Partimos el sábado 7 de noviembre, hacia Denver, Colorado con la encomienda de lograr una digna representación de Puerto Rico en el Pervious Concrete Cylinder Competition el domingo en la mañana. La aventura del viaje empezó en el momento en que salimos del aeropuerto internacional de Denver al activar el GPS que decía que nos tardaríamos media hora, hasta el hotel. Al intentar seguir la ruta trazada por el GPS, este nos la cambiaba constantemente de manera que, luego de caminar durante quince minutos, volvimos al mismo lugar donde habíamos comenzado.
Finalmente, decidimos tomar un autobús que creíamos que nos acercaría más al hotel; pero resultó todo lo contrario, al momento de mirar nuevamente el GPS nos alejábamos más del hotel, por lo que nos quedamos en el vehículo hasta que nos llevara de vuelta a la estación en el que nos subimos. El chofer nos preguntó en un perfecto inglés: “Where do you want to go, guys?” y nosotros le contestamos en nuestro inglés rústico: “To de Residens In Denver Dountaun Hotel”, con mucha suerte nos entendió y nos dio las direcciones para llegar hasta nuestro hotel, que tan solo estaba a quince minutos.
Al llegar a la competencia el domingo 8 de noviembre, con nuestros amados cilindros de hormigón permeable, procedimos a registrar el equipo con un semblante totalmente profesional, luciendo nuestro uniforme de competencia que indicaba claramente que representábamos a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez (UPRM). Nos dirigimos al área de la competencia donde esperamos pacientemente que llegara nuestro turno de someter a prueba todos nuestros esfuerzos, noches sin dormir, frustraciones, obstáculos y lágrimas; es decir, esperábamos que sometieran a prueba nuestros preciados cilindros. Luego de unas horas, fueron sometidos a las pruebas de permeabilidad y resistencia en tensión. Los resultados obtenidos en estas pruebas fueron esperanzadores para nuestro equipo pero, quizás no lo eran tanto como las caras de los demás competidores al ver los suyos.
Al siguiente día fue el momento de las premiaciones. Se llevaron a cabo ese lunes, 9 de noviembre en una actividad en la que todos los estudiantes estaban invitados. Luego de almorzar, comenzó el protocolo del evento en donde se dio información técnica, así como mensajes de motivación para nosotros los estudiantes de cara a nuestro futuro profesional. Acto seguido iniciaron las premiaciones comenzando por el tercer lugar. A base de los resultados obtenidos en ambas pruebas que mencionamos anteriormente, nuestras esperanzas estaban cifradas, precisamente en ese tercer lugar. Nos arrellanamos en nuestras sillas, esperando oír las siglas UPRM como los ganadores de ese puesto; pero pronto sentimos nuestras esperanzas desplomarse al escuchar que esa posición la había ganado Valparaíso University.
El martes 10 de noviembre, nos fuimos a turistear por todo Denver. Aprovechamos la oportunidad de ver nieve por primera vez y de esquiar en las montañas de Keystone. Tuvimos nuestra primera guerra de nieve. ¡Se imaginarán cuánto nos divertimos! Las sonrisas que lucíamos eran de oreja a oreja y no podíamos contener la emoción de disfrutarnos lo que parecía ser lo mejor del viaje.
Esquiando en Keystone, la emoción era tanta que nuestras voces retumbaban por todo el tope de la montaña y fue en ese momento en el que dos desconocidos, al escucharnos, se acercaron hacia nosotros y con gran sonrisa nos preguntaron:
—¿Ustede’ son boricuas?
—¡Sí!, respondimos con la misma sonrisa.
A partir de ahí, la sangre y la mancha de plátano, hablaron por sí solos.
—¿Qué hacen por aquí?, les preguntamos.
—Ya hace un tiempo que vivimos aquí. ¿Y ustedes?
—Vinimos a unas competencias de la American Concrete Institute.
—¿Y cómo les fue?
—Bueno, nuestras expectativas llegaban hasta un tercer lugar y lamentablemente no fuimos nosotros los ganadores del mismo.
—¡Ay bendito!, dijeron apenados. ¿Y quiénes fueron los ganadores del primer y segundo lugar?
Todos nos miramos y sonreímos al recordar ese momento.
—Pues, ¿qué les puedo decir? Una vez ya desalentao’s por no obtener el tercer lugar, decidimos mejor hablar mientras mencionaban los merecedores del segundo y primer puesto. Ahí escuchamos UPRMP (UPRM-Previous, como denominaron a uno de los equipos), como los ganadores del segundo lugar y solo recuerdo que nos descontrolamos e hicimos tremenda algarabía, a diferencia de los del tercero. Podían pensar que estábamos locos. Cuando nos calmamos y nos sentamos… no duramos mucho así pues, entonces escuchamos UPRMC (UPRM- Concrete, nombre del segundo equipo), ganándonos así, el primer lugar. ¡Y si nos revolcamo’ con el segundo lugar, imagínense con el primero!
Ellos se emocionaron tanto que se les escapó un minúsculo grito, viviéndose el momento. Ambos nos pidieron una fotografía y en ella no se vio reflejada solamente una familia de boricuas en la nieve, si no, los sueños y las metas alcanzadas por una sola alma, compuesta por mucha gente que no se da por vencida ante las adversidades.
Katyria Torres, quien redactó la historia según se la contó Cristian Soto, es estudiante de la facultad de Microbiología Industrial de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. Soto es estudiante del Departamento de Ingeniería Civil y uno de los alumnos del UPRM Pervious Concrete Team que compitió en Colorado.