Ocho literatos de cinco países diferentes coincidieron en que la literatura no solo ayuda a comprender los procesos de cambio de la vida y las sociedades, sino también que es una herramienta para transformar el caos y escuchar voces más allá del “ruido” que se proyecta en la era de la información.
El conversatorio “También somos lectores: palabras para un mundo que cambia”, se llevó a cabo en el teatro de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras y contó con la presencia del guionista chileno José Ignacio Valenzuela, el colombiano Darío Henao Restrepo, el alemán Ulrich Schreiber, los escritores puertorriqueños Mayra Santos Febres y Edgardo Rodríguez Juliá, y los españoles José Ovejero, Almudena Grandes y José Manuel Fajardo.
Entre anécdotas y risas los escritores compartieron con el público sus primeros encuentros con la literatura y cómo autores como Julio Cortazar, Dostoievsky, Gabriel García Márquez, Hugo Wast y Julia de Burgos transformaron sus vidas representando simultáneamente y a través de la literatura un escape y un acercamiento a la realidad.
“Hay otro mundo posible y uno no puede ser prisionero ni de su piel, ni de su educación, ni de su lengua ni de su país. Hay que ser capaz de construir un país hecho a la medida” expresó el también traductor y periodista José Manuel Fajardo en una de sus intervenciones.
En el encuetro se mencionó “la crisis que no es crisis, sino estafa”, en España, “lo poco que se podía decir en Chile”, y “las privatizaciones en Puerto Rico” para contextualizar en cuanto a cambios “violentos” y la posición de la literatura y quienes crean arte a través de la palabra.
Fajardo añadió respecto a este tema en entrevista con Diálogo que la labor del escritor o escritora es “buscar fórmulas estéticas para reflejar eso [cambios y problemas sociales] pero de una manera que se convierta en herramienta de conocimiento”.
En este espacio se observó una gran fe en la palabra para hacer cambios verdaderos. Nombrando la realidad sin limitaciones, explicando el caos y brindando herramientas para transformarlo. Concluyeron que eso es parte del trabajo del escritor.
“Somos globalizados, lo que nos haría pensar que tenemos acceso a todo, a todas las diferencias. Pero al mismo tiempo estamos uniformizados porque esa globalización se hace sobre todo por esa difusión de modas que se van imponiendo en todas partes, con lo cual, al final, aquello que desaparece es aquello que en teoría debería verse más que son las diferencias”, expuso Fajardo.
Ese es uno de los motivos por los que el tema de la tercera edición del Festival de la Palabra es Las Voces del Mundo. A la celebración del Festival se debe este encuentro de creadores que a su vez es sólo una muestra de lo que estará ocurriendo a partir de hoy en el Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR).
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