Como la opción menos cargada en la cartelera del cine esta semana llega The Night Before, comedia paródica protagonizada por Joseph Gordon-Levitt, Seth Rogen y Anthony Mackie, y situada durante una velada de Nochebuena en Nueva York.
La historia sigue a Ethan (Gordon-Levitt), Isaac (Rogen) y a Chris (Mackie), tres amigos en el último año de su tradición de compartir cada víspera de Navidad juntos, costumbre que nació luego que Ethan perdiera a ambos padres en un trágico accidente. La meta final es asistir a una gran fiesta secreta a la que han querido ir por años. Sin embargo, se topan con una serie de situaciones inesperadas en el camino.
Dirigida por Jonathan Levine (Warm Bodies, 50/50), en The Night Before el motivo de la reunión es la Navidad —pero bien podría ser reemplazado con un cumpleaños, una despedida de soltero o cualquier otro motivo de celebración. Los pretextos en realidad no importan cuando el núcleo es la aventura grupal y lo que pueda suceder en el ínterin. Es decir, la lucha de los protagonistas contra los momentos que buscan destruir la noche; momentos que surgen según el trasfondo personal de cada uno.
Isaac es un abogado judío a punto de convertirse en padre, pero antes de eso pasa toda la película completamente en high bajo el efecto de hongos, cocaína y pastillas, mayormente debido a que son el escape a la presión que ha acumulado. Por otro lado, Chris es un futbolista de 34 años y fama recién adquirida gracias al uso de esteroides anabólicos y su buen manejo de redes sociales que lo mantienen conectado con los fanáticos. Su falla recae en que quiere simpatizar con sus compañeros de equipo y está dispuesto a hacer todo lo necesario para lograrlo. Mientras, Ethan fue abandonado por su novia Diana —rol interpretado por Lizzy Caplan— debido a su constante fabricación de excusas y miedo a formar una familia.
Al igual que los tres amigos en algún momento de la película, este filme toma direcciones distintas. Busca ser una comedia romántica mientras intenta imitar las ocurrencias y el estilo de The Hangover y Pineapple Express, a la vez que no quiere abandonar la inclinación paródica con la que fue ideada.
Tal vez lo único positivo —y también su debilidad— de esa estrategia es que usualmente en este tipo de película, los personajes se enfrentan a situaciones sumamente absurdas, lo que predispone al público a una serie de eventos fuera de lo común. Lo vimos en This Is The End, protagonizada por Rogen y James Franco, donde deben lidiar con el fin del mundo; también sucede en The Interview, con el mismo dúo, y ambos tienen la misión de asesinar al dictador de Corea del Norte. Pero esta vez, los protagonistas le hacen frente a situaciones demasiado planas.
El libreto, escrito por cuatro personas, falla en proveerle al espectador carcajadas y circunstancias memorables. Contiene la misma cantidad de líneas graciosas que dedos en una mano. En fin, el chiste consiste en referencias a las drogas y al sexo. Esta comedia se suma a la lista de películas sobre los excesos, tanto de drogas como alcohol, pero no de risas.
Como es de costumbre, otras celebridades tienen una participación especial en la película como Mindy Kaling (The Mindy Project), Michael Shannon (Man of Steel), Tracy Morgan (30 Rock), Miley Cyrus y el propio Franco.
Después de todo la película, que estrenó ayer en cines, cumple con su cometido de entretener por unos instantes y es la opción más liviana para ver en comparación con los demás filmes en cartelera este fin de semana.