El interior del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR-RP) parecía desolado. Un gran silencio arropaba los predios del campus. Pero a los alrededores de la institución amurallada la historia era otra. Los portones del recinto riopedrense estaban cerrados desde temprano en la mañana, como parte del paro de 48 horas que se había decretado en la Asamblea General de Estudiantes, el pasado 13 de abril. Alumnos y miembros de distintos comités de acción y movimientos estudiantiles resguardaban el acceso al interior de la institución. La principal condición establecida en la Asamblea –para que se diera el paro- fue cumplida. En cada portón hubo más de 30 manifestantes. Todos se unían en cantos que denunciaban sus reclamos: “Que la IUPI no se vende”. Tampoco podían faltar los carteles de protesta, como unos que leían: “Estudiar es un derecho”. Y es que esta es su principal queja. La posible eliminación de exenciones de matrícula y el recorte en el presupuesto de la UPR podrían poner en jaque la educación de miles de estudiantes. Desde temprano en el día, el paro dio candela. Uno de los primeros incidentes ocurrió en el portón detrás de la Facultad de Ciencias Naturales, ubicado en la avenida Barbosa. Allí ocurrió una confrontación entre los manifestantes y los oficiales de seguridad de la Universidad. El encontronazo surgió cuando unos 15 oficiales intentaron abrir estos portones para permitir el paso. En el forcejeo entre los estudiantes y los guardias hubo macanazos y gas pimienta. A raíz de este enfrentamiento, unos 12 guardias salieron afectados por el gas pimienta que recibieron en el rostro y otros 7 guardias privados tienen contusiones. Luego, un grupo de manifestantes se movilizó hacia el portón de las oficinas de seguridad en el recinto. Los ánimos allí ya estaban caldeados, debido a que los guardias, quienes se alega fueron agredidos por manifestantes, se encontraban en esa área siendo atendidos. Algunosoficiales hacían uso de celulares, lo que incomodó al grupo manifestante. Unos jóvenes reclamaban que los estaban carpeteando al ser grabados con celulares y cámaras de video, por parte de la guardia universitaria. Las discusiones se prolongaron por varios minutos. Oficiales de seguridad querían que algunos manifestantes se quitaran las “capuchas” que cubrían sus rostros. Asimismo, el oficial Tomás Correa dijo que guardarían sus batones, “si se quitan sus caretas”. Entre el intercambio de palabras de los guardias y los manifestantes, Correa admitió que si les dan, “nosotros damos”. Tras este panorama hostil, el director de seguridad de la Universidad, Orestes Villegas, declaró que su objetivo principal “es mantener los portones abiertos”. Por su parte, Luis Raúl Albaladejo, ex estudiante que había sido expulsado por participar en la huelga del 1981, se ha encontrado ante un “estudiantado y liderato que tiene una noción de cómo organizar, estratégicamente, sus reclamos”. De igual forma, Albaladejo expresó que desde el ’81 “no había visto un liderato tan preparado y maduro dirigiendo un proceso de reclamación estudiantil”. A pesar de haberse detenido las labores administrativas y académicas, las investigaciones que se realizan en el recinto no se paralizaron. Los manifestantes logarron controlar el acceso de los investigadores a través de un listado. Diálogo pudo observar cómo unos investigadores se tenían que registrar antes de lograr entrar por el portón detrás de Ciencias Naturales, por la Avenida Barbosa. Más tarde en la mañana, los manifestantes lucían calmados y el ambiente se había vuelto un poco pasivo. Algunos estudiantes aprovecharon la tranquilidad que se podía respirar para leer un rato, o incluso para estudiar. Otros simplemente disfrutaban de su tiempo de ocio para jugar soccer o voleyball. Los estudiantes no dan tregua ante receso Para eso de las 10:26 a.m., se convocó una reunión cerca del portón principal –frente a la Avenida Ponce de León- como respuesta a la conferencia de prensa que ofreció la rectora interina, Ana R. Guadalupe. Guadalupe decretó que habría un receso académico indefinido desde hoy. Los estudiantes repudiaron esta decisión e hicieron un llamado para que permanecieran luchando. “Que tengan claro que nosotros no somos cuatro gatos, somos un movimiento estudiantil fuerte”, manifestó uno de los estudiantes en la reunión. Además, los estudiantes acordaron que el viernes llevarán a cabo una marcha desde el recinto hasta la presidencia, para así llevarle sus reclamos.