Escritores particulares e institutos oficiales cubanos avanzan paso a paso hacia la plena producción de libros electrónicos. Los cubanos son voraces lectores y la revolución cubana tiene una larga vocación de producción de libros a bajo costo. En 2005 Cuba llegó a producir hasta 80 millones de libros de precio mínimo. Esa tradición quedó desarticulada durante el llamado periodo especial (1990-1995) por la escasez de materiales, por lo que la actualidad, la vocación de poner libros en manos ciudadanas se mueve hacia el libro digital. “Es el futuro de las publicaciones literarias en Cuba”, expresó la escritora Mirta Yáñez, en su hogar atestado de libros impresos. Reside en Cojimar, pueblo costero al este de La Habana donde escribe a diario en una PC del año 1988. “Estoy convencida de que el libro impreso no va a desaparecer del todo en Cuba pero el libro cibernético es el futuro”. Desde 1967, y como parte del Ministerio de Cultura, el Instituto Cubano del Libro, edita, comercializa e imprime libros y publicaciones seriadas en Cuba. Coordina, de igual modo, las relaciones del Estado cubano con los escritores y profesionales del libro. Organiza feria de libros internacionales y hace la promoción nacional e internacional a los autores cubanos bajo su égida. Publica tanto géneros literarios, artísticos como científico-técnicos. Yáñez, es clara en su vocación de escritora. “El libro electrónico no me mueve a especializarme en una plataforma digital. Escribo libros por escribir, no importa si es para la Internet o para una imprenta”. Otra escritora cubana, Nancy Alonso escribe poesía, novelas y cuentos tras retirarse de una larga carrera como bióloga en la Universidad de La Habana. “No me gustan los blogs por las vulgaridades que muchos contienen, pero mi carrera literaria busca moverse cada vez más hacia el libro digital”, afirmó en entrevista en La Habana. “No echo para nada de menos los libros impresos. Me parecen una maravilla las ediciones digitales”, dijo Alonso. “Ahora da lo mismo que un libro tenga 10 o cien mil páginas. Cada vez que viajo a Puerto Rico para algún cónclave, aprovecho y bajo todos los libros que puedo… En Cuba la conexión Internet es pésima, de llanto”. Ambas escritoras publican desde hace cinco años a través de Cubanabooks.com, una editorial virtual fundada por Sara Cooper, profesora de literatura latinoamericana en la Universidad de California. Su primer edición fue un libro de cuentos cubanos, “Havana is a really big city”, de Yáñez. “En 1998, ninguna editorial [norteamericana] quería publicar a escritoras cubanas. Luego de conversaciones [con Yáñez y Alonso], nos lanzamos a la aventura de publicar nosotras mismas sus libros. Así nació Cubanabooks”, explicó Cooper mediante entrevista virtual. Se especializa en perspectiva de género y en ediciones bilingües. Cubanabooks es sin fines de lucro. Previo, los libros académicos impresos de ambas escritoras ya estaban difundidos por toda Cuba. El Instituto del Libro tiene una pequeña editorial en cada provincia cubana y una librería en cada municipio para garantizar amplia distribución de los libros. Cuba produce unos dos mil nuevos títulos al año con 177 sellos editoriales distintos. El grueso de la producción es literatura infantil y juvenil. Las ediciones son distribuidas a través de una red de 377 bibliotecas en servicio y 333 librerías estatales. Sin embargo, el insaciable lector cubano tiene limitado acceso a lo costosos títulos extranjeros, inclusive cuando se da en la isla la Feria del Libro de La Habana cada dos años. Salto al espacio digital “Tenemos retos de infraestructura Web, pero Cuba se abre camino a fuertes pasos hacia la plena tecnología digital en todos los órdenes”, indicó Juan Gómez, retirado de la agencia de noticias Prensa Latina donde laboró largos años como técnico en transmisiones informativas. “El UCI está lleno de genios”, añadió, al referirse a la Universidad de Ciencias Informáticas, donde se diseñó Ecured, una especie de Wikipedia al estilo cubano. Ese centro de educación superior inició este nuevo semestre con 1,100 estudiantes de primer año, duplicando el año anterior. Acaba de inaugurar una nueva Facultad