tabla). Se observa que fuera de la Segunda Unidad, en todos los otros niveles hay una diferencia considerable entre los dos grupos.
Promedio en las Pruebas Puertorriqueñas de español, inglés y matemáticas por nivel socio económico.
¿Qué elementos de la pobreza llevan a estas diferencias académicas? ¿Puede la escuela apoyar a disminuir el efecto de estos factores? En su libro, Duncan y Murnane,identifican elementos de la desigualdad económica que promueven la desigualdad educativa. Un primer factor es la familia: las familias con mejores salarios pueden comprar o producir “inputs” y recursos importantes para el éxito de sus hijos en la escuela, como nutrición y ambientes más saludables, experiencias extra curriculares de enriquecimiento cultural. Tienen también menos situaciones que les causan “stress”, lo que a su vez se refleja en menos problemas emocionales en los hijos. La segregación en la vivienda lleva a la segregación en las escuelas. Esto a su vez lleva a que las escuelas que sirven a estudiantes de bajos ingresos refuercen la tendencia hacia la desigualdad. Por ejemplo, los maestrosprefieren enseñar en las escuelas fuera de las áreas de pobreza; en muchas escuelas en áreas de pobreza es más común tener estudiantes con rezagos de aprendizaje y falta de disciplina escolar lo cual lleva a que una parte considerable del tiempo escolar se dedica a poner orden, limitando así el tiempo dedicado a la enseñanza.
Uno de nuestros retos mayores es cómo trabajar por disminuir la desigualdad educativa asociada a la pobreza. Además de la urgencia por una mayor equidad económica y social, hay que asegurar que los jóvenes reunan las cualificaciones para los empleos, que en los tiempos presentes de la sociedad del conocimiento es indispensable poseer, al menos, un nivel de conocimientos y destrezas correspondientes a los impartidos en la escuela superior. Así, el no tener el diploma de cuarto año condena al joven, en la gran mayoría de los casos, a ser un marginado de la sociedad. Por el bien de estos jóvenes, y por la calidad de vida de todos nosotros, pues un porciento alto de la población de las cárceles son desertores escolares, es imperativo trabajar en disminuir la desigualdad educativa.
¿Cómo crear escuelas efectivas en áreas de pobreza urbana?, es el reto que tenemos ante nosotros. Las escuelas alternativas nos presentan opciones. En estas escuelas que atienden jóvenes “desertores” escolares de areas de pobreza urbana, cerca del 90 por ciento terminan la escuela superior. Por ende, una ruta para mejorar las oportunidades educativas de estos jóvenes es transformar las escuelas de áreas de pobreza, adoptando los elementos efectivos de la educación alternativa: el desarrollo integral a través de la educación personalizada, la integración de la familia y la comunidad y el apoyo al desarrollo emocional y social del estudiante.Considero que las universidades, sobretodo la Universidad de Puerto Rico, deben apoyar a desarrollar escuelas con estas características en las áreas de pobreza urbana.