Hay un refrán que dice: “En la vida uno nunca deja de aprender”. Tal es el caso del artista Nelson Sambolín, quien aseguró, en entrevista con Diálogo, estar en medio de un momento transformador en su vida, uno fijado más hacia el interior de su alma y el aprendizaje constante.
“A veces he oído hablar de pintores emergentes, refiriéndose a artistas noveles. Pues yo creo que es una redundancia porque hay dos cosas que yo pienso que los artistas deberían ser: siempre emergentes y siempre autodidactas”, dijo el artista del barrio Coquí, de Salinas.
Sambolín, de 71 años, expone su arte el próximo 15 de octubre, en la Galería Guatibirí en Río Piedras. “La exhibición es del trabajo nuevo”, subrayó. El pintor estrenó el 1 de enero de este año su nuevo taller en el Jardín Botánico Sur de la Universidad de Puerto Rico (UPR), tras ser invitado por la institución como artista residente. Desde entonces, no ha hecho más que pintar.
“Es un momento de mucho trabajo, de trabajar todos los días, es un momento de experimentación con la actitud de pintar, con la actitud de dibujar, de experimentar también con procedimientos, con materiales”, describió Sambo, como le dicen algunos amigos.
Tiempo atrás, el artista se identificó con la gráfica, el diseño, el cartel y la serigrafía. Ahora, sin embargo, su arte evoca otras técnicas, otras características que poco tienen que ver con lo técnico que se aprende en un salón de clases y más con las pinceladas que emanan del interior de uno mismo.
“Mi trabajo se está volviendo como más intimo, más personal, más lírico y creo que también dirigido hacia formas no figurativas y relacionadas más con el gesto, con la pintura que tiene que ver más con los procesos pictóricos y con más conciencia del arte como fenómeno material, con el aspecto del arte como objeto y de la pintura como un objeto nuevo, como un objeto independiente, autónomo y único”, recalcó el exalumno y profesor del recinto riopedrense de la UPR por 32 años.
En esta nueva etapa, la naturaleza ha sido su cómplice y también inspiración. De ella está rodeado el artista en el Jardín Botánico Sur. Allí, en su taller, fue la entrevista, cuando el reloj marcaba las cinco de la tarde. La hora él la seleccionó, justo con la luz del día que más le inspira. Pero los jardines siempre han sido parte de su vida. Recuerda de niño el de su mamá, de adulto cuida el suyo. “Yo siempre he tenido jardín, pero es la primera vez que dedico tanto esfuerzo al jardín solamente, a natura”, confesó.
Otros materiales y procedimientos también se añaden a la lista de cosas que capturan hoy día la atención de Sambolín. En la nueva colección de trabajos destaca el uso de carbón vegetal, óxido de hierro, carbón de Guavate, lienzo, papel y pellón o entretelas. El artista no adelanta nombres ni técnica. En estos momentos lo que importa es la esencia.
“No voy a decirle ‘tú eres dibujo’ o ‘tú eres pintura’. No voy a decirle nada. Posiblemente a la pieza no le hace falta ni a mí tampoco, no me hace falta definirla ni clasificarla”, subrayó.
El primer día de este año creó una de las obras que formará parte de la exhibición. Se trata en realidad de tres piezas que dialogan entre sí, aunque una de ellas está firmada con el año 2014, “pero fue un error, tú sabes lo que pasa los primeros días del año”, bromeó.
Para trabajar, Sambolín a veces prefiere el silencio. “El silencio también tiene su musicalidad. Desde hace algunos años he empezado a apreciarlo de una manera especial”, explicó. Entonces, da rienda suelta a su mano y comienzan las pinceladas. “Es como bailar, es una conexión entre el cuerpo y la mente”, añadió.
Otras ocasiones ha decidido pintar escuchando música, aunque esta última en más de una ocasión lo ha cautivado al punto de hacerlo abandonar la acción primera. De todos modos, a la música no ha renunciado ni tiene planes de hacerlo, pero a los programas radiales de análisis políticos sí.
“Eso sí es mucho ruido, muchas veces cacofónico, imperativo, inútil y predecible. Ya ante tal situación hay comentaristas que tienen un comentario determinado, es como si tuvieran un tarjetero. Entonces, es innecesario que yo oiga lo que ya yo sé”, puntualizó. Ese tiempo, sencillamente, Sabolín prefiere dedicarlo a su arte, a su redescubrimiento y nuevo emerger. Sambolín, el artista gráfico, diseñador, pintor, dibujante y profesor, siempre aprendiz.
“Es un momento bien bueno para mí en el sentido de que tengo más y más cosas que hacer, más ideas en la cabeza. Me imagino maneras diferentes de hacer arte y estoy en puro crecimiento y en puro aprendizaje. […] Estoy como si estuviera empezando, empezando a descubrir hacia adentro, no hacia fuera, es una pintura más espiritual”, aseguró.