Introductoria de Ciencias Informáticas (FICI), un claro indicio del impulso que ha tomado entre las nuevas generaciones de universitarios cubanos el interés por las ciencias de la computación. incluyendo la digitalización de documentos, libros y toda la bibliografía académica de Cuba. Ariel Terrero, director del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, detalló como desde los centros informáticos, Cuba está enfrascada en proyectos de alta tecnología informativa que incluyen geoinformática, bioinformática, videojuegos docentes, publicaciones cibernéticas, gráficos con realidad virtual, softwares libres, radio y TV para Web, desarrollo de redes de telecomunicaciones y seguridad informática. “Los medios cubanos buscamos adoptar todas estas altas tecnologías, paso a paso para expandir al máximo la comunicación social del Estado”, apuntó Terrero en su oficina del Instituto, a varias cuadras de la Universidad de La Habana. “Todo dentro del esquema de la seguridad nacional”. El Instituto diploma en pos grado a comunicadores cubanos y de América Latina en las más actuales vertientes de la información cibernética. Invita a expertos de todas partes del mundo a dar talleres y promueve intercambio de experiencias profesionales. “La idea es que todos aprendamos de todos. Incluimos en ese esfuerzo el uso del libro digital”, aseveró Terrero, catedrático de periodismo económico. La sede funciona bajo la égida de la Unión de Periodistas Cubanos, la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), el Ministerio de Educación Superior de Cuba, y por extensión, la Universidad de la Habana y su Facultad de Comunicación Social. Los desarrollos y adiestramientos cultivados en los institutos científicos incluyen saltos a la producción de libros electrónicos para uso en las aulas de docencia a todos los niveles en Cuba. Terrero dio como el ejemplo un libro impreso y ahora digital sobre desastres naturales titulado “A mal tiempo: periodismo”. “Es un manual para coberturas de huracanes. Lo usamos en muchos seminarios y cursos y ha tenido amplia difusión en Cuba”. Esferas blogueras Fidel Alejandro Rodríguez Fernández, a cargo de la cátedra de periodismo hipermedia del Instituto, es un estudioso de la transmedia en Cuba. Enfoca en particular el fenómeno de los blogs, de los cuales hay sobre 150 oficiales, al menos 50 informales, incluyendo el de la bloguera Yoani Sanchez (14ymedio.com), e incontables desde el exilio. Explicó que existen blogs con amplio uso de la multimedialidad y otros donde predomina la simple textualidad. Puso como ejemplo oncubamagazine.com, Cubahora, Cubasí y Cubadebate o La Jiribilla, que están utilizando frecuentemente elementos hipermediales con un alto grado de integración informativa y convergencia de contenidos. “La tendencia del Gobierno es a no criminalizar los esfuerzos genuinos de diálogo nacional a través de redes sociales. De hecho, tenemos mucha conversación institucional con redes de Estados Unidos y Europa. Adentro, cultivamos mucho la agenda informativa hiperlocal con el fin de crear medios web relevantes en las provincias”, aseveró el estudioso de la Universidad de La Habana. Sobre libros electrónicos, Rodríguez Fernández ve mucho trecho por caminar en Cuba. “Se habla mucho a nivel oficial sobre la transformación de la industria el libro, pero no tenemos todavía un buen sistema de acceso y distribución de las publicaciones”. Asintió que elaborar una industria cubana de libros electrónicos requiere acuerdos internacionales de propiedad intelectual, recia infraestructura de producción y difusión. “Esto paso es de gran complejidad”. Rodríguez Fernández afirmó que los mayores avances en la digitalización de obras cubanas es en el orden del cine. “Las películas cubanas tiene mucha demanda en el mercado turístico y ya hay esfuerzos oficiales en marcha para comercializar la oferta nacional”. Finalmente, Rodríguez Fernández ve en la digitalización el futuro camino para Cuba en su afán de producir variados contextos de información pública. “El Estado ya no puede subvencionar tantos medios impresos. Es muy costoso. La convergencia digital allana el camino para una diversidad mas lógica y viable”.