Muchas veces se presenta a la educación como la esperanza de los pueblos, sin embargo, con ello pareciera no estar completamente de acuerdo el exsecretario de Educación de Puerto Rico, Rafael Aragunde, quien a través de la publicación de su más reciente libro La educación como salvación ¿en tiempos de disolución?, presenta otra perspectiva sobre este asunto.
“Salvarnos en la educación de vivir sabiamente: esa debería ser la única asignatura pendiente en las escuelas y universidades, lástima que todavía no se enteran de que hay un saber de sabiduría”, expresó el doctor y profesor Pedro Subirats, quien estuvo a cargo de la presentación de la publicación de Aragunde la semana pasada en la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto Metropolitano.
El texto del exrector de la Universidad de Puerto Rico en Cayey, está compuesto de 25 ensayos sobre la educación escolar y universitaria en Puerto Rico. “Sustantivos y apasionados, fuertes y amables, considerados pero sin complacencia” son los adjetivos que según Subirats describen estos ensayos. El autor también busca conversar con el lector mediante constantes cuestionamientos. “Gracias por preguntarnos con apertura ‘y tú qué piensas’, porque los profesores pensamos y los demás que escuchen”, manifestó con broma Subirats.
De acuerdo con el presentador, en el libro Aragunde nos cuenta las peripecias en la burocracia que impiden educar. “Nos perdemos en esos sistemas de burocracia, jerárquicos, verticales y autoritarios. ¡Qué paradoja perderse en las escuelas y universidades cuando lo que uno precisamente quiere es encontrarse!”, exclamó.
Enfatizando la importancia de pensar en la educación, donde se hacen cosas cada vez menos pensadas, celebró que el escritor nos anime a salvarnos en tiempos de disolución.
Luego el autor ofreció su mirada sobre su obra. Comenzó aclarando que estos ensayos fueron escritos tras salir del Departamento de Educación (DE). Asimismo, aseguró que hay propuestas concretas pero no muchas, porque el texto más bien recoge las críticas de lo que vivió siendo secretario del DE. “Este en particular es un texto de cuestionamiento, de crítica, porque me pareció conveniente plasmar algunas ideas”, aseguró.
Una de las ideas que destacó es que la educación se ha vuelto un cliché. El exsecretario del DE mencionó que “para los políticos se ha vuelto fácil hablar de educación”. Señaló que cuando la educación se convierte en un cliché nos libera de responsabilidades. “Se piensa que si la educación nos resuelve todo yo no tengo que hacer tanto en otros ámbitos”, observó.
Explicó que por ello utiliza la palabra “salvación” sarcásticamente. “Cuando yo hablo de salvación lo hago irónicamente, porque en una época donde no nos ponemos de acuerdo sobre nada es imposible [salvarnos]”, lamentó.
Aragunde resaltó que en el libro es pesimista con la educación escolar, pero bien optimista con la educación superior, ya que considera que con esta última se puede hacer mucho. Indicó que el sistema escolar público tiene menos posibilidad de cambio, debido a su poca agilidad en la toma de decisiones. En cambio, en lo que respecta a la educación superior, especialmente en el sector privado, reconoce su agilidad para renovarse.
Finalmente, el autor invitó a que se reivindique que estudiar es bueno y que da placer. Según él para brindar una mejor educación se debe reconocer el valor de la frustración, la molestia y hasta la rabia frente a textos que no se entienden, problemas que parecen no tener solución, explicaciones de profesores que parecen no tener sentido. También se debe cultivar la lectura como un mecanismo que conduce a la sabiduría. Destacó, además, que hay que hacer de la escritura una estrategia imprescindible que garantice el desarrollo de las facultades y fomente el debate entre estudiantes y profesores sobre temas de pertinencia intelectual sin temor a que esto nos lleve a concluir cosas que a veces no se oyen tan bien.