El papel, material efímero y frágil, es el medio con el cual la artista puertorriqueña Frances Gallardo contrarresta la emoción sobrecogedora de la nostalgia y de los fenómenos que, por localización o inclemencias que no podemos evitar, nos marcan.
En sus piezas se crea un elemento simple, un conjunto de formas e imágenes que convergen para seguir un modelo de significancia emocional, donde ocurre la estética de lo transitorio. Muestras de ello son las piezas más recientes que la artista ha presentado de forma individual o colectiva en Nueva York y Puerto Rico, entre otros países.
El imaginario de Gallardo, poblado de su experiencia de vida en el entorno de la Isla, crea en estas piezas, entre texturas, colores y formas, estructuras dotadas de delicada fuerza que crecen y se desarrollan ante la vista. El desarrollo histórico de la Isla y sus continuas perturbaciones atmosféricas y climáticas han dado pie a numerosos cuentos y todo tipo de habladurías y superstición popular en torno a los huracanes. Como la plena que canta “temporal, temporal, allá viene el temporal”, todos hemos escuchado cuentos de nuestros abuelos o de quienes sobrellevaron tal o cual evento de la naturaleza. La verdad sea dicha, la amenaza obliga al ciudadano caribeño a sentirse efímero, frágil, simple.
La plástica puertorriqueña ha plasmado la diversidad de relatos en torno a este fenómeno climático. Rafael Tufiño y Lorenzo Homar crearon entre los años1954-55 el portafolio Las plenas, donde se incluye la litografía Temporal, del primero. Allí se muestra una interpretación visual del periodo más desastroso del huracán: el l l amado “virazón”. Tufiño personifica el dios taíno Huracán en un corpulento gigante que arrasa casas de madera. El patrón de viento estampado en la pieza representa la fuerza de arrastre de un ventarrón.
A su vez, se divisan entre la catástrofe, postes de luz y en las manos del gigante, personas de todas las edades quienes son impelidas por la tempestad. A la extrema izquierda del grabado, el huracán destruye con fuerza un pueblo entero, mientras en el ojo del gigante, Tufiño posicionó las notas de la popular canción. La pureza de un material como el papel, hace posible en los modelos de Gallardo interpelar los efectos de reducción y extensión de lo natural, abstrayendo el huracán a lo simbólico.
Zenón Pastel sobre papel calado y collage [pastel on cut paper and collage]
Las reproducciones de patrones y series de imágenes meteorológicas, en el medio de construcción seleccionado por la artista, crean un tejido dotado de hermosura que hace afirmar y cuestionar las posibilidades infinitas del papel. En el acto de recorrer y atravesar el mismo, la artista añade y remueve parte, simulando en su producción visual el mundillo y otras formas tradicionales de bordado en la Isla. Sus líneas en espirales y formas geométricas, son realizadas en una complejidad de hojas, haciendo que las masas de nubes tomen forma y cobren fuerza en sus líneas.
En otras piezas se aplica sobre el papel tinta o pastel en distintas tonalidades, creando un cromatismo armonioso y sutil que en su curso se violenta y fortalece. En fino papel de arroz se alternan texturas, mallas, papel perforado y collage. El movimiento de traslación de la tempestad asume en el papel el vórtice en el que circulan, al igual que la tormenta giratoria de origen tropical. Otras piezas hacen referencia a la playa y la música, como Marina (pastel, fibra de vidrio en malla, y collage) e Ingrid, (collage).
Los colores en el trabajo de Gallardo se intensifican como las lluvias y logran en su conjunto un fenómeno visual que experimenta múltiples enlaces como es Zenón (pastel sobre papel calado y collage), de manera que se convierte su imagen en una proyección que registra y reproduce visualmente movimientos giratorios propios. La pieza Wanda I / Wanda II (díptico) muestra los estragos que provoca la interrupción de los servicios de luz eléctrica a través de una representación de postes destruidos por la fuerza del viento. Son parte de las imágenes que conservamos posteriormente en nuestra memoria colectiva tras un desastre natural tan común en nuestro entorno e historiografía cultural. La artista se mueve entre ellas mostrando piezas que con su lucidez, contrario al fenómeno natural, construyen.
La pieza Wanda I / Wanda II (díptico) muestra los estragos que provoca la interrupción de los servicios de luz eléctrica a través de una representación de postes destruidos por la fuerza delviento.
En el trabajo que nos presenta Gallardo se manifiesta el arte como técnica reproductiva dentro del quehacer artesanal. Las reconstrucciones de lo abst racto se adoptan y lo fácil de producir o reproducir se manipula hast a lo sof i st icado, creando una armonía entre lo caótico, un sistema organizado de belleza. Un material de construcción con connotaciones de ser efímero asume en el papel lo inestable, y hasta cierto grado lo impredecible, de un fenómeno de corta duración pero recurrente, como lo son la nostalgia y en nuestra realidad social y geográfica puertorriqueña, los huracanes.
La artista realiza actualmente una residencia en The Center for Book Arts en Nueva York. Su trabajo se expuso como parte de la tercera edición de la Trienal Poligráfica de Puerto Rico y el Caribe, en donde añadió elementos sonoros a su investigación sobre el tema de los huracanes. La artista presentará su muestra personal Meteoro el jueves, 29 de noviembre en el Instituto de Cultura Puertorriqueña, Arsenal de la Marina.
La autora es periodista de cultura y gestora cultural.