Un poco para dejar en el olvido ese refrán de que el remedio es peor que la enfermedad, un equipo de investigadores del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) estudia el comportamiento de las drogas en el organismo de los seres humanos analizando cómo afectan unos componentes específicos de la célula.
El bioquímico Guillermo Yudowski, quien lidera las investigaciones Regulation of GPCR Recycling at the Plasma Membrane y Endocytic Mechanisms Controlling Functional Selectivity of CB1R, detalló que ambos estudios se enfocan en los receptores de la célula. La primera investigación atiende el receptor opioide y la segunda el receptor cannabinoide. Explicó que estos receptores son una especie de “antenas” que se encargan de percibir las drogas una vez son injeridas. Agregó que existen diversos receptores y que cada uno está vinculado con ciertas sustancias específicas.
En el laboratorio de Yudowski solo se trabaja con los receptores opioides y cannabinoides. Los primeros están relacionados con sustancias como la morfina, que tienen el efecto de inhibir el dolor pero que pueden causar adicción o tolerancia a los medicamentos. Los segundos se relacionan con drogas como la marihuana, que disminuyen la actividad cerebral, pero pueden dañar nuestro sistema nervioso central.
El investigador aclaró que el consumo de drogas no solo activa estas “antenas” receptoras de opioides y cannabinoides en las células, sino que también nuestro cuerpo reacciona con la producción de químicos endógenos.
Un ejemplo de sustancias endógenas que estimulan los receptores opioides son las endorfinas, entre cuyos efectos están regular el dolor y los estados de euforia. Por el contrario, los receptores cannabinoides estimulan la anandamida y el 2-AG, que tienen el propósito de regular la función neuronal.
El doctor Yudowski mencionó que el fin de esta investigación es brindarle información a las farmacéuticas para que desarrollen medicamentos que inhiban el daño que nos causan las sustancias controladas, pero que permitan que el beneficio que producen los otros componentes de dichas sustancias se queden en nuestro organismo.
“Lo que usamos son células que cultivamos en unos platitos. Las vemos por un microscopio y hacemos el análisis a nivel molecular y tratamos de ver cómo funcionan en presencia de esas drogas [morfina y marihuana]. Lo que hacemos mucho es microscopía, le tomamos fotos a las células y tratamos de ver como responden. Le ponemos unos marcadores; si se activa un sistema nos va a dar un color y nosotros sabemos lo que está pasando dentro de la célula”, explicó Yudowski.
Esta investigación comenzó hace cinco años y en un principio solo se estudiaba los receptores opioides. Hace dos años se pasó a trabajar con los cannabinoides. El dinero es asignado cada cinco años y es necesario presentar una nueva propuesta, junto con resultados comprobables, para lograr que se reasignen los fondos.
“Gracias a nuestro trabajo sabemos que ciertos compuestos a pesar de activar a los mismos receptores (cannabinoides) en las mismas células pueden generar una respuesta completamente distinta. Por ejemplo, la activación del receptor canabinoide por substancias endógenas (del cuerpo) generan unas respuestas más leves y generales. Otras substancias sintéticas tienen un efecto mucho mas limitado a ciertos mecanismos celulares pero con mayor intensidad”, destacó el científico sobre algunos resultados de su experimentación.
La cantidad provista a la investigación por el Instituto Nacional de la Salud —y en específico por su Instituto Nacional de Abuso de Sustancias— es de $1,250,000.
El profesional resaltó que además del aporte social y científico que podría suponer erradicar el abuso de drogas, su experimentación tiene una contribución didáctica. Su laboratorio recibe estudiantes doctorales y postdoctorales que se benefician de participar en una investigación a gran escala. Acerca de los alumnos, el científico recalcó que “cada uno aporta aprendiendo las técnicas que utilizamos, aprendiendo los mecanismos para después hacer los experimentos y ver qué es lo que podemos aprender de las células”.
Yudowski es egresado de la Universidad Nacional de Córdoba y del Instituto Karolisnka en Suecia. También cursó estudios en el Weizmann Institute de Israel y tiene un postdoctorado de la Universidad de California en San Francisco.