El actor Ángel Vázquez lleva varios años conceptualizando, escribiendo, interpretando, dirigiendo y produciendo sus espectáculos unipersonales. Un modelo de autogestión cultural que le ha resultado sustentable y le ha permitido recorrer el País con sus presentaciones. Sus comedias satíricas, a mitad de camino entre el monólogo, el teatro de cabaret y el stand up comedy, siempre están ancladas en la actualidad social y política puertorriqueña.
Ángel desarrolló su ojo crítico con “Los Juanes del Pueblo” (concepto de parodias musicales sobre el tribalismo partidista, junto al también actor, Ernesto Concepción), aunque en la memoria creativa también está su experiencia en las obras de Carlos Ferrari y diversas producciones de Teatro del Sesenta, por mencionar dos casos. Luego de “Los Juanes”, emprendió un camino en solitario, abordando el tema de la educación (“Puertorro University”) y la violencia de género (“Macho menos”). Recientemente estrenó “Hecho en Puerto Rico”, pieza que explora los dilemas de la emigración ante la crisis. El 20 y 21 de noviembre presentará esta obra en la sala Punto Fijo del Centro de Bellas Artes, un espacio interesante para las creaciones de Ángel, que siempre apuesta a la risa para provocar la reflexión crítica.
Autogestionar tus proyectos supone una complejidad mayor: investigas, escribes, produces, actúas, diriges, mercadeas, vendes funciones… ¿Realmente es posible? ¿Sale a cuenta?
Sí, es posible. Yo, sin usar mucho las redes sociales –no soy de esa generación- y sin tener presencia en la televisión, he logrado llegar a un público que probablemente recordaba el trabajo de “Los Juanes del Pueblo” y eso me abrió puertas. Además, al tratarse de espectáculos unipersonales tengo la oportunidad de ajustar los costos, dependiendo de las particularidades de la organización o la comunidad interesada. Por otro lado, como escribo mis libretos, tengo la libertad de escoger los temas que trato. Como trabajo en una universidad (dirige la oficina de Actividades Culturales de la Universidad del Turabo), observo mucho el comportamiento de los jóvenes, hablo con ellos o con los profesores, e identifico unos asuntos. Así fue que nació “Puertorro University”, que trata el asunto de la fama… del que busca reconocimiento sin esfuerzo o méritos. Luego, con “Macho menos”, trabajé el tema de la violencia de género. Fue una idea que me vino de conversaciones con compañeras que me advirtieron que en ese momento no existía en Puerto Rico una pieza que tratara el asunto.
¿Cómo tú enfrentas el peligro del desgaste que representa trabajar solo? Y no me refiero solo a los aspectos creativos, sino a la coordinación, la producción y al esfuerzo promocional que requiere cada espectáculo.
Trabajar solo es un salto al vacío. Porque no hay nadie que esté todo el tiempo dándote opiniones sobre la dramaturgia, la actuación, el movimiento escénico o sobre cómo anunciar cada obra. Yo sé que me puedo equivocar, pero también sé que lo puedo identificar (el error) y enmendar en el camino. Voy evaluando, los amigos me comentan y tomo en cuenta las reacciones del público. De modo que el trabajo va cambiando sobre la marcha. Ahora, sobre el desgaste… la estámina está a punto de terminarse (risas)… pues sí, es arrollador, es una dinámica exigente en todos los sentidos porque lo hago todo solo. Pero cuando hay una demanda, como afortunadamente me está pasando con “Hecho en Puerto Rico”, porque trata situaciones del momento actual, uno sigue adelante y se olvida del cansancio que pueda sentir en ciertos momentos.
“Hecho en Puerto Rico” trata el proceso migratorio que estamos viviendo… y, de paso, explora los imaginarios sobre la identidad puertorriqueña y nuestra memoria histórica. ¿Ha sido uno de los asuntos más complejos que has tratado en tus espectáculos unipersonales?
Este es un tema (la crisis) sobre el cual todo el mundo está reflexionando en este momento. Sentí que tenía que trabajar algo al respecto. El reto era trabajar estos asuntos difíciles y dolorosos sin renunciar al elemento humorístico, al deseo de entretener también. Esa es la clave de mis trabajos. Trabajo fuerte para lograr, mediante la sátira y la comedia, exponer unos problemas, hacer que el público piense sobre los mismos. Pero que en el camino quiero que se divierta y salga liviano del teatro.
Tu teatro es muy periodístico, muy vinculado a la actualidad del país. ¿Qué temas consideras tratar en tu próximo proyecto?
Usualmente yo sé lo que viene, tengo una idea… pero lo que pasa es que ahora estoy tratando de no “repetirme” y estoy considerando volver a la crítica social y política pero con música inédita. En términos de temas, intuyo que en el futuro experimentaremos más cambios en estilos de vida, en los modos de pensar, en las relaciones políticas; cambios que nos van a doler, pero que son inevitables.
¿Nada va a ser como antes?
¡Ese es un buen tema para una canción! “Nada va a ser como antes”. Sí, todo está cambiando (en el mundo y en Puerto Rico): los patrones económicos, el escenario político, las relaciones de pareja, los modos de entender las identidades sexuales… Claro, aquí, como somos la última colonia del planeta, todo llega más tarde, pero llega. El cambio es el único camino para salir de la ruina